Hace un año, día más o menos, se concelebraban el 17 de octubre, el Día de la Madre, el Coloquio de IDEA. La Argentina atravesaba el peor momento de la pandemia: se tornaba forzoso minimizar la presencialidad masiva y extremar cuidados. Hasta las reuniones familiares se restringían… en ese aspecto hoy será un mejor día.
El oficialismo concibió “un 17” creativo, inédito, informático. Volveremos y seremos millones de avatares que cobrarían vida virtual en la web 75octubres. La página fue hackeada, denunciaron los organizadores. O colapsó, se mofarían los adversarios. Jamás se dilucidó, cosas peores quedan sin investigar en nuestras pampas.
El tropiezo se transformó en estímulo para que multitudes se alejaran de las compus, ocuparan de modo espontáneo las calles, amuchándose con cuidado o formando caravanas de autos. Gracias al cálido contorno, el acto oficial en la CGT tuvo su encanto, impensable horas antes. El peronismo resurgió, construyendo una jornada dichosa, improvisada, con calor humano, gritos, consignas, bocinazos.
En ese año, el presidente Alberto Fernández participó por Zoom en el mal llamado Coloquio de IDEA. También conferenció el ministro de Economía Martín Guzmán. Este columnista escribió entonces que “les contestaron con soberbia, en el límite mismo de faltarles el respeto”. Ahora AF resolvió diferenciarse de nuevo de les ex presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner quienes siempre rehusaron someterse a ese circo romano arrogante, predispuesto a bajarles el pulgar.
Anteayer, Alberto recibió una respuesta gélida: menos brutal que en 2020, más exigente en las demandas. Aplausos protocolares, reproches a granel en formatos surtidos.
En el entorno presidencial explican que el presidente extrema su faceta dialoguista. En el mini entorno añaden que forma parte de la estrategia diseñada por el asesor catalán Antoni Gutiérrez-Rubí. Escuchar a vecinos del conurbano o conversar con capos de las corporaciones patronales. Este cronista opina que son colectivos muuuuy distintos. Que el esfuerzo destinado a los popes del Coloquio es excesivo, que la investidura presidencial se resiente cuando engalana un ámbito hostil.
Siempre hay a mano paráfrasis de la queja del fallecido ministro de Economía radical Juan Carlos Pugliese: este Gobierno les habla al corazón y hasta al cerebro porque la reactivación es notoria. Le responden remarcando. Las tentativas aspiracionales- dialoguistas chocan con los resultados.
El presidente defendió políticas públicas, expresó que la doble indemnización y la prohibición de despidos son temporarias (así se concibieron) y cesarán cuando cambien las circunstancias.
Un almuerzo con empresarios en la Casa Rosada anticipó la tenida.
El contexto es más confrontativo que esos intercambios. Hay un mundo real fuera de Costa Salguero, albergue de tantos curros. Prosigue la tenaz ofensiva contra la indemnización por despido, punta de lanza de reclamos expansivos de reformas laborales como las noventistas o como la Ley Banelco.
La novedad de la semana fue que el oficialismo, encarnado por el flamante Secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, cantó quiero retruco.
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La lista y la pulseada: Feletti busca acordar congelamiento de precios por 90 días, una lista de 1247 productos esenciales. Los grandes formadores de precios regatean, formulan una contraoferta avara. El Secretario fija una reunión para mañana: si no hay acuerdo, regirá el congelamiento, aplicándose las normas vigentes en caso de desobediencia.
“Clarín”, “La Nación” e “Infobae” interpretan a coro o en canon: “El Gobierno amenaza con aplicar la ley”. Llamar “amenaza” a valerse de la ley, un hallazgo del establishment.
El oficialismo espera también realineamientos dentro del empresariado, separar a los formadores de precios de otros sectores que también los padecen. La nota de Raúl Dellatorre en esta misma edición desarrolla el punto con mejor información y experticia que este cronista.
La inflación de productos básicos constituye una de las mayores deudas del Gobierno con la ciudadanía. Y una derrota a manos de un sector del establishment económico.
Los empresarios, los CEOS, sus opineitors orgánicos aducen que leyes de Abastecimiento hubo siempre y que jamás rindieron buenos frutos. A cuenta de futuros abordajes, polemizamos un poquito mostrando “el otro lado”: abundaron políticas antipopulares, avances contra conquistas laborales… siempre perjudicaron a los laburantes.
Ejercitemos un cachito la memoria aunque sea una gimnasia pasada de moda. Entre 2003 y 2013 (o 2011 para las lecturas restrictivas) subieron los sueldos, se rehabilitó la eficacia de las convenciones colectivas, bajó el desempleo, se ampliaron o crearon programas sociales, se cuasi universalizaron jubilaciones, varios etcéteras. La economía funcionó mejor con redistribución, crecimiento y conquistas. Un saldo superior al logrado en los gobiernos menemista, aliancista y macrista..
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Leyes “A”, altri tempi: En el segundo mandato de Cristina se modificó la ley de Abastecimiento dictada en los setenta y se dictó una de Defensa de la Competencia. La derecha fáctica judicializó las normas, comenzó a hacerlo en medio de la discusión parlamentaria. Un record autóctono en tan infausta disciplina.
Las reglas se usaron con cuentagotas. Ante un paro con bloqueo a refinerías de petróleo dispuesto por el Sindicato de Camioneros se amagó aplicar la ley a los huelguistas, un exceso. El agua no llegó a ese río pero fue una de las semillas del antagonismo entre Hugo Moyano y Cristina Kirchner que perduró demasiado tiempo.
La leyes peronistas no inventaron nada. La memoria Random del cronista evoca una campaña para elecciones parlamentarias durante el mandato de Arturo Illia en la que se recriminaba al presidente radical “contra la carestía/no se aplica la ley A”, con musiquita pegadiza. Spots hubo siempre, también.
Por ahí mucha gente no rememora. Pero el expresidente Mauricio Macri “amenazó” valerse de la Ley de Abastecimiento en otoño de 2019, cuando su programa económico se caía a pedazos. Incluso advirtió que pediría auxilio a ONG de consumidores y a movimientos sociales para que controlaran precios en los comercios. No concretó nada. De todas maneras, queda claro que no hay tanto nuevo bajo el sol.
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Pandora no, Intratables sí: Minga de alusiones a los Pandora Papers en el atril o en el Zoom del Coloquio. Los nombres de los 2521 compatriotas pescados con cuentas off shore no se conocen. Apenas se goteó un puñado. Quienes manejan la data amarretean precisiones. Una suerte de falso secreto fiscal para evasores…. Tendrán sus motivos.
¿Cuántos fugadores habrán pagado un fangote de plata para acodarse en las mesas de IDEA? Imposible saberlo con certeza… sospechar es lícito.
Las crónicas refieren que el aplausómetro vibró con el inspirado verbo de José Luis Espert. Les candidates hablaron de a uno, ya se verán las caras en el ring… perdón, en el estudio de Todo Noticias. El miércoles debatieron los candidatos a diputados por la Ciudad Autónoma. El próximo lo harán los bonaerenses. Lo que viene es opinión neta, spoiler para quien prefiera saltearla.
Las reglas de esas tenidas, el formato cada vez más barullero, las concesiones al “modelo Intratables” complican o hasta imposibilitan una polémica seria, quién sabe una audible.
Los candidatos enfrentan dilemas difíciles, ingratos. No presentarse los expone a reproches de los medios o de gente común. La lógica política impone que quien “va perdiendo” dispone de una chance, no tiene que desperdiciarla. Uno sabe eso y no se erige en consejero de campaña. Como espectador y como sujeto politizado lamenta el espectáculo, al que asiste. Intuye que a la larga, las competencias las gana la tele. Todo Noticias(TN) seguro que ganó. Un canal privado, de un Multimedios oligopólico, que se disfraza de democrático durante un par de horas. Los profesionales, maestros en la manipulación y las fake news, se enamoran del rol en ese lapso. Se la creen, les da gusto. Luego, con la resaca a cuestas vuelven a su territorio, su zona de confort, sus hábitos.
Y, pese a todo, la visibilidad produce resultados. Expuesto, Javier Milei se pone nervioso. No sabe acomodarse a reglas diferentes a las que lo auparon hasta ahora. Mete la pata al hablar sobre el cambio climático, un tema que fascina a jóvenes-potenciales votantes.
Imposible medir el impacto del debate en intención de voto. La experiencia comparada señala que casi siempre es escueto, que el precedente Kennedy-Nixon forma parte del pasado irrepetible.
Los bonaerenses serán seis y no cuatro, lo que podría desencadenar mayor barullo. Se comprueba la tendencia unitaria de los medios: CABA y Buenos Aires fungen de ombligo del mundo. Son distritos grandes, se eligen numerosos diputados… pero eso es solo parte de la verdad. La otra es que para los medios dominantes la Argentina termina en el AMBA. Ruda tendencia centrista que la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual procuró disminuir. Una de sus tantas virtudes que le granjeó adhesiones en toda la geografía nacional y que se tiró al tacho cuando Macri la despanzurró, pagándole a Clarín los servicios prestados. Rápido, de contado, con el impresentable Oscar Aguad haciendo la tarea sucia.
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Un retorno para celebrar: El regreso a cierta normalidad revitalizará los encuentros por el Día de la Madre.
La Selección dio alegría a muchos corazones, la presencia del público “cambió el aire”. Embelleció las victorias, consagró para siempre a Messi, hizo ídolo al Dibu Martínez, reivindicó al Fideo di María.
Las movilizaciones de hoy y de mañana fueron precedidas por idas y vueltas difíciles de explicar y hasta de comprender. En una de esas los cambios atendieron a reclamos de militantes y adherentes, de gente de a pie que quería expresarse. Pudieron incidir divergencias internas, que sobreviven y cuya real magnitud se medirá después de las elecciones.
Como fuera, el sistema político argentino es incompleto y hasta inconcebible sin la activa y multicolor movilización popular. La movida callejera protagoniza, influye, a menudo cambia la realidad. Como mínimo, da cuenta de los reclamos , las protestas y las emociones colectivas. Jamás una marcha o un acto expresan a la totalidad pero ésta es menos inteligible sin el termómetro callejero.
Ya se retomó a Pugliese, evoquemos a Chico Novarro: ¿hace falta que te diga, lectora o lector, que este reconocimiento-elegía no equivale a endiosar específicamente las movilizaciones antes de que se concreten? Miles o millones de protagonistas le darán sentido, demarcarán rumbos, cantarán o gritarán. Harán camino al andar.
Como es regla, las Madres y las Abuelas dieron el primer ejemplo al suspender los actos del 24 de marzo, dos años seguidos. Ahora, la comunidad pugna por recuperar pedacitos de vida, gestos de afecto, abrazos, compañía.
Las convocatorias de hoy y mañana reabren una puerta. No es serio predecir qué hay “del otro lado”. Seguro que es mejor, más apegado a las tradiciones populares que las restricciones que impuso la pandemia. El resto, el futuro se irá re-construyendo.