El procesado jefe de la Policía de la Ciudad, José Potocar, renunció a su cargo luego de que la Cámara Nacional de Apelaciones confirmara ayer la prisión preventiva dictada por el juez de instrucción Ricardo Farías. Ahora, el ex titular de la Dirección General de Comisarías porteña permanecerá detenido a la espera del comienzo del juicio, acusado de ser el líder de una asociación ilícita que exigía dinero a comerciantes de Núñez y Saavedra a cambio de protección.
El cargo de José Potocar al frente de la flamante fuerza de seguridad porteña duró un suspiro. Desde su designación, el 27 de diciembre de 2016, por parte Horacio Rodríguez Larreta (que lo presentó como “la persona ideal para ir a fondo en una reforma estructural en materia de Seguridad”) hasta su renuncia –escrita ayer en una celda del edificio Centinela de Gendarmería–, el primer jefe estuvo al mando durante 102 días. En el medio, el juez Farías lo procesó por los delitos de asociación ilícita (en calidad de jefe) y cohecho, en una causa que investiga una presunta recaudación ilegal, durante todo 2016, en la comisaría 35°, ubicada en el barrio de Núñez. En ese entonces, Potocar se desempeñaba como titular de la Dirección General de Comisarías de la Ciudad.
La renuncia fue consecuencia directa de la decisión que tomaron los jueces Mariano Scotto y Mauro Divito, de la Sala VII de la Cámara Nacional de Apelaciones. Los magistrados rechazaron el pedido de excarcelación de los defensores de Potocar, al argumentar en el fallo que “la jerarquía de las funciones asignadas a Potocar evidencia que cuenta con medios para entorpecer el curso de la investigación”.
Este dictamen judicial continuó la misma línea que había iniciado, el miércoles pasado, el fiscal ante la Cámara Mauricio Viera, en la audiencia pedida por los abogados defensores del ex comisario. Allí, el fiscal indicó que “no sólo existe el serio riesgo de que (Potocar) intente eludir el accionar de la Justicia, sino también la posibilidad que amedrente a los testigos que aún no declararon”. En la misma audiencia, la defensa volvió a cargar contra el juez Farías, al considerar como “abusiva e innecesaria” la detención del ahora ex jefe de la Policía de la Ciudad.
El Ministerio de Seguridad porteño difundió en seguida la aceptación de la renuncia. Atrás quedó entonces la defensa, en varias ocasiones, del propio ministro Martín Ocampo, quien expresó su deseo de que el primer jefe de la Policía de la Ciudad regresara a su cargo. Ahora, la conducción de la fuerza de seguridad porteña quedará “bajo la responsabilidad de la Secretaria de Seguridad, a cargo de Marcelo D’Alessandro”.
¿El reemplazo? Un vocero del ministerio indicó a este diario que “todavía no hay un nombre definido”, aunque dijo que “habrá novedades a más tardar el lunes próximo”. En cambio, para los legisladores opositores, las irregularidades en la nueva fuerza porteña no se detienen: “Es hora de que el gobierno designe a un civil, con el tiempo suficiente para ver sus antecedentes. Y así romper con los acuerdos corporativos”, señaló a PáginaI12 Gabriel Fuks, de la Corriente Nacional de la Militancia (CNLM). Lo siguió Javier Gentilli, del Frente Renovador, al comentar que “para remediar este innecesario traspié institucional, el jefe de Gobierno no se debe demorar en nombrar a la nueva jefatura, sin olvidarse del artículo de la Ley de Seguridad, que establece la observación y eventual impugnación de la sociedad civil en el nuevo candidato elegido por el Ejecutivo”.