El Concejo Deliberante de la ciudad de Salta desarrolló un plenario para analizar el proyecto que busca crear el Banco Genético de Cultivo de Cannabis Medicinal en el municipio. Los ediles pudieron escuchar el relato de usuarios y representantes de asociaciones civiles que trabajan en pos del uso medicinal de la cannabis, destacando la importancia que tiene en la salud integral de las personas. 

A pesar de que el proyecto ingresó hace más de un año y medio al recinto, aún no encuentra consenso entre los ediles que permita avizorar siquiera una señal de aprobación. Algunos legisladores lo catalogaron como ambicioso y apelaron a que se continúe discutiendo. Mientras que desde el Ejecutivo municipal señalaron que la iniciativa es loable, pero no cuentan con los recursos económicos para llevarlo adelante. 

El autor del proyecto, Fernando Ruarte (Frente de Todos), señaló que la iniciativa permite “avanzar no solo en el acceso a la salud, sino también en la generación de fuentes de trabajo, y en la lucha contra el narcotráfico que en Salta hace estragos”. Además del Banco, también se pretende crear un programa municipal para el estudio y la investigación sobre cannabis; el Registro municipal de pacientes con prescripciones médicas, y la creación del Consejo Consultivo de Cannabis.

Ruarte agregó que la ausencia de legislación con respecto al tema representa una "deuda con la salud de los salteños". Recordó que cuando se votó en el recinto la vuelta a comisión del proyecto, el 11 de novimbre de 2020, ese mismo día el presidente Alberto Fernández dio a conocer el decreto nacional N° 883/2020. 

Esta norma permitió una nueva reglamentación de la Ley Nacional de Investigación Médica y Científica de Uso Medicinal de la Planta de Cannabis y sus Derivados, que surgió a partir de la construcción de consensos entre las autoridades sanitarias, las sociedades científicas, los organismos públicos involucrados y las organizaciones no gubernamentales. 

Ruarte recordó que la disposición permitió un cambio de paradigma sobre la temática, ya que el decreto se centró en el autocultivo y el cultivo solidario con fines medicinales, lo que posibilitó visiblizar el valor de uso y evitar la estigmatización. Por eso, indicó que el proyecto que busca aprobar en la ciudad viene a aportar a la iniciativa nacional y "dar una respuesta a mucha parte de la población que está necesaitando este aceite", o sus derivados. 

La representante de la Asociación Cultural y Club de Cultivo en Libertad, Marita Soria, relató que desde hace 33 años es usuaria cannábica, y que desde hace 6 años fue diagnosticada con esclerosis múltiple. Aseguró que ese padecimiento puede ser desencadenado por una situación de estrés. Por eso, responsabilizó de su patología al Estado, ya que el 8 de abril de 2015, sufrió un allanamiento en su domicilio por plantas que tenía, y que la ayudaban a sobrellevar la artritis, la artrosis y la hipertensión arterial. 

Narró que al momento del allanamiento informó a los oficiales de estas enfermedades previas, pero no la escucharon y sufrió tres desmayos en las cinco horas que estuvo arrodillada en el comedor de su casa. Luego de ello, tuvo que ser internada y fue detenida por 38 días, siendo liberada recién el 18 de mayo de ese año. "¿Ustedes quieren pasar por esto por una planta?", preguntó a los presentes. 

Fue su hija quien le recomendó que usara aceite de cannabis y según Soria, "fue lo mejor que me pasó en la vida”: “Ahora puedo decir que ya no me desmayo, no tengo crisis de narcolepsia, ahora tengo calidad de vida”. Agustina Márquez, su hija, puso en valor la necesidad de que los usuarios cuenten con la información y los estudios necesarios. 

Mientras que el referente de la Asociación TGD Padres TEA, Luis González, contó sobre los estudios realizados en relación a tratamientos con cannabis y el autismo. Y relató que estudios preliminares demostraron que el uso del CBD, uno de los componentes cannabinoides, "tiene muy buenos resultados dentro de la población con Trastorno del Espectro Autista”. 

También dijo que otros estudios dieron a conocer que el uso del cannabis les permitió a los chicos mejorar en el aspecto comunicacional. "Chicos dentro del espectro autista que no eran verbales llegaron a decir sus primeras palabras entre un 20% y un 40%, además mejoraron en lo relacionado a su calidad del sueño y a las crisis disruptivas”, destacó. Por lo que vio con buenos ojos, que desde el municipio se amplíe el debate y sobre todo, la legislación al respecto. 

Otra de las voces que se escucharon en el recinto fue la de Aurora Herrera, integrante de TGD Madres TEA Salta, quien contó su experiencia personal al relatar que es madre de una joven con discapacidad. "Mi hija nació con una alteración cromosómica, un síndrome encuadrado dentro de las enfermedades poco frecuentes debido al nivel de su incidencia”, dijo. Y contó que cuando la niña transitaba sus 10 años, llegó a consumir cuatro antipsicóticos y entre esos, clonazepam cada cuatro horas por las conductas de autoagresión que tenía. 

La mujer planteó a profesionales que no quería que su hija consumiera tantos medicamentos y que llegue a los 20 años con "su sistema endocrino alterado", que "su hígado no funcione" o "que sus riñones no respondan". Por lo que optaron por probar el aceite de cannabis. Ese tratamiento “le ayudó a mejorar la calidad de vida, no tan solo de ella, sino de su ambiente, de su entorno, lo que le permite ocupar otros espacios, que desde lo conductual antes no podía hacerlo”. 

Por su parte, el integrante del Centro Cultural Pata Pila, Rubén Eduardo Luciano, hizo hincapié en el trabajo barrial que realizan desde su espacio. Contó que observaron la situación que atraviesan algunos jóvenes con las drogas duras en barrios vulnerables, por ejemplo, el paco, y encontraron en el aceite de cannabis, una salida terapéutica, ya que vieron que "les baja mucho la ansiedad y los mantiene estables”. 

Planteó que existan más profesionales de la salud capacitados en el tema porque son quienes hoy habilitan al uso del cannabis medicinal. El decreto nacional creó el Registro Nacional del Programa de Cannabis (REPROCANN), que autoriza un cultivo controlado. Luciano señaló que es muy difícil encontrar a un médico que esté registrado para poder dar el permiso. 

"Muchos médicos no te quieren recibir ni hacer la orden para que puedas plantar", cuestionó, y en caso de recurrir al ámbito privado para obtener la autorización, se está hablando de consultas que van de los $3 a $5 mil. "Necesitamos mucha capacitación y deberíamos hacer fuerza para que ellos se instruyan", agregó. 

De las exposiciones también participó el abogado penalista Martín Galván, quien destacó que el proyecto de Ruarte no tiene impedimentos legales ni penales que impidan su tratamiento en el Concejo de la ciudad. Expresó que sí hay una facultad municipal, avalada por la Constitución Nacional, en relación a una cierta autonomía a los municipios, y por la "Constitución Provincia, que en el apartado 176 plantea la cooperación de los municipios con la provincia o la Nación en temas de salud pública”. 

Recordó también que Salta ya aprobó la Ley Nº 7996, "por la cual se ingresa al vademécum de la provincia al aceite de cannabis y por lo tanto al sistema de salud pública”. Y aseguró que el proyecto esa idóneo y necesario por el derecho a la salud pública de las personas. 

De ambicioso no se baja 

En el plenario también estuvo la subsecretaria de Salud y Ambiente Humano, Mónica Torfe, quien se mostró agradecida por la invitación y destacó los beneficios que brinda la producción de “fitomedicamentos que sean de origen natural, porque tienen muchos menos costos”, celebró además que “hoy la gente los esté consumiendo y los pueda producir”. 

Sin embargo, y en relación a la propuesta de Ruarte, sostuvo que el Ejecutivo de Bettina Romero no cuenta con la infraestructura ni los recursos económicos para crear un banco y los otros aspectos planteados en el proyecto del concejal del FdT. No obstante, señaló que la temática debe trabajarse en conjunto con la sociedad y las instituciones. Y planteó la posibilidad de llevar a cabo acciones mancomunadas con otros organismos estatales, además de sumarse a la redacción del proyecto. 

La concejala María Mora (Yo Participo) valoró el abordaje que tuvo el expediente en la Comisión de Salud y Niñez, y consideró que el proyecto "es ambicioso" y "hay que enriquecerlo escuchándonos entre todos, es un trabajo en conjunto”. Por su parte, la concejala Romina Arroyo (Salta Tiene Futuro) aseguró que se deben sumar los aportes de médicos y profesionales vinculados a la salud, que en el plenario no hubo. 

También sostuvo reiteradas veces que se trata de un proyecto ambicioso, por lo que "hay que evaluar legislativamente el proyecto, las competencias, de cuántos recursos estamos hablando". En la misma línea estuvo Paula Benavides (Salta Independiente), que indicó que "es importante saber los recursos" para poder "determinar cómo se puede avanzar en la temática”. 

Mientras que José Gauffín (Juntos por el Cambio) manifestó que "no se trata solo e aprobar o no una iniciativa" porque "toda legislación debe tener garantizada su partida presupuestaria”. Aseguró que hay que seguir trabajando la iniciativa, y dijo que de no aprobarse este año, acompañará su discusión en su mandato siguiente, ya que fue reelecto y Ruarte, no. 

El concejal José García (Yo Participo) también insistió en que hay que seguir estudiando el proyecto, ahora con los aportes obtenidos del plenario. “Hay que trabajar fuertemente para tener una herramienta que plantee un desafío para la ciudad”, expresó.