El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, anunció en las últimas horas que no se vacunará contra la covid-19 porque tiene suficientes anticuerpos por haber sufrido la enfermedad. El mandatario ultraderechista hizo el anuncio en una entrevista que le brindó a una radio. Tiempo atrás había dicho que sería "el último" en vacunarse en el país.
"Con respecto a la vacuna, he decidido no inyectármela", afirmó, y se preguntó "para qué" se la iba a poner si ya tiene anticuerpos por haberse contagiado de coronavirus. "Sería lo mismo que el que se juega en la lotería 10 reales brasileños para ganar dos reales", argumentó.
Bolsonaro tiene 66 años, por lo que se encuentra en el grupo de riesgo por la pandemia. Se ha mostrado crítico en varias ocasiones con la vacuna contra la enfermedad y ha defendido tratarla con fármacos cuya ineficacia está probada por la ciencia, como la ivermectina. Se contagió la enfermedad en julio de 2020. Brasil tiene a la fecha 21,5 millones de contagiados y algo más de 600 mil muertos.
De hecho, los científicos alientan la vacunación general incluso en quienes se recuperaron de la enfermedad aunque hayan generado anticuerpos. Incluso se sostiene que una dosis actuaría en esos casos como si fuera la segunda. Y que los contagiados que se recuperaron deberían inocularse a seis meses de haber superado el coronavirus para no provocar reacciones inmunes excesivas.
Bolsonaro, de la pizza en la vereda a no poder entrar a la cancha
El negacionismo de Bolsonaro respecto de la efectividad de las vacunas y su negativa a inocularse ya le acarreó consecuencias. En septiembre viajó a Nueva York para participar de la Asamblea General de las Naciones Unidas. En la ciudad estadounidense le negaron la entrada a un restaurante por no estar vacunado y debió comer pizza en la vereda.
El pasado domingo, le negativa la sintió en suelo brasileño. Bolsonaro se acercó a presenciar el partido entre Santos y Gremio en el primer fin de semana con público en los estadios en el país. Al querer ingresar al estadio de Vilha Belmiro, en Santos, le negaron la entrada por no tener la vacuna. El mandatario mismo se quejó por eso y ahora sube la apuesta con su rechazo a las vacunas.