La modificación que introdujo el Banco Central en el mecanismo mediante el cual se realiza el pago anticipado de importaciones generó malestar en la industria por las dificultades que les produce a las empresas y acrecentó el temor a que se pueda prolongar más allá de fin de mes. Ante los cuestionamientos, la autoridad monetaria descartó que la medida, destinada a preservar los dólares, afecte el ingreso de productos y manifestó que se encuentra en diálogo con los empresarios del sector.
El Banco Central y la Comisión Nacional de Valores (CNV) aprobaron el 5 de este mes sendas medidas que ajustaron el cepo. El Central modificó el mecanismo por el cual se realizan los pagos anticipados de importaciones, estableciendo que hasta el 31 de octubre se deberán cursar a partir del despacho a plaza de los bienes. A su vez, la Comisión Nacional de Valores (CNV) reguló la operatoria del dólar Bolsa al fijar un límite de 50 mil nominales semanales para la venta de valores negociables denominados en dólares y emitidos bajo ley local con liquidación en moneda extranjera, en el segmento PPT, considerando tanto operaciones MEP como Cable.
Fuentes oficiales de la UIA dijeron a Télam que el Banco Central les avisó antes de tomar la medida, para ver cómo amortiguar el impacto en todo lo relativo a compras de insumos para la producción. “Es una medida que va a complicar la operatoria de muchas empresas como sucedió el año pasado, pero se espera que en una mesa de trabajo se resuelvan los imponderables que surjan y que sea algo transitorio en un contexto de mayor demanda de dólares y menor oferta por la estacionalidad del año”, añadieron las fuentes.
“Iremos monitoreando cómo afecta la dinámica de los distintos sectores y charlaremos con el BCRA para administrar los problemas que se vayan generando”, dijeron desde la UIA. Y agregaron que “es lógico que esto traiga preocupación ya que puede complicar las relaciones comerciales de las empresas con el exterior, pero el BCRA tiene mucho diálogo con el sector industrial para tratar de que esto afecte lo menos posible y que sea algo coyuntural y no estructural".
Miguel Ángel Pesce planea reunirse con directivos de la Unión Industrial Argentina (UIA) dentro de dos semanas, señalaron fuentes del equipo económico. El encuentro entre la autoridad monetaria y la UIA se daría antes de finalizar octubre, mes en que rigen nuevos mecanismos para las importaciones.
Al respecto, Juan Manuel Telechea, economista y director del ITE (Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala), explicó a este medio que "la medida apunta a contener un comportamiento típico que genera la brecha en los momentos de tensión cambiaria. Los importadores tratan de adelantar todo lo posible sus importaciones, dado que esperan que en el corto plazo el dólar oficial pegue un salto, presionado por el aumento del paralelo. Paradójicamente, este comportamiento refuerza sus expectativas, ya que al aumentar la demanda de dólares provocan la caída de las reservas del BCRA". "Esto ya se ve en los datos, dado que en los últimos meses aumentó mucho la demanda de divisas al BCRA, pero no sucedió lo mismo con las cantidades importadas que registra la aduana. Entonces la medida apunta a detener este tipo de comportamientos. Si bien es probable que sirva en lo inmediato para contener esta demanda de dólares, no resuelve el problema de fondo, que es la elevada brecha cambiaria", agregó.
Damian Regalini, presidente de la Cafama (Cámara Argentina de Fabricantes de Medias y Afines), mencionó que “la medida es razonable desde el punto de vista de la situación financiera del Estado pero va a generar algunos problemas en el segmento pyme industrial. Nosotros no desconocemos el problema que tiene el Estado con la escasez de dólares, con la enorme deuda que heredó y con la problemática también que implicó la pandemia”. Sin embargo, el empresario afirmó que la medida afectará a las pymes más no a las grandes empresas.
“Las medianas empresas que importan por encima del valor de 250.000 dólares van a ver limitado su abastecimiento, se les va a complicar a menos que utilicen una carta de crédito, lo cual no suele suceder porque no se suele conseguir crédito en el exterior ya que con los proveedores del exterior los pagos suelen ser anticipados. Por lo tanto la medida va a dificultar la operatoria de algunas pymes medianas. Las grandes empresas no van a tener problemas", explicó Regalini. "Deberían haber conservado la posibilidad de que en el cupo que uno tiene para girar al exterior anticipado no se incluyan las maquinarias. Muchas pymes ya compraron maquinarias o hicieron un giro al exterior a modo de seña con créditos que les dio el gobierno y ahora al entrar la maquinaria en ese cupo van a dificultar la operatoria comercial de hoy porque el cupo ya está ocupado", insistió.
Sergio Chouza, economista investigador de la Universidad de Avellaneda, expuso que la situación en materia de reservas es delicada y que “hay que cuidar lo que hay”. “La medida es producto del desarrollo del carácter financiero. Cuando hay una brecha a niveles elevados poner un umbral siempre es un poco arbitrario pero arriba del 50 por ciento ya te surgen todo tipo de incentivos espurios. La tentación del acceso a dólares a precio oficial es inmensa y hay un sector, que es el de los importadores, que puede tener acceso a pesar de que haya administración. Eventualmente si el desbarajuste es mayúsculo, se puede corregir. Es algo provisorio y a corto plazo hasta el fin de las elecciones. Entiendo que el objetivo es que sea algo provisorio para evitar el desacople que se venía dando entre lo devengado y lo percibido dado por adelanto de algunos pagos", concluyó Chouza.