"Escuchar y gobernar. Escuchamos para mejorar lo que podemos hacer. La elección nos dejó un mensaje, lo escuchamos, lo interpretamos, lo aceptamos y estamos trabajando por todas las demandas que nos están haciendo llegar", aseguran desde el Gobierno a menos de un mes de las elecciones y después del duro resultado de las PASO. Tal como lo viene haciendo desde hace semanas, el mandatario seguirá llevando a cabo tres tipos de acciones: formará parte de actos partidarios, hará anuncios de gestión y continuará con los encuentros cara cara con distintos actores sociales. Desde su entorno especifican que en esas acciones el Presidente "no solo escucha a las personas de barrios populares, sino también a empresarios del círculo rojo --almorzó con ellos la semana pasada--, jubilados, vecinos de clase media y trabajadores de la economía popular". La igualdad para todos en la escucha y la búsqueda de diálogo sin conflicto, sin embargo, tiene sus límites. Es el caso de los empresarios que mostraron sus resistencia a acatar la medida del congelamiento de más de 1200 productos y que se reunirán mañana con el Gobierno para buscar un acuerdo.
Los cara a cara y el después
Las recorridas cara a cara a las que solo van tres personas --el Presidente, el Secretario general de Presidencia, Julio Vitobello y el subsecretario de comunicación, Marcelo Martín--, le sirven al mandatario como una especie de focus group casero, para escuchar los problemas de primera mano. En la reunión de gabinete que Fernández encabezó con todos sus ministros hace unas semanas en el Museo del Bicentenario, y cada vez que alguien pregunta qué sucede en esas recorridas, el Presidente explica que las personas reclaman cuatro puntos: inflación, seguridad, reconversión de planes sociales en trabajo y que los chicos que perdieron la escolaridad por la pandemia la retomen.
Con esos datos Fernández pidió al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas y de Economía, Martín Guzmán, que se ocupen de la inflación --tarea compleja y con magros resultados hasta el momento, ya que la inflación de septiembre, según los datos que se conocieron el jueves, volvió a subir al 3,5 por ciento--. Otra medida que tiene el objetivo de controlar los precios está vinculada a que el nuevo secretario de Comercio Interior, Roberto Feletti, propuso congelar el valor de más de 1200 productos por 90 días, medida que ya fue rechazada por empresarios.
Al ministro de Trabajo, Claudio Moroni, y al de Desarrollo Social, Juan Zabaleta, en tanto, Fernández les pidió que se ocupen de transformar los planes sociales en empleo genuino --lo hicieron con los trabajadores de la zafra, también con los de la construcción y el del jueves con los gastronómicos--. En este punto, desde el Gobierno aclaran que esa "es una demanda de la sociedad y de los propios poseedores de planes sociales que lejos de ser 'planeros', trabajan en cooperativas y distintos lugares, pero necesitan tener trabajo genuino". La reconversión seguirá en el sector de servicios y comercio.
Al ministro de Educación, Jaime Perzyk, Fernández le dio la orden de que "vuelva a poner a los chicos en las aulas", para lo que el nuevo titular de la cartera implementó el plan “Volvé a la escuela” con una inversión de 5000 millones de pesos; anunció que habrá un aporte de 930 millones de pesos para las Escuelas Técnicas y 41 mil becas del programa Egresar para que los jóvenes terminen la escuela secundaria. A Aníbal Fernández, Ministro de Seguridad, por último, le pidió que envíe fuerzas federales a la ciudad de Rosario y al conurbano bonaerense.
Desde el Gobierno se empeñan en destacar que esos encuentros de primera mano no son solo con los sectores sociales bajos y las clases medias sino que Fernández "escucha a todos los sectores". "Se junta con la CGT, con el campo, y también con los empresarios que son clave para la reactivación económica, para la reconversión de planes sociales en empleo; para las inversiones productivas y no especulativas; para defender y apostar a la industria nacional". En esa línea, el mandatario dijo en un acto que encabezó el jueves en Casa Rosada junto a productores vitivinicolas que "tenemos que ver cómo diseñamos el futuro juntos, sino tanto dolor y tanta muerte no tendrán sentido. Hay que sentarnos en la mesa y buscar puntos de acuerdo. Si de diez temas nos ponemos de acuerdo en siete, ya es un montón. Entre lo ideal y lo posible vamos aumentando lo posible".
La pregunta es si intereses tan distintos se pueden conjugar --el tema de la inflación y el control de precios es paradigmático de esto, dado que implica un conflicto inevitable-- y si corresponde una igualdad de escucha ante realidades tan dispares y complejas como, por ejemplo, entre los empresarios del "círculo rojo" y las personas que no llegan a fin de mes. En el coloquio Idea, Fernández pareció sentar postura: "Debemos encontrar el punto de equilibrio para que esa suba cese. Queremos hacerlo en acuerdo con los industriales y cadenas comercializadoras. Pero sepan que seremos inflexibles en esta materia. El pueblo argentino no puede ser la víctima de la especulación y ambición de algunos. Una sociedad donde unos pocos ganan y millones pierden, no es una sociedad. Es una estafa", aseguró. Habrá que esperar qué sucede en las próximas semanas para evaluar cómo se dirime el conflicto.
Comando electoral
Si bien pareciera que la campaña del oficialismo después de las PASO bajó su intensidad, las distintas patas comunicacionales de todas las tribus del frente se siguen reuniendo en el Complejo Cultural C ubicado en el barrio de Chacarita. La diferencia es que ahora lidera el equipo el asesor catalán Antoni Gutiérrez-Rubí. "Hay un trabajo unificado", repiten cerca de Fernández. El "comando de campaña" del FdT, liderado por el catalán, definió que durante estas semanas el FdT debe "mostrar la gestión; escuchar; articular la agenda de gestión más las microacciones y a todo eso sumarle los actos de campaña". Otro de los objetivos de aquí al 14 de noviembre es buscar a los votantes que no fueron en las PASO y a "los desencantados", a los que consideran que "hay que escucharlos y explicarles las medidas del Gobierno". Si bien el slogan del oficialismo en el primer tramo de la campaña fue "la vida que queremos", ahora todo se centra en el "Sí". "Nosotros representamos el Sí: sí al trabajo, a la educación pública, a la industria nacional, a la producción. Nos contraponemos al no permanente de Cambiemos que representa a la derecha que te hace perder derechos", consigna el asesor del gobierno y repiten los candidatos y funcionarios de distintos rangos dentro de la alianza oficialista.