La detención arbitraria de la dirigente social Milagro Sala comienza ya a interferir de manera directa en uno de los pilares fundamentales en los que el presidente Mauricio Macri busca apoyar su gestión: la supuesta “vuelta al mundo”. En la primera visita a un país de Latinoamérica desde su asunción como primer ministro, el canadiense Justin Trudeau le trasladó al mandatario argentino su inquietud por la situación de la líder de la Tupac Amaru, que está próxima a cumplir un año de prisión por orden del gobernador de Jujuy, el radical Gerardo Morales. Macri reiteró el discurso oficial que lanzó desde que se conoció el reclamo de “liberación inmediata” por parte del Grupo de Trabajo sobre Detención Arbitraria de la ONU. Dijo que iban a “contestarle” hoy a al “panel de las Naciones Unidas” y que además ya los habían invitado a visitar Jujuy para “chequear que se están respetando todos los derechos humanos”.
Luego del traspié diplomático provocado por haber apoyado la candidatura presidencial de Hillary Clinton en la elección de Estados Unidos, el Gobierno esperaba tomar oxígeno en su agenda internacional con la visita del mandatario canadiense, un joven dirigente del Partido Liberal conocido por su liderazgo carismático, sus posturas feministas y su defensa de los derechos humanos. La reunión fue presentada como un “relanzamiento” de la relación de cooperación y amistad entre ambos países, con el foco puesto en el intercambio comercial, el medioambiente y las políticas de seguridad y de “gobierno abierto”, entre otras cosas. Sin embargo, y a pesar de que en sus exposiciones iniciales ninguno de los mandatarios había hecho mención al tema, la detención de Sala interfirió en los planes de Cambiemos. Tras la pregunta de la prensa argentina ambos reconocieron que habían conversado del tema en privado.
El primer ministro canadiense había recibido la semana pasada, antes de iniciar su gira por Argentina, una carta de la organización Amnistía Internacional en la que le expresaban su preocupación por la situación de la líder de la Tupac Amaru y la necesidad de cumplir el reclamo del Grupo de Trabajo de la ONU para que sea liberada por considerar que se trató de una “detención arbitraria”. Algunas semanas después que el grupo de la ONU, la Organización de Estados Americanos también reclamó la liberación de la militante jujeña.
“Respecto a la señora Sala, hemos hablado el Presidente (Macri) y yo acerca de esto y hemos hablado de la importancia de la transparencia, la apertura y la importancia del Estado de Derecho. Sabemos que vamos a compartir una respuesta formal a través de Naciones Unidas y yo tengo confianza absoluta en el hecho de que vamos a tratar el tema de manera responsable, abierta y que cumpla con el Estado de Derecho, tal y como hacemos en nuestro país”, afirmó ayer el primer ministro de Canadá. Las palabras de Trudeau –que hoy se reunirá con el secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, y visitará el Parque de la Memoria– y la decisión de abordar el tema en el encuentro bilateral significó un importante gesto de apoyo al reclamo tanto de Amnistía como de otros organismos como el CELS, que recurrieron al sistema internacional de derechos humanos.
“Le comenté que el viernes vamos a contestar el informe del panel de Naciones Unidas y además les hemos extendido una invitación a que vengan a visitar Jujuy y por sí mismos chequear lo que informa Jujuy, que se están respetando todos los derechos humanos y todas las leyes vigentes en la argentina”, sostuvo Macri, a su turno.
Desde los organismos denunciantes criticaron la respuesta del Presidente argentino y remarcaron que no debe “contestar” al grupo de la ONU sino informar de los avances en el cumplimiento de su reclamo para “liberar de inmediato” a la dirigente. Sobre la invitación a visitar Jujuy, recordaron que el último antecedente de una misión de este tipo por parte de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) fue en 1979, cuando comprobó las violaciones a los derechos humanos cometidas por la dictadura comandada por Jorge Rafael Videla.
Trump y los cerdos
Por fuera de la situación de Sala, lo más parecido a un anuncio concreto de la visita fue la decisión de facilitar la importación de cerdo canadiense y de otros productos cárnicos, que según Trudeau podría realizarse hacia agosto de 2017 y que beneficiaría a sus productores locales. Buena parte de la conferencia se la llevó el escenario político internacional: los movimientos en la economía mundial producto de las promesas proteccionistas de Donald Trump, especialmente por los vínculos estrechos que Canadá mantiene con su vecino del norte. “Lo que expresamos en la reunión pasa por un mayor intercambio comercial. Las últimas elecciones demostrarían una tendencia contraria. Pero yo reitero que, viniendo de una Argentina que ha estado aislada del mundo de una década, el futuro es creer que podemos enriquecernos del intercambio”, afirmó Macri desde su atril en el Salón Blanco. “Existe una ansiedad porque el progreso no está funcionando como esperaban”, sostuvo Trudeau y agregó que “el comercio es bueno para el crecimiento económico y que puede y debería ser bueno para todos los ciudadanos”.
Además de los periodistas argentinos y canadienses, los escuchaban unos pocos funcionarios: la canciller, Susana Malcorra, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Producción, Francisco Cabrera. Los integrantes del gabinete argentino habían ingresado al salón mucho antes de que llegaran los presidentes pero muy poco tiempo después de ubicarse se retiraron por la misma puerta. Estaban sentados justo en la fila inmediatamente delante de la prensa y habían quedado a tiro de eventuales preguntas incómodas.