El Pichiciego menor (Chlamyphorus truncatus) pertenece la familia de los dasipódidos. Fue descrito por primera vez alrededor de 1825. Su nombre proviene del idioma mapuche, en el que la palabra pichi se usa para indicar algo de pequeño tamaño. Vive en la zona centro sur este de Catamarca y el desmonte es su principal amenaza.

Aunque por su forma y características parece un animal fantástico, o el protagonista de una historia de hadas, el pichiciego es real. Se trata del ejemplar más pequeño del grupo de los armadillos, su tamaño oscila entre los 7 y los 11 centímetros. “Tiene el caparazón de color ocre rosáceo que está unido al cuerpo a lo largo de la línea media dorsal. También se distingue porque el pelaje que cubre la cara, el vientre y el dorso por debajo del caparazón es suave y de color blanco puro”, cuenta el biólogo Roberto Salinas a Catamarca/12.

La cola espatulada que tiene suele dejar un rastro característico en el suelo, cuando realiza sus cortas salidas en la superficie. 

Es un excelente cavador; desarrolla la mayor parte de su actividad en el interior de las galerías subterráneas que excava removiendo la tierra con las fuertes garras delanteras, mientras que con sus patas traseras la echa hacia atrás y la compacta ayudándose con el escudo pelviano; también usa este escudo para tapar en forma hermética la entrada de la cueva evitando así el acceso de predadores y del agua de lluvia. Si ocasionalmente la cueva se llega a humedecer, la abandona. 

“Se les dice ciego porque se trata de animales que ocasionalmente se los encuentra de día. Viven en cuevas, que cavan más de 40 centímetros para protegerse del calor, ya que viven en zonas desérticas o semidesérticas, como el departamento La Paz o incluso en el Valle Central de Catamarca”, cuenta Salinas.

Por tratarse de animales poco estudiados, sobre todo por sus costumbres, poco se sabe sobre su reproducción. La hembra posee dos mamas y aparentemente da a luz una o dos crías

Se alimenta de invertebrados, como langostas y lombrices y de algunas plantas. También de escorpiones, por lo son bastantes útiles porque se comen los bichitos que son plaga para la agricultura. 

El pichiciego, es conocido también como “El rey de los Quinquinchos”, según cuenta Salinas, en la zona de la localidad de La Guardia, del departamento La Paz, los cazadores de quirquinchos dicen que cuando ya han tomado muchos de estos animalitos (que también están amenazados) y se les aparece un pichiciego, “es señal de que deben dejar de cazarlos”.

En este caso, el pichiciego sería una suerte de “protector” de su familia de armadillos. Existen leyendas, que cuentan los pobladores de esa misma zona, que algunos cazadores de quirquinchos perdieron el rumbo luego de ver un pichiciego e incluso fueron encontrados muertos con sus bolsas llenas de caza.

Vulnerable

Aunque sea un armadillo, el pichiciego es mucho más vulnerable que, por ejemplo; los quirquinchos, porque su caparazón en más frágil. Pueden morir muy fácilmente en las fauces de un zorro o de un perro.  Es un animal muy delicado que no sobrevive en cautiverio, por lo que aconsejan no llevárselos en el raro caso de que se encuentren con uno.

“La principal amenaza que tienen son los desmontes, las topadoras entierran sus palan al menos unos 40 centímetros cuando hacen limpieza y con esto destruyen sus cuevas. No conozco que se los mate para comerlos, sobre todo por esta superstición o leyenda que existe sobre ellos, salvo alguien que la ignore”, cuenta el biólogo.