Raphinha la agarra por derecha, a pierna cambiada, y lo pinta a Viña con un caño. Al rato, Paquetá hace lo propio por izquierda y ahora el que se come el túnel es Nández. No pasa demasiado hasta que Neymar baja al medio y empieza a tirar sombreritos mientras esquiva piernas rivales y una de ellas lo alcanza. A estas alturas, apenas por la mitad del primer tiempo, Brasil ya estaba 2-0 ante Uruguay... Un Uruguay noqueado, sostenido sólo por las cuerdas del reloj y, especialmente, por Muslera, un verdadero ejército de un hombre, con una actuación digna -salvó no menos de siete pelotas de gol- de los 33 Orientales. El 4-1 final dejó a Brasil (31 unidades) a un paso de Qatar y a Uruguay (16) en zona de repechaje.
Si contra Argentina el equipo del Maestro Tabárez tuvo el consuelo de toparse con un inmenso Dibu Martínez en la primera parte, en el Arena Amazonia de Manaos, ni eso. El dominio brasileño fue total y trasladarlo al marcador sólo le llevó 10 minutos. Fred, ese mediocampista que participa en todas las jugadas, metió un gran bochazo para Neymar que, como si fuera el menos peligroso de los suyos, recibió solo en el medio del área, la mató de pecho, dejo pasar a Muslera y definió entre las piernas de Coates. Al ratito, Paquetá mandó a Nández para un lado y él se fue para el otro, tiró el centro para un remate sucio de Neymar -otra vez sin marca- que Raphinha terminó empujando casi en la línea ante el intento de salvada de De la Cruz.
No hay exageración alguna en decir que Brasil se la pasó toqueteando dentro del área uruguaya, con el laureado Godín yendo de un lado para el otro e incluso sucumbiendo de rodillas ante los enganches de Raphinha. El hombre del Leeds de Marcelo Bielsa, indomable, debutó en su selección en esta triple fecha y, al tercer partido, ya estaba de titular. A los 58, selló su doblete con un fierrazo tras pase de Neymar. Un verdadero hallazgo de Tite que cerró la ventana de Eliminatorias con dos goles y dos asistencias en apenas 144 minutos.
Uruguay se "sostuvo" por Muslera y por el tan divertido como excesivo toqueteo local antes de definir. Muy lejos del área brasileña, lo de la Celeste pasaba por algún que otro remate de larga distancia, apresurado por la soledad de sus atacantes. Finalmente, a través de esa vía consiguió decorar el resultado, con un tiro libre del siempre presente Luis Suárez a los 77. Claro que el local no tardó demasiado en poner en su lugar el atrevimiento celeste con un centro de Neymar y cabezazo de Gabigol que, esta vez, encontró una floja respuesta del uno visitante: 4-1.
Es cierto que el equipo del Maestro no la tenía nada fácil en esta triple fecha, pero lo mostrado ante Colombia (0-0), Argentina (0-3) y Brasil fue mucho más preocupante que el exiguo punto cosechado.