Historia de lo oculto 6 puntos
Argentina, 2020.
Dirección y guion: Cristian Ponce.
Duración: 82 minutos.
Intérpretes: Germán Baudino, Nadia Lozano, Agustín Recondo, Casper Uncal, Héctor Ostrofsky.
Estreno en Netflix.
¿Qué clase de escándalos pueden revelarse en un programa de televisión? ¿Qué relación existe entre la política del más alto nivel y las prácticas de la magia negra y las ciencias ocultas? ¿Es posible que todo lo que conocemos no sea otra cosa que una ilusión creada para apaciguarnos, adormecernos? Todas esas preguntas orbitan alrededor de la ópera prima en el largometraje de Cristian Ponce, el responsable de la web serie de animación La frecuencia Kirlian que, como Historia de lo oculto, también está disponible en Netflix. Si en la saga seriada era una emisión radial la que disparaba diversos relatos sobrenaturales, ahora es un ciclo televisivo dedicado a la actualidad política el que desata la posibilidad de que aquello que parecía imposible se haga realidad. En la pantalla dentro de la pantalla, que incluye los clásicos zócalos de la hora y la temperatura, comienza la última entrega de “60 minutos antes de la medianoche”. Ya desde la música de presentación, creada a semejanza de los acordes de Ennio Morricone para La misión, la emisión remite a Hora clave y a su padre putativo, Tiempo nuevo.
No serán las únicas referencias y guiños del film: en la Argentina de los años 80 imaginada por Ponce –ucrónica pero afianzada en rasgos familiares, fácilmente reconocibles– El exorcista fue una película protagonizada por Andrea del Boca y la escritora Mariana Enríquez ya tenía publicada al menos una novela. En un blanco y negro atravesado por explosiones de tonos carmesíes y un formato de imagen cuadrado que, en determinadas ocasiones, se abre a una pantalla ancha, la historia incluye una crisis en el gobierno nacional y los primeros indicios de un cónclave de empresarios y políticos cuya adhesión a una oscura secta los ha hecho llegar hasta lo más alto del poder. Mientras el conductor del programa afirma que se trata de la despedida final, adelantando la presencia en los estudios de un invitado que podría destapar varias ollas con sus confesiones al aire, en una pequeña casa suburbana un equipo de periodistas espera ansioso la llamada de una colaboradora.
Historia de lo oculto va de menor a mayor, desde un enigmático encuentro de tres hombres en medio de la noche –cuando el espectador desconoce por completo qué tipo de acontecimientos están a punto de ocurrir– a la revelación gradual de eventos y presencias que amagan con tajear la tela de aquello que suele llamarse realidad. Extraños rituales, hongos alucinógenos y seres que aparecen y desaparecen como por arte de magia forman parte de una película que es casi siempre más interesante en sus planteos que en la ejecución final. Sin embargo, a pesar de un puñado de actuaciones que no llegan al tono ambicionado y de un ligero empantanamiento narrativo en la segunda mitad (el film dura 82 minutos y transcurre casi “en tiempo real”, esa entelequia), el de Ponce no deja de ser un bienvenido aporte de originalidad en un universo audiovisual, el terror y el fantástico argentino, que insiste en girar alrededor de tópicos y estilos harto derivativos. En ese terreno, el de la originalidad, no le gana casi nadie.