Una nueva edición del "debate capital" reunió a los candidatos y candidatas a diputados por la Ciudad de Buenos Aires Leandro Santoro, María Eugenia Vidal, Myriam Bregman y Javier Milei en el estudio del canal de televisión TN, en una "tradición" televisiva que se repite desde 1996. Y aunque la consigna convocante fue la de "enriquecer el debate de la democracia", la lógica televisiva impuso su ritmo, su despliegue para el show y sus reglas no escritas para absorber cada uno de los temas y guiarlos hacia slogans. No faltó el intercambio de chicanas cruzadas y el estilo panelista al palo, del que Milei pareció ser el más ducho, aunque pradójicamente no el más efectivo a la hora del saldo de "ganadores": quién grita más, para tapar al del atril adversario; por momenos con las cuatro voces al unísono. 

Como era de esperar aunque con los condimentos propios de esta coyuntura, hubo cruce de dardos sobre todo entre Vidal y Santoro, y entre Milei y Bregman, hubo acusaciones de gestión y de estilo, hubo coucheos y exposiciones preparadas cual spots, y en el medio, algunas propuestas y algún que otro tema como agenda novedosa.   

Con gran despliegue de pantallas y de cámaras, con alfombra roja previa y transmisión en vivo para recibir a las y los candidatos (la llegada de cada uno estuvo pautada cada diez minutos, para aprovechar el registro), con reglas previamente acordadas con los equipos de campaña, con turnos y lugares sorteados y también dispuestos de acuerdo a los resultados de las PASO, con cierto morbo dispuesto para el entretenimiento político, el show televisivo conducido por los periodistas Edgardo Alfano y Marcelo Bonelli fue el primero de dos: el miércoles próximo será el turno de las y los condidatos por la provincia de Buenos Aires. 

Preguntas cruzadas

Si algo logró romper lo que, promediada la hora de debate en el estudio de Constitución, ya se había instalado como una monotonía del decir, fue una nueva modalidad que se propuso para el último bloque. Allí las y los candidatos podían elegir a otro para intercambiar preguntas y respuestas. Tuvo lugar entonces el segmento con los momentos más interesante, y hasta reveladores, del debate.    

Por haber obtenido la mayor cantidad de votos en las PASO, y de acuerdo a las reglas previas, Vidal fue la primera en elegir "contrincante", y como era de esperar, apuntó a Santoro. Volvió sobre el dardo mediático con el que eligió comenzar su performance, el del tuit del ministro de Seguridad Aníbal Fernández contra el dibujante Nik. "Quiero hacer una primera propuesta: que todos los candidatos le pidamos la renuncia. Cruzó un límite que no puede ser aceptado", había comenzado, en modo "duro" y efectista, la candidata de Juntos por el Cambio, y en paralelo tuitearon sus asesores. 

Repitió el recurso en el último segmento, y entonces Santoro aprovechó para recordarle que Mauricio Macri espió a los hijos de Diego Santilli y a los miembros de su propio partido, incluida la misma Vidal. "La pregunta que yo a veces me hago es qué les pasa a ustedes que permitieron que su jefe político los investigue. Eso es mucho más jodido que mandar un tuit equivocado, ¿cómo lo podés permitir?", preguntó. "Como soy querellante y conozco el expediente, sé que no hay ningún elemento para involucrar a Mauricio Macri", salió a defender, inexorable, la exgobernadora.  

El tipo de la casta

Tras pronunciar medio centenar de veces las palabras "casta" y "falacia", Milei fue obligado por Bregman en el turno siguiente a pronunciarse en contra del aborto, aunque sea "libre", además de legal y gratuito. Y terminó de mostrarse fuera de todo acuerdo previo y de toda regla compartida cuando, en lugar de dirigir su pregunta hacia la otra candidata, la elevó "al pueblo argentino, porque yo no discuto con la casta". "Esto no es lo pactado", le adviertiron los conductores. 

"Es llamativo que alguien que habla de 'la casta política' haya trabajado para un genocida como Bussi, tenga en su lista a lo peor de la casta militar, esté con los fachos de Vox en España, ideas más rancias no se consiguen", apuntó Bregman. Lo obligó también entonces a justificar su trabajo como asesor del represor tucumano porque "el sistema de la democracia lo permitió, y si estaba mal, es porque falló".  

Tribuneros

Además del despliegue de la puesta, el estudio de la calle Lima lució tribunas segmentadas para cada candidato. En la central se indicó que se ubicaran quienes fueron a acompañar a Santoro, Gisela Marziotta, Victoria Montenegro, Mariano Recalde, Alejandro Amor, entre otros. 

A la hinchada de Vidal aportaron el jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta --llegó sobre la hora de comienzo de debate-- el ministro de Salud porteño, Fernán Quirós, los candidatos Martín Tetaz, Paula Oliveto, Ricardo López Murphy y Sandra Pitta. También Enrique Sacco, que acompañó a la candidata en la entrada. 

Junto a Bregman, en un lateral, se vio a Nicolás del Caño, Gabriel Solano, Chipi Castillo, Celeste Fierro. En el otro lateral estaba la que lucía como la tribuna más colorida (sumó barbijos y atuendos con cobras y leyendas "libertarias") acompañando a Milei, entre quienes se vio a la segunda de la lista, Victoria Villarruel, Ramiro Marra, Karina Milei, hermana del candidato. 

A diferencia de ediciones anteriores del debate, no hubo "hinchadas" ni abucheos que sonaran desde las gradas, más allá de algunas intervenciones sueltas. 

Agenda

Santoro se hizo un lugar entre el vértigo de los minutos de exposición cronometrados para abrir la agenda por fuera de la imposición mediática: nombró al policía de la Ciudad desaparecido Arshak Karhanyan (y mencionó que lo acompañaba en el debate la mamá del joven), a las y los enfermeros que siguen luchando por ser reconocidos como tales en la Ciudad (Christian Acosta, enfermero del Ramos Mejía reprimido en la protesta frente a la Legislatura levantó entonces un pañuelo con el reclamo desde la tribuna). También mencionó a "una profesora de una escuela nocturna que el gobierno porteño quiso cerrar. Se comprometieron a hacer 3.000 jardines de infantes, no llegaron a hacer 150, es increíble que este tema no esté en agenda", acusó. 

A la hora de hablar de "calidad institucional" (uno de los ejes tematicos propuestos para el debate, junto a "Ecomomia, educación y trabajo" y "Política sanitaria en pandemia"), el candidato del Frente de Todos recordó que Juntos por el Cambio decidió no dar quórum a la Ley de Etiquetado Frontal. Y que en 2017 Lousteau entró a la Legislatura como candidato opositor, "diciendo que Larreta todo lo que podía comprar lo compraba, parece que el que fue comprado fue el, que le termiinó votando todas las leyes".  

En los primeros seis minutos libres Vidal aprovechó para pedir "recuperar lo que nos robaron en la Ciudad de Buenos Aires con la quita de coparticipación federal" (con un nosotros inclusivo porteño); Bregman a apuntar a Santoro por el tema de las pistolas Taser (el candidato ratificó que justifica su uso); Milei para ir en contra de cualquier tipo de coparticipación ("en la constitución de Alberdi no había coparticipación", argumentó), y para defender la "libre portación" de armas asegurando que en Estados Unidos "el tema se solucionó dando a elegir en cada Estado", y proponiéndolo como modelo exitoso. 

Presentación y cierre

"Somos la izquierda que se unió. Obtuvimos más de un millón de votos y somos tercera fuerza en todo el país", se presentó Bregman. Santoro eligió presentarse como "licenciado en Ciencias Políticas, docente universitario, papá de Francisca y Antonia", enumerando los valores en los que cree y en los que no cree. Vidal arrancó con el "todos somos Nik", Milei con la casta política más una serie de frases gancho: "La República está quebrada", "la Constitución está para cuidarnos del Estado", "el Congreso es una oligarquía", "vamos a un modelo colectivista con final castro-chavista".

Extrañamente Milei, el más acostumbrado o el que mejor jugo podría sacarle al barro televisivo de la acusación cruzada, quedó trabado y hasta en orsai en varios momentos. Por no respetar las reglas, le terminaron cerrando el micrófono; se quedó protestando en tono infantil. Con un complicado rodeo explicó que no se vacuna porque "yo hago una evalución de renta - riesgo, porque puedo vivir una vida libre, y porque no están todas las vacunas bien probadas, pero a mis padres que son de riesgo sí los vacuné". Insisitió en negar el calentamiento global ("si nos remitimos a la historia, la temperatura del planeta está en un nivel mínimo"). No supo explicar por qué quedaría fuera de la acusación de "casta política" luego de que Bregman definiera el perfil de los integrantes de su lista, y su propio trabajo como asesor de Bussi. 

El cierre fue con foto grupal pero a distancia, celebración con los asesores, y apenas un saludo puñito de compromiso entre los candidatos.