La familia de un joven de 17 años denunció en la Justicia que su hijo fue “patoteado” por al menos tres jugadores de rugby del Jockey Club de la ciudad de Salta en una fiesta que se realizó en la finca San Vicente de Cámara de la localidad de Campo Quijano el sábado por la noche, y que como consecuencia de esa feroz golpiza aún se encuentra internado. La fiscalía Penal de Cerrillos, a cargo de Gabriel Portal, ya tomó intervención e informó que los peritajes médicos realizados confirmaron que el adolescente presentaba “lesiones recientes”, y que ya solicitó que se ordene la prohibición de acercamiento.
El padre del adolescente, Sebastián Aragón, contó a Salta/12 que su hijo fue atacado por cuatro mayores de edad y todos de contextura más grande “porque todos son jugadores de rugby”, y añadió que uno de ellos juega en las selecciones menores de los Pumas.
Aragón detalló que su hijo fue con tres amigos y en la fiesta se encontraron con un grupo de jugadores del Jockey con los que ya habían tenido algunos conflictos en veranos pasados en Cafayate, “por problemas y discusiones de chicas”. “La diferencia es que estos chicos son todos mayores de edad y grandotes, y mi hijo recién cumplió los 17 hace dos meses”, agregó.
Pero aseguró que no era la primera vez que se cruzaban luego de aquellos altercados, ya que frecuentaban muchas veces los mismos lugares “y siempre lo maltrataban, lo escupían y le daban golpes en la cabeza burlándose de él, que es más chico y de contextura chiquita, tiene un metro 70 y no pesa más de 60 kilos”. “Hace dos semanas, el mismo grupo agarró a uno de los amigos de mi hijo y le pegaron también, ellos siempre van golpeando y maltratando gente”, manifestó el padre del adolescente que se encuentra aún hospitalizado en el sanatorio Swiss Medical.
El joven identificó a Juan Cruz Aranda, Tomás Colque, Tomás Russo y Carlos Martearena, el hijo del presidente de la Unión Salteña de Rugby. “Apenas entró a la fiesta se encontró con Martearena e intercambiaron insultos”, indicó el padre del golpeado, “y un rato más tarde, cuando estaba solo charlando con una amiga lo abordó este grupo”.
En ese momento, Aranda, que según Aragón juega en los Pumitas y mide más de un metro 87 y pesa arriba de los 100 kilos, “porque está entrenado para golpearse con los All Black”, fue quien comenzó a increparlo y acorralarlo contra una pared junto a Russo y Colque, y el que termina pegándole un cabezazo en la zona del rostro que “le dejó el pómulo destruido”, pero también le generó que se golpee contra la pared “produciéndole un tajo y la conmoción que tuvo”, explicó el padre.
En ese momento, el adolescente cayó aturdido “y todos empezaron a pegarle piñas y patadas en el piso, cuando mi hijo estaba hecho una bolita”. “Ahí estaban Russo, Aranda y Colque, a los que se sumaron otros chicos que él no conoce”, aclaró, y sobre Martearena indicó que no fue el que comenzó a pegarle “pero cree que cuando estaba en el piso pudo hacerlo, porque estaba en el grupo de los golpeadores”.
Pero sostuvo que una de las testigas, prima del adolescente, aseguró que Martearena fue uno de los que participó de la golpiza. “Si no era por ella que se le tiró encima a Aranda, porque no lo podían frenar, y comenzó a gritar para que lo suelte, esto terminaba en un caso Báez Sosa dos”, expresó Aragón haciendo mención al joven asesinado a golpes por ocho rugbiers en enero de 2020 en la ciudad costera de Villa Gesell.
La joven, también menor de edad, añadió en su testimonio que cuando se retiraban con su primo golpeado y mientras lo subían a una “traffic” para trasladarlo, Martearena volvió a buscarlo “gritando que lo iba a matar y no los dejaba salir del lugar”.
Salta/12 se comunicó con el dirigente de la Unión de Rugby de Salta, Carlos Martearena padre, que, si bien se excusó de realizar declaraciones por consejo de sus abogados, compartió un comunicado en el que asevera que se está difundiendo “una versión tergiversada y alejada de la realidad”. Según él, su hijo “mantuvo una discusión con uno de los jóvenes” y en ese contexto recibió “de manera repentina, un golpe de puño en su rostro que le provocó la fractura del tabique nasal”.
Martearena negó que su hijo haya participado de los hechos que se sucedieron con posterioridad “por cuanto se encontraba aturdido y en estado de shock”. Y lamentó en el comunicado “que por este hecho se pretenda involucrar a la Unión de Rugby de Salta y al deporte en general”. A la vez que añadió que ya hizo la denuncia penal por la agresión a su hijo.
“Negamos rotundamente que mi hijo le haya pegado y que por eso se inició la pelea”, dijo indignado Aragón y repitió que sí discutió “porque siempre lo maltrataban cuando lo encontraban”, pero que luego se retiró “y media hora más tarde vinieron estos patoteros a pegarle”.
Por último, dijo sentirse apenado debido a que las familias de los agresores, así como el Jockey Club y la Unión de Rugby, no solo no ayudan en la investigación “tratando de confundir a la opinión pública a través de las redes sociales”, sino que tampoco se acercaron a preguntar cómo estaba su hijo “y solidarizarse con lo sucedido, cuando desde el domingo lo tenemos internado”.
Aragón dijo que espera que “nunca más este grupo de inadaptados se acerque a mi hijo”, y que la Unión Argentina de Rugby tome la decisión de desafectar a los cuatro “para que no los dejen jugar más a ese deporte que se supone es de caballeros”. Pero agregó que “como son mayores, si la ley dice que tienen que ir presos por lo que hicieron, que vayan”.
Este medio intentó comunicarse con el presidente del Jockey Club, Federico Petrina, para saber si su comisión directiva evalúa algún tipo de sanción. Pero el dirigente, a pesar de haber recibido los mensajes, decidió no contestarlos.
Investiga la Justicia
La denuncia motivó la intervención del Ministerio Público Fiscal de Salta. El fiscal que por jurisdicción debía actuar, Federico Jovanovics, se excusó por amistad con la familia de uno de los denunciados, por lo que está actuando el fiscal Gabriel Portal, que ordenó dos peritajes sobre el adolescente.
La fiscalía informó que tras ser examinado por el médico legal de la Policía de la provincia, se certificó la presencia de “inflamación e hinchazón en pómulo izquierdo e inflamación e hinchazón más equimosis en región temporal derecha y que se trata de lesiones recientes”. Las lesiones, según el profesional, son curables al término de 15 días.
El segundo examen, realizado por profesionales del Cuerpo de Investigadores Fiscales (CIF) el lunes 18, determinó “lesiones leves”. Se solicitó una tomografía para descartar posibles lesiones no visibles.
Entre otras medidas ordenadas, el fiscal solicitó que se verifique la disponibilidad de imágenes de cámaras de seguridad y el relevamiento de testigos. Y pidió al Juzgado de Garantías interviniente que se ordene la prohibición de acercamiento y de ejercer actos de violencia física y psíquica de parte de los denunciados, hacia el adolescente golpeado.