Desde Santa Fe
La primera conclusión del escaneo aéreo con tecnología de última generación que se realizó en julio en el Campo Militar San Pedro -donde en 2010 se descubrió una fosa común con restos de ocho desaparecidos-, más los testimonios de trabajadores rurales que aportaron datos y señalaron lugares -como testigos de identidad reservada- es que el Ejército no puede volver nunca más a esa escena del crimen y asesinatos en masa. Nunca más. Mañana, el Equipo Argentino de Antropología Forense iniciará una nueva campaña de búsqueda de enterramientos clandestinos en “zonas de interés” detectadas por el vuelo de la memoria, que coinciden –en varios casos- con “valiosos testimonios brindados por peones rurales" que guardan sus recuerdos, dijo el Foro contra la Impunidad y por la Justicia. “Los testimonios presentados” ante juez federal Marcelo Bailaque que investiga la causa “reafirman que el Campo San Pedro fue utilizado por el Ejército como un verdadero centro regional de exterminio” del terrorismo de estado, que no tuvo sobrevivientes, reveló el Foro.
Las tareas forenses se realizarán entre mañana y el viernes. Es la primera campaña –al que seguirán otras- de un proyecto de “intervención y exploración” de las “zonas de interés” detectadas por el relevamiento aéreo de julio, que utilizó la tecnología LIDAR. El plan de trabajo convocará a la antropóloga Mariella Fumagalli, quien está a cargo de la Unidad de Búsqueda del EAAF y a su colega Juan Nóbile, un conocedor del Campo San Pedro porque ya intervino en el hallazgo de 2010. El tercero es un científico de la Facultad de Ciencias Astronómicas y Geofísicas (FCAG) de la Universidad Nacional de La Plata, el doctor Daniel Del Cogliano, quien dirigió el equipo de expertos en Geodesia y Topografías que analizó los resultados de la prospección aérea del campo. Los tres ya hicieron un “reconocimiento del terreno” el 25 de junio, el mismo día que el secretario de Derechos Humanos de la Nación Horacio Pietragalla y su colega, la secretaria de Derechos Humanos de Santa Fe, Lucila Puyol, se movilizaron hasta San Pedro. En la actividad participaron también el presidente del Archivo Nacional de la Memoria, Marcelo Castillo y el investigador y referente del Foro contra la Impunidad, Hugo Kofman.
El Foro dijo que la investigación que comienza mañana está “en mejores condiciones” por tres hechos: 1) El aporte científico de los “geólogos de la Universidad de La Plata que analizaron los resultados del escaneo aéreo del campo con un equipo LIDAR”, 2) Los “valiosos testimonios que brindaron peones rurales de la zona”. 3) Y el “fuerte apoyo” a la pesquisa de Pietragalla y Puyol para “llevar adelante estas tareas”.
“Consideramos que todo esto nos ubica en las mejores condiciones como para poder obtener resultados favorables”, a once años del “hallazgo de una fosa clandestina con los restos de ocho militantes asesinados y desaparecidos por la dictadura”, en junio de 2010. Dos de ellos aún no fueron identificados.
La campaña que se inicia mañana es la primera. “Las tareas de búsqueda seguirán con otras intervenciones” en los próximos meses.
El Foro reveló que los testimonios de los lugareños presentados ante el juez Bailaque, “reafirman que el Campo San Pedro fue utilizado por el Ejército como un verdadero centro regional de exterminio y enterramientos clandestinos”, que no tuvo sobrevivientes. “Aspiramos, y seguiremos luchando para recuperar los restos de todos los compañeros y compañeras, los mejores de la generación diezmada, que aún permanecen desaparecidos por la dictadura genocida y vende patria”.
En tanto, la directora de la Memoria de la Secretaría de Derechos Humanos de Santa Fe Valeria Silva ratificó que el objetivo del área es profundizar las investigaciones en el Campo San Pedro. “Avanzar todo lo que haya que avanzar para que no queden dudas sobre la existencia o no de fosas comunes”.
“Entiendo que esto es un rastrillaje profundo y extenso del lugar porque el LIDAR escaneó todo el predio y ahora van a trabajar en esas zonas de interés que marcó” el equipo. “Esperamos que pueda haber hallazgos. Pero si no están ahí (los restos de desaparecidos), si por alguna razón no están, tener la certeza de que se ha hecho todo lo posible para saberlo. No quedarnos con las dudas o con la incertidumbre de que ahí podrían estar. Eso es muy importante”, explicó Silva.
“La expectativa es que podamos tener un hallazgo y que sea un aporte más para reconstruir el plan sistemático del terrorismo de estado y la memoria. Las expectativas están siempre. Es imposible no tenerlas, por más que uno diga: ‘bueno hay que tomarlo con tranquilidad porque a lo mejor los movieron o no están’”, concluyó.