De todos los lenguajes a los que se han dedicado, ¿tienen preferencia por el teatro?

M. A. S.: –Sí. En el teatro no podés esconder tu mediocridad. En el cine tenés “corten, toma 40, metele mentol en el ojo para que llore, va de nuevo, no sirve, plano más corto, achicalo, más de costado”. Después de 50 planos, si no sacaste uno bueno… ha pasado. Los hubo, y muy encumbrados nombres de la televisión y el cine. Pero, claro: no podían hacer teatro. En el teatro se ve todo y me gusta por encima de todo. Después la radio, la tele y por último el cine, que es el juego más mentiroso. El más fácil de componer, si tiene talento el director. 

P. C.: –Empecé en televisión, toda la primera parte de mi carrera es eso. Me encanta. Lo que más me gusta es el teatro, por la cuestión de la adrenalina del público, incomparable con nada. Esa mezcla de todo lo que puede pasar en la escena, todos los avatares y cómo resolverlos en ese momento. Es como tirarte por un paracaídas, no tiene comparación con otro medio. Quedándome en primer término con el teatro, cine y televisión me gustan por igual. Conozco más la televisión, al cine lo voy conociendo. Es, para mí, un mundo lleno de cosas por hacer. Un mundo por explorar. Pero no tiene el aquí y ahora, vamos, no se puede ir para atrás.