"El amor no son las flores ni los mensajes llenos de corazones y emojis de besos, el amor es la urgencia que te invade cuando sentís que todo se derrumba y querés aferrarte a aquello que te hace sentir estabilidad, el amor es vestirse apurado y salir corriendo a la calle cuando una llamada te saca del sueño. El amor es todo lo que hacemos para sentirnos menos solos."
El párrafo es un extracto de Los Nenes No Lloran, un newsletter de masculinidades, diversidad sexual y cultura pop. Para ser preciso, pertenece a #LaMesaChica, otro texto de entrega semanal; "un espacio personal" que Jo, su responsable, formó dentro de Los Nenes No Lloran. En esa entrega de #LaMesaChica, Jo usa un tono natural, reflexivo e intenso, para contar cómo "chongo pasó a ser novio" luego de una llamada, una noche de mierda atravesada por ataque de pánico; y también cómo en la urgencia se determinan las prioridades. En ese sentido, #LaMesaChica es la versión íntima, "una especie de catarsis o desahogo emocional" de Los Nenes No Lloran.
Jo venía interesado en el tema de las masculinidades. Su propia masculinidad y su forma de relacionarse con los demás lo llevaron a indagar en los vínculos, especialmente a reflexionar en las construcciones dañinas que heredamos. "Tuve muchos vínculos que se iban descomponiendo o desarreglando, y nunca llegaba a entender muy bien por qué", escribe vía mail. "En algún momento, leyendo, me di cuenta de que lo que ahora nombramos como masculinidad tradicional estaba detrás de muchas actitudes o formas de ser medio nocivas que yo tenía."
Desde ese lugar de revisión de aprendizajes y mandatos es que Los Nenes No Lloran aborda temáticas que interpelan a una amplia experiencia de masculinidades, reflexiona y cita fuentes que nutren el tema del que escribe. Jo no pretende que sea un proyecto académico ni de investigación. "Sin embargo, para todo lo que escribo, siempre intento construir pequeños 'marcos teóricos', investigando la literatura que haya al respecto, sobre todo en universidades o centros de estudio. Me interesa acercar esas fuentes a quienes leen el newsletter, para que no se queden solo con lo que digo. En todas las entregas está el listado de artículos, libros o papers que leí antes de escribir sobre el tema."
En la del anteúltimo domingo, que indaga en los significantes del sexo anal para los varones, el placer y la autoexploración, Jo despliega un argumento que concluye en no avergonzarse de las cosas que hicimos respondiendo a mandatos, sino en hacerlo si no nos permitimos quebrar con esos mandatos una vez que tenemos los instrumentos para hacerlo. Esa última parte parece crucial. "Tuve algunas dudas con esa línea, por ahí podía sonar a que estaba justificando el accionar de determinados varones, sobre todo en situaciones de gravedad, pero hablaba específicamente sobre la cuestión de la autoexploración sexual y cómo está siempre muy limitada por lo que nos enseña la masculinidad hegemónica", detalla.
"Más allá de eso, creo que ir encontrando herramientas para cuestionar la propia masculinidad es siempre un viaje muy difícil, sobre todo porque implica poner en duda la propia identidad y el esquema de valores internalizado alrededor de ella." Nada sencillo. Incluso, Jo duda de poder reproducir a gran escala su aprendizaje: "Apenas arranqué el proyecto, solía hablar del tema de forma más taxativa, como si la tuviese clara, pero luego me di cuenta de que todo es más complejo de lo que parece y de que muchas veces lo que le sirvió a un varón en particular a otro le genera rechazo".
Quizás la idea sea que cada vez haya más espacios como Los Nenes No Lloran. De hecho, todo lo que hacen Luciano Fabbri y el Instituto de Masculinidades y Cambio Social le parece súper interesante a Jo. "También se están creando incluso algunas áreas en el Estado, que trabajan el tema más desde la perspectiva de las políticas públicas. Si no me equivoco, en la provincia de Buenos Aires se creó una especie de Dirección para la temática, que es toda una innovación. En otros países el desarrollo es mucho más grande; en México hay universidades que tienen departamentos enteros de investigación trabajando masculinidades."
Aunque se considera escéptico de la idea de que las redes sean un espacio súper horizontal y democrático, Jo cree que hay algo de mérito en apoyar a quienes crean contenidos que te gustan o te movilizan. "Dedico varias horas de escritura y trabajo a Los Nenes No Lloran, e incluso me significa invertir algo de dinero, porque mandar mails a tantos suscriptores no es gratis". Todo eso lo llevó a considerar la idea de una membresía mensual, Club de les Llorones, para quienes quieran apoyar el proyecto.
"Es un modelo de financiamiento colectivo que está creciendo, yo mismo apoyo de esa forma a otros creadores que me gustan mucho", explica. De todos modos, Los Nenes No Lloran va a seguir siendo completamente gratuito: "Sería bastante pedorro de mi parte cambiar eso. Lo que sí estuve pensando es ofrecer algunos contenidos o escritos exclusivos a quienes se sumen a la membresía, todavía estoy dándole forma a la idea".
Materializado a partir de la primera cuarentena, Los Nenes No Lloran sale todos los domingos. Desde entonces, a Jo no le ha interesado que su nombre ni su imagen estén vinculadas al proyecto. De hecho, accedió a nombrarse así a propósito de esta nota. "El anonimato me permitió escribir y hablar sobre cuestiones muy personales que no me habría animado a mencionar si mi nombre estuviese en el proyecto desde el inicio", sostiene. "En algún momento seguramente lo cambie; por ahora me permite sentirme cómodo y escribir sin preocuparme por determinadas cuestiones."