El charanguista, compositor y cantante jujeño Pachi Herrera cuenta que el último trimestre de 2019 y los primeros meses de 2020 fueron intensos y agitados para él y para su banda. Publicaron un disco instrumental (Charangueando, 2019), hicieron una gira por todo el país y tocaron en importantes festivales de verano. “Veníamos con un trajín de festivales, con una rítmica fuerte”, recuerda el músico. La idea era grabar otro disco el año pasado, más bailable y potente, pero la pandemia frenó todo. “Nos quedó esa impronta festivalera y eso se siente en el disco. Pero también está reflejada la tristeza, que la contrastamos con un mensaje de esperanza. Si ponés el tinku ‘Otra vez en el camino’ te dan ganas de bailar. La idea fue cambiar la tristeza por un mensaje de alegría”, dice ahora Herrera sobre su reciente disco, Al viento (2021), que está centrado en los aerófonos andinos y refleja la incertidumbre del momento.
El disco, que será presentado este viernes a las 20 en La Trastienda (Balcarce 460), pone el acento en la música andina, pero se abre a otros colores y estilos. En su primer disco, Variablemente (2015), había incluido un blues en clave andina, "Dani Sánchez blues". Y ahora se le anima al chamamé… con charango. “Si hay algo que entendí en todo este tiempo es que mi lenguaje musical indudablemente es la música andina. Me siento cómodo con el charango tocando un bailecito, un taquirari, un carnavalito, un tinku una saya. Ahí siento que hablo mi lenguaje musical. Pero siempre me interesó hablar otras lenguas. No para ser un blusero o un rockero, sino para poder compartir y conversar la música, que es el idioma universal que tenemos y así lo sentí siempre”, entiende Herrera.
Y lo relaciona con el aprendizaje musical que le dejó haber conocido al jujeño Ricardo Vilca, uno de sus maestros. “Tocar música de Ricardo no era tocar música folklórica netamente jujeña, era una música del mundo. A Ricardo le gustaba el rock, la música clásica. Y yo vengo de esa escuela. Yo he grabado colaboraciones con charango en discos de hard rock, reggae, nu metal, blues. Siempre traté de incluir otros géneros y mostrar versatilidad. No me siento un chamamecero pero me gusta la música del Litoral y de hecho esta canción, ‘Viajando’, nació a orillas del Río Carcarañá, y tiene música de Jorge Peralta”.
Es, además, un disco bastante compartido. Hay coautorías con Mariano Luque en “Carnavalito riojano”; con Josho González en “Mujer viento”; con “Chaco” Andrada en “El encuentro”; con Adrián Temer en “Cocinita del amor”, y con el poeta Maxi Ibáñez en “Humahuaqueño del sol”, entre otros. “Se dio en forma totalmente natural, por haber compartido tantos viajes y encuentros antes de la pandemia. El nacimiento de cada una de las canciones tiene que ver con momentos vividos”, explica.
-¿Y te sentís un continuador de la escuela musical que forjaron referentes de la música andina como Ricardo Vilca o Jaime Torres?
-Lo que siento es que formamos parte de una generación, que somos el eslabón que sigue del que dejaron ellos. Y nosotros le vamos dando una forma al eslabón para los que vendrán. Después se verá si fuimos dignos de armar un eslabón con contenido, que deje algo en nuestra música popular. Hemos elegido ese camino pero no para hacer lo mismo, sino para sostenerlo con lo que somos hoy. Un camino que tiene que ver con respetar y cuidar lo musical y lo artístico.