Marco Filoni, biógrafo de Alexandre Kojève, acaba de reeditar en Italia su conocida biografía del filósofo, aumentada de 150 páginas. Releemos la nueva biografía de Filoni con el mismo entusiasmo que cuando leímos la primera edición, Le philosophe du dimanche, donde seguimos la evolución de esta destacada figura, que supo influir en buena parte de la intelectualidad parisina de los años treinta, sobretodo en torno al curso que dió durante años sobre Hegel. No es necesario recordar que intelectuales como George Bataille, Raymond Queneau, Michel Leiris, Gaston Bachelard, Jacques Lacan como también Raymond Barre, ex primer ministro de Francia, asistieron a los cursos de Kojève o fueron influenciados por su pensamiento.
Así, Filoni nos lleva de nuevo de la Rusia postzarista a Alemania y finalmente a París, donde Kojève, a petición de Alexandre Koyré, comienza su curso sobre Hegel en 1933. El estilo de Kojève era tan novedoso para su público que hipnotizó a toda una generación de autores, algunos de los cuales llevarían la marca de esta primera enseñanza, mucho más allá de la filosofía e incluso de Hegel. Por ejemplo, podríamos considerar la influencia decisiva que tendrá Kojève en la obra de Lacan y su formulación del deseo como "deseo del otro" o las formulaciones sobre "amo y esclavo" o el papel crucial del concepto de mediación simbólica en el "ser hablante". Pero lo novedoso en la biografía de Filoni concierne sobretodo el hallazgo de nuevos documentos en la Biblioteca Nacional de Francia (BnF), que muestran de manera clara la acción política de un filosofo quien, a partir de la Segunda guerra mundial, habría comprendido que un pensamiento que no se traduce en una acción concreta no sirve de nada. Si, por un lado, Kojève se describió a sí mismo como un “marxista de derecha”, por el otro, vemos que al comienzo de la guerra juega un doble rol entre aliados y enemigos.
La carta a Stalin
Tomemos por ejemplo la carta que envía a Stalin al comienzo de la guerra, carta cuyo contenido nadie conoce, pero que contendría ciertos consejos de Kojève al “padre de los pueblos”. Ahora bien, la carta en cuestión fue dejada por Kojève en la embajada de la Unión Soviética el 8 de junio de 1941, es decir 14 días antes de la ruptura del pacto germano-soviético. Es decir que nuestro filosofo escribe a un Stalin aliado de Hitler. A tal punto este aspecto es llamativo que cuando Kojève se entera de la agresión bélica alemana, huye de Paris por temor a eventuales represalias en una Francia ocupada.
Pero esto no es todo. En un texto ahora conocido, titulado “La noción de autoridad”, Kojève no se limita solamente a describir las formas carismáticas de la autoridad, como lo son el jefe, el padre, el juez, sino que además agrega dos anexos al texto analizando la autoridad del Mariscal Pétain, es decir el aliado francés de Hitler, con tanta “objetividad” que el autor parece olvidar que está hablando nada menos que del representante hitleriano en Francia. Y lo que Filoni nos muestra en su nueva biografía es que el texto sobre la autoridad es nada menos que un proyecto que Kojève envía al ministro de Pétain, Henri Moysset, quien estaba escribiendo una ley sobre el trabajo y una constitución de Vichy, es decir la nuevas leyes existentes en la Francia hitleriana y antisemita. El proyecto de colaboración intelectual con Vichy y Pétain, se encuentra también explicitado en una carpeta encontrada en la BnF, con el titulo “Proyecto Kojevnikov“ (el verdadero apellido ruso de Kojève), texto que será publicado en los próximos meses en Paris. Esas paginas proclaman desde el principio la necesidad de iniciar una "Revolución Nacional" en la que la nación debe redefinirse a partir de valores ciudadanos, como el trabajo (uno de los emblemas de Pétain, claro esta). Kojève se declara contra De Gaulle ("De Gaulle: simple retorno, lo que significa: a) utopía, b) ineficacia") y a favor de Pétain, a quién ve como un Robespierre pacifico, sin el terror, como cuando escribe "(Mariscal = Robespierre menos el Terror)" . Todo podría terminar aquí, pero leemos mas adelante, en el mismo proyecto, como concebir el estatuto de nuevos ciudadanos: es ciudadano aquel que realiza un trabajo productivo, y entonces tiene derecho de voto. Todos los demás serian solo “sujetos”, entre los cuales habrá que incluir “los ancianos, las amas de casa, los comerciantes y los intelectuales”. ¿Y qué ocurrirá con los judíos y los extranjeros? La propuesta de Kojève consiste en deportar a los judíos a las colonias francesas (como Madagascar), descritas como “pueblos retrasados” o bien, en algunos casos, tratar de convencer a judíos y gitanos de dejar de lado su tendencia “innata” a no trabajar.
Militante de la Resistencia
Si Kojève se limitara a la información aportada por la nueva biografía de Filoni, sería muy simple catalogarlo como a un colaboracionista más del régimen hitleriano. Pero no es tan simple, ya que Kojève militó en la resistencia francesa contra Hitler, no solo en el grupo “Combat” (con el nombre en código “Alex, la consciencia pura”), sino que además estuvo a punto de ser fusilado como espía por un batallón alemán que se encontraba en el centro de Francia en 1944. Y es gracias a su talento de negociador que Kojève logro convencer al comandante alemán que ambos eran verdaderos intelectuales que se encontraban azarosamente en medio de una guerra que ellos no habían elegido. Además, entre otros papeles encontrados en la BnF, existen también unos panfletos escritos en alemán, ya que Kojève hablaba perfectamente esa lengua, en los cuales trata de convencer a las tropas de Hitler que la guerra se terminó y que los judíos nunca fueron un problema para Alemania, siendo una fábula inventada por Hitler.
Pero no solo Kojève estuvo en la Resistencia, sino que además fue nombrado en 1948 alto funcionario francés participando en gran medida a la construcción de la actual Unión Europea. Entonces Filoni se pregunta ¿cuál fue la acción política de Kojève durante los años de la guerra? ¿Cómo explicar el contenido de su texto sobre la autoridad, el texto de propaganda, los intercambios con Vichy e incluso la carta a Stalin aliado de Hitler? ¿Se trata de un doble juego por parte de Kojève? ¿Tuvo siempre la necesidad de codearse con el poder? ¿O quizá podríamos agregar como lo escribió Lacan: "mi amigo Kojève, el hombre más libre que he conocido" ?
* Psiquiatra y psicoanalista.