El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y su par de China, Xi Jinping, no participarán el 30 y 31 de octubre de la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno del G20 que se realizará en Roma, informaron fuentes de la organización. Ambas ausencias, bajo la excusa de los efectos de una pandemia de coronavirus que aún no termina, podrían dejar al foro internacional sin un acuerdo sólido en un contexto de creciente tensión entre las potencias occidentales con Moscú y Beijing. La cumbre de la capital italiana se considera particularmente importante porque se produce justo antes de la conferencia sobre cambio climático COP26 de la ONU que se celebrará en Glasgow, donde la posición de las naciones del G20 será fundamental.
A menos de dos semanas de la cumbre en Roma, fuentes cercanas a la organización informaron que Xi no participará del encuentro que se hará en el centro de convenciones La Nuvola (La Nube), del barrio EUR de la capital italiana. Putin, en tanto, "confirmó su disposición a participar de la cumbre por videoconferencia", según informó el Kremlin a la agencia de noticias Sputnik tras una conversación telefónica que el presidente ruso mantuvo con el premier italiano, Mario Draghi.
El vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, fue citado por la agencia RIA Novosti afirmando que la decisión de Putin fue impulsada por la pandemia del coronavirus, ya que Rusia está registrando muertes récord y miles de nuevos casos en los últimos días.
Putin se autoaisló brevemente el mes pasado después de que decenas de personas de su entorno fueran diagnosticadas con covid-19. La semana pasada, luego de toser repetidamente en una reunión gubernamental, dijo que se había resfriado.
La diplomacia china sostuvo por su parte que el presidente Xi Jinping no asistirá a la cumbre del G-20 aludiendo a las medidas de seguridad en el marco de la pandemia por coronavirus. La noticia, confirmada el martes, se habría dado a conocer en una reunión de enviados del G-10 en Florencia el mes de septiembre, según informaron cuatro personas familiarizadas con el asunto a la agencia de noticias Bloomberg.
En ese sentido, los funcionarios de la diplomacia china explicaron que debido a la cuarentena obligatoria que se debe cumplir a la entrada al país asiático, Xi no tenía previsto acudir a Roma para no someterse a la medida a su regreso al país. Xi no ha viajado fuera del país desde enero de 2020, coincidiendo con el estallido de la pandemia, aunque mantuvo el contacto con sus pares internacionales a través de llamadas telefónicas y encuentros virtuales.
Los plantones previos
Xi y Putin tampoco participaron la semana pasada de una cumbre extraordinaria virtual del G20 dedicada a la crisis en Afganistán convocada por Draghi, en la que fueron relevados por ministros y representantes regionales. "Hasta donde yo sé", su ausencia "no se debió a razones particulares de política exterior", dijo entonces el premier italiano, quien subrayó que su participación presencial en el G20 de Roma era "fundamental".
La ausencia de Rusia y China también había sido notoria el pasado mes de junio durante la cumbre de cancilleres del G20 en la ciudad italiana de Matera, la primera cita presencial desde el inicio de la pandemia del foro que reúne a los 19 países más ricos del mundo, a los que se suma la Unión Europea (UE).
El ministro de Exteriores chino, Wang Yi, decidió participar por videoconferencia, mientras que su par ruso Sergei Lavrov envió a su viceministro, algo que generó malestar entre sus pares europeos. "Cuando te juntas también debes hablar con los otros. Necesitamos diálogo con Rusia y China", dijo en aquel entonces el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas.
Tanto Xi como Putin parecen decididos a esquivar las citas multilaterales. La semana pasada, el presidente ruso dijo que es posible que no asista a la conferencia mundial sobre el clima COP26, que sesionará en la ciudad escocesa de Glasgow del 31 de octubre al 12 de noviembre, "debido a la situación de la pandemia". Tampoco se espera que lo haga Xi, según señalaron funcionarios británicos citados por la BBC, tanto por los protocolos de China en torno al coronavirus como por preocupaciones genuinas frente a la covid-19 en el extranjero.
Un vínculo cada vez más fuerte
En cualquier caso, la reunión del G20 se dará en medio de un momento delicado a nivel global, con una agenda marcada por crisis de diferente escala, como el cambio climático, el suministro de vacunas contra la covid-19 y una economía mundial golpeada aún por la pandemia. Las posturas de China y Rusia son determinantes para muchos de esos asuntos y la ausencia de los líderes de dichas naciones dificultaría la firma de un acuerdo importante, según indicaron el martes diplomáticos italianos.
Mientras la relación de ambos países con las potencias occidentales se ha ido deteriorando en los últimos años, el vínculo entre Beijing y Moscú no hizo más que reforzarse. Días atrás, Putin elogió a China como un socio de gran confianza para Rusia durante su sesión anual de preguntas y respuestas en el tradicional Foro de la Semana de Energía.
"China es nuestro mayor socio comercial y económico. El volumen de comercio entre Rusia y China está aumentando, y superará los 100 mil millones de dólares estadounidenses en los primeros nueve meses de este año", dijo Putin y agregó: "Rusia y China siempre pueden sentarse a la mesa de negociaciones y encontrar soluciones mutuas".
El acercamiento de Rusia hacia la segunda economía más grande del mundo fue una alternativa a las sanciones por su anexión en 2014 de la península de Crimea y su rol en la crisis en Ucrania, mientras que Beijing estrechaba también sus lazos a medida que aumentaban las tensiones en casi todos los aspectos con Estados Unidos.
En el frente diplomático, ambos países se han apoyado frecuentemente en el Consejo de Seguridad de la ONU para contrarrestar el peso de Washington y sus aliados en temas como Siria, Irán o Afganistán, además de rechazar las críticas sobre violaciones de derechos humanos en sus territorios.
La crisis sanitaria del coronavirus elevó aún más las tensiones con Occidente, al lanzar tanto Beijing como Moscú una política de ofrecimiento de vacunas para impulsar su posicionamiento a nivel global. Sin embargo, fue con la llegada del demócrata Joe Biden a la Casa Blanca y su deseo de reafirmar el liderazgo estadounidense en el mundo que la alianza estratégica entre Rusia y China se afianzó.