Esa semana se concretó la elevación a juicio de un caso emblemático en la investigación del terrorismo de estado en la región: el robo de los expedientes sobre violaciones a derechos humanos concretado en octubre de 1984 en los tribunales de Rosario. El fiscal federal que investiga estos crímenes de lesa humanidad Adolfo Villatte acusó a dos ex militares de inteligencia por el robo de expedientes y elementos probatorios de un juzgado provincial, que comprometían la responsabilidad de sus camaradas en el terrorismo de Estado. La llave para descubrir la responsabilidad de uno de ellos, el entonces segundo jefe del destacamento, Luis Américo Muñoz, se basó en un reclamo de ascenso militar, que pasó por las manos del entonces responsable de la Junta Superior de Calificaciones de Oficiales (JSCO) que no fue otro que el después jefe del Ejército Martin Balza. "Sin dudas Balza sabía cuales eran las dos operaciones de inteligencia que le encargaron a Muñoz, porque se debatió en el seno de ese encuentro, pero sin taquígrafos, a quienes hicieron salir del recinto". A renglón seguido, Villate asegura que esas dos operaciones fueron "el secuestro de los militantes asesinados Osvaldo Cambiaso y Eduardo Pereyra Rossi, y el robo de los expedientes en los tribunales de Rosario".  

La operación en cuestión, que fue presentada en documentación secreta del Ejército como una acción de inteligencia, fue concretada en la madrugada del 8 de octubre de 1984, pocos días después de que la Comisión Nacional sobre Desaparición de Personas (CONADEP) concluyera su labor de relevamiento en todo el país y, en ese contexto, hubiera aportado profusos elementos de prueba y sugerido medidas probatorias en las investigaciones que se estaban desarrollando en el Juzgado de Instrucción de la 10° Nominación de Rosario en la causa N° 6/84, caratulada “Feced, Agustín y otros s/ Privación Ilegítima de la Libertad, Homicidios y otros”.

Segun reconstruyó el fiscal en su escrito ante el Juzgado Federal N° 3, alrededor de la 1.45 del 8 de octubre de 1984, Muñoz comandó a un grupo de integrantes de la inteligencia castrense que amenazó con armas de fuego a la custodia policial del edificio de los tribunales provinciales, ubicados en la calle Balcarce entre Montevideo y avenida Pellegrini, le sustrajo sus armas reglamentarias y los maniató y los encerró en el recinto de la guardia, donde fueron hallados y liberados por el personal que llegó a trabajar a las 5.00.

-¿Cuál era el rol de Muñoz?

-Era el segundo jefe del Destacamento de Inteligencia del 121, y desde su lugar fue, con personal a su cargo, quien llevó adelante esta operación especial de inteligencia. Después en un reclamo que le presenta al presidente Alfonsín porque no lo ascendía, nosotros entendemos porque sabía que él había sido quién había estado encargado de llevar adelante esta operación especial de inteligencia. En ese reclamo, Muñoz pone de manifiesto qué operaciones especiales inteligencia hizo: una en 1983 y otra en 1984. La primera a nuestro criterio fue el secuestro de los militantes peronistas Cambiaso y Pereyra Rossi, mientras que la segunda operación, no tenemos dudas que fue el robo de los expedientes en los tribunales de Rosario. Entonces estamos convencidos que su rol fue fundamental, ya que era el segundo jefe del área que era emblemática en la represión ilegal durante la dictadura militar y que lideraba el grupo de tareas del ejército en nuestra jurisdicción.

-¿Qué rol cumplió en este caso Fructuoso Funes ?

-Funes era el jefe de Inteligencia del Comando del Segundo Cuerpo dentro de las cuatro áreas en que estaba dividida la plana mayor que ejercía sus funciones junto al Comandante del Segundo Cuerpo. Funes era uno de esas cuatro personas que eran los segundos del comandante en el área de Inteligencia, que es el área emblemática en cuanto a la recolección de información, al análisis de inteligencia, a la definición de blancos y ejecución posterior de las operaciones necesarias para que se lleven a cabo estos blancos.

-¿En esa investigación se pudo establecer donde fue a parar esta documentación robada de los tribunales de Rosario?

-No, lamentablemente no pudimos establecerlo. Sinceramente, es lo que más nos gustaría, porque creo que debe haber sido tan importante su contenido que casualmente motivó que se movieron estos mecanismos para llevar adelante un hecho de estas características.

-En el expediente figura una presentación en la que el jefe de la Junta de Calificaciones de Oficiales, la que otorgaba los ascensos, se presenta ante el Senado de la Nación, que era el ámbito de discusión, y habla sobre las dos operaciones de inteligencia. Era nada menos que el después jefe del Ejército Martín Balza. ¿Se puede inferir que Balza sabía sobre las dos operaciones que Muñoz concretó para reclamar su ascenso?

-Sin dudas Balza debió haber sabido, porque si todo es como nosotros suponemos, en esa reunión de la Junta de Calificaciones de oficiales se evaluaron las operaciones especiales de inteligencia que se estaban invocando como antecedente para justificar el merecimiento de este ascenso. Nosotros entendemos que Balza sabía. Concretamente, el acta dice que se ordenan retirar a los taquígrafos.

En rigor hay en el expediente -al que pudo acceder Rosario/12- analizado por el fiscal Villatte un documento que señala que en octubre de 1989 el propio general Balza, como responsable de la Junta de Calificaciones, fue al Congreso para analizar el ascenso a Coronel de Muñoz. "Debo destacar que han surgido dos elementos de juicio, que considero son positivos. Desempeñándose como segundo Jefe del Destacamento de Inteligencia – Rosario, participando de dos operaciones especiales que figuran en su reclamo, y voy a dar lectura… POR ORDEN DEL SEÑOR PRESIDENTE SE RETIRAN LOS TAQUIGRAFOS. AL INGRESAR SE HALLA EN USO DE LA PALABRA EL GENERAL BALZA. General BALZA. Por todo lo expuesto y dado los nuevos antecedentes propongo se modifique la clasificación de ACG por la de AGIS al año 1988 (…) se aprueba por UNANIMIDAD…”, dice el documento.

Villate razona en el pedido de elevación a juicio que "no hay duda de que los nuevos antecedentes que merecieron el ascenso de Muñoz fueron las dos operaciones de inteligencia, cuya explicación de motivos debe haberse realizado durante la sesión de la Junta Superior de Calificaciones de Oficiales (JSCO) pero de la cual no obran constancias puesto que hicieron retirar a los taquígrafos. Entiendo que es en ese momento donde deben haberse aportado los elementos probatorios que avalaban lo expresado pero que adrede no fueron consignados, respecto de cuales eran esos elementos y/o antecedentes nuevos que le permitieron a Muñoz, sin más, recibir el ascenso en el año 1991".