Enardecidos tras la victoria en las PASO, Juntos Por el Cambio encara la segunda etapa de campaña con la ambición de quitarle al Frente de Todos el quórum en la Cámara de Senadores. "Plan cinco senadores" es como se llama la nueva estrategia comandada por Patricia Bullrich que tomó vuelo en los últimos días y entusiasma al ala más dura de la coalición opositora. El eslogan apuesta a consolidar la diferencia de cinco votos que JxC consiguió en las primarias, atizando la expectativa de poder ganarle a Cristina Fernández en su propio territorio. Es que con los números que sacó el 12 de septiembre, JxC se quedaría con un total de 34 bancas, solo una menos que el FdT. Con este objetivo en mente, les principales referentes del espacio recorren el país, haciendo especial énfasis en las ocho provincias que eligen senadores. "Es la primera vez desde el retorno de la democracia que el peronismo puede llegar a perder el control del Senado", se entusiasman tanto en el Pro como el radicalismo, anticipando un futuro panorama legislativo en el que el oficialismo no pueda mover ni un dedo sin antes negociar con ellos.
"Podemos construir una mayoría en la Cámara de Diputados y tener cinco senadores más que van a destrabar el quórum y significará que ellos no van a poder hacer las cosas solos", arengaba Patricia Bullrich. Fue el martes en un acto en Santa Fe acompañada por las cabezas de lista de la provincia Carolina Losada y Mario Barletta, y su par en la UCR Alfredo Cornejo. Al día siguiente, la misma escena se repitió en Chubut con les candidates a senadores locales. El display en las fotos era siempre el mismo: el brazo levantado, la mano abierta y los cinco dedos extendidos. Las publicaciones en las redes sociales, luego, intercalaban frases como "necesitamos solo cinco senadores para ganarle al populismo" que estaban siempre acompañadas con el hashtag "#CincoSenadores". Había nacido una nueva campaña en JxC.
"El discurso de los cinco de Patricia pegó porque va contra Cristina, que genera más rabia, y porque tiene un fondo histórico: sería la primera vez que, desde 1983, el peronismo pierde el quórum en el Senado", explicaba un eufórico funcionario del Pro. En efecto, gran parte de los spots, publicaciones y discursos que repiten el mensaje de "los cinco" insisten obsesivamente en la importancia de "sacarle a Cristina la mayoría en el Senado". La estrategia, sin embargo, no es nueva. Ya hace meses que la ex ministra de Seguridad macrista viene recorriendo el país con un discurso que machaca con que llegó el momento de ir "por todo". Lo que hizo la derrota del FdT en las PASO fue adelantar esta posibilidad, llevando a que todo JxC se entusiasme en esta segunda etapa de campaña con quitarle las mayorías al oficialismo en ambas cámaras. Los números le dan porque de repetirse el resultado en las PASO, JxC sumaría cinco bancas más, pasando de 29 a 34. El FdT, en cambio, perdería seis bancas en el Senado, quedándose solo con 35 de las 41 que tiene actualmente. Se necesitan 37 bancas para tener quórum en el Senado.
La estrategia de JxC ahora es consolidar los votos obtenidos y de ser posible ampliar la base de representación en algunas provincias que, como Tucumán, ven factible un crecimiento de acá al 14 de noviembre. La tarea, sin embargo, no es fácil. En el comando de campaña de JxC identifican que el FdT tiene posibilidades de recuperar varias de las provincias que perdió en las PASO, como La Pampa y Chubut. Por este motivo, hace ya unas semanas que varias y varios referentes nacionales de la coalición comenzaron a recorrer el país con el ojo puesto en evitar cualquier filtración de votos. Además de Bullrich y Cornejo, Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau y Maximiliano Ferraro también se pusieron la campaña al hombro y empezaron a viajar por varias provincias en las últimas semanas. Para muches de elles, como Bullrich y Larreta, estas recorridas también funcionan como antesala de sus pretensiones presidenciales de cara al 2023.
Envalentonados por el resultado de las PASO, en JxC se muestran confiados en que la victoria se repetirá y ya están visualizando el escenario que puede abrirse en el Congreso en los próximos dos años. El bloqueo del tratamiento de la ley de Etiquetado Frontal la semana pasada fue solo una primera muestra de ello. Los más osados aspiran a ir por la presidencia de la Cámara de Diputados: desde Patricia Bullrich hasta María Eugenia Vidal, pasando por Elisa Carrió, ya se manifestaron en este sentido. El radicalismo, de momento, es más cauto. Más allá de las diferencias, existe un entusiasmo compartido de que el gobierno, de perder la mayoría en ambas cámaras, "va a tener que ponerse a negociar". "Hay que forzar al gobierno a negociar todas las leyes: cada vez que quiera la ley A tendrá que abandonar la ley B, si quiere la ley C tendrá que presentar también la ley D. La sesión pasada fue solo la primer muestra de fuerza, pero ahora viene en serio", advirtió un referente cercano a Patricia Bullrich. El oficialismo, mientras tanto, resiste y apuesta a revertir el resultado, pero, por estos días, el fantasma del Grupo A está más presente que nunca.