Federico Moura murió a los 37 años, acaso sin imaginar el potente legado que dejaría en las generaciones sucesivas: sus postales de juventud son influyentes en la música argentina hasta la fecha. Este sábado cumpliría 70, la edad de un abuelo. ¿Hacia dónde hubiese derivado su búsqueda artística, estética e ideológica? ¿Cuáles serían sus posiciones frente a los sonidos y las banderas que aparecieron más allá del 21 de diciembre de 1988? ¿Seguiría siendo aquel que proponía disrupciones y nuevos caminos? Su partida prematura lo inmortalizó como un eterno moderno, siempre joven.
Año 2021, a casi tres décadas y media de ausencia, su vacío se volvió omnipresencia: así como no puede atribuírsele una inspiración en particular (entre la poesía, los viajes, el cine, en un tiempo la política, también la sexualidad; y, por supuesto, la música), tampoco hubo un "sucesor". Ni siquiera alguien con quien compararlo. Quizás por eso atravesó los tiempos y para volverse de todos. Aunque, a la vez, no es de nadie en particular: cualquiera puede apropiárselo, pero solo por un momento. Su revisita se trata casi de un viaje experimental: el paso por sus canciones ofrece -como pocos artistas lograron- una forma de entrar en su cuerpo, vibrar con su sensibilidad y hasta ver las cosas con esa profunda mirada de gigantes ojos verdes.
► Conceptual, moderno y sensible
"Siento la influencia de Federico como un manifiesto, más que como un legado musical. Más cercano a un concepto que a una canción, donde hay un artista que desafía con una elegancia inédita y marca un rumbo inconcebible para su época, inventando un gesto artístico", reflexiona Bruno Albano, músico solista, bajo y voz de Banda de Turistas, y uno de los que participó en el primero de los tres EP que el sello Geiser está lanzando como homenaje a Virus, bajo el nombre de Viaje de placer (frase de la canción Tomo lo que encuentro, del clásico Locura).
"Para mí, Moura fue uno de los primeros frontmen del rock argentino y un pionero abordando la provocación, el deseo y la insinuación. El instaurador de una modernización sin precedentes en nuestra música, bajo una sensibilidad intimidante", amplía Bruno, quien tomó la reversión en plan solista de Imágenes paganas también como experiencia pedagógica: "Me sirvió para entender un poco más su obra, porque de algún modo tuve que ponerme en su lugar desde la canción. Para mí es una de las obras mas notables de Virus, con uno de los estribillos mas conmovedores de nuestra música".
Potra también participó del EP con Polvos de una relación, de Superficies de placer, opus final de Virus con Federico en voces. "Cuando estaba con otra banda, llamada La Vial, hacíamos una canción que, en una parte, decía 'oro, oro', como Federico cantaba en Polvos… Ese link me permitió entrar más profundamente en su obra. Cuando me propusieron hacer el tema para el EP me emocionó mucho, porque me parece muy linda: me encanta la letra y la melodía, además del trabajo de producción que hicimos con los chicos", cuenta Sofía Vitola.
Atravesada por esta versión, la cantante de Potra define a Moura como "un artista muy espectacular en su totalidad". Y detalla: "Su look, su cara… ¡su mirada! También sus movimientos en el escenario. Y, por supuesto, sus canciones. Así que me parece buenísimo rememorar a una banda que sigue vigente, con una sonoridad única, moderna y potente."
► Artistas sin fronteras
Al pasar, Vitola también valora acaso la versión más original de ese EP: Dame una señal, tema con letra y música de Julio Moura, el gran obrero de melodías a las que su hermano más grande le puso la voz, el cuerpo y la puesta en escena. Estuvo a cargo de Moreno Veloso, quien la lleva hacia una sonoridad bossanovesca que nos hace imaginar a Federico disfrutándola mientras toma un aperitivo en el atardecer de Río de Janeiro, una de sus ciudades favoritas. "Un crack total", sentencia Sofía.
Pero el hijo de Caetano no fue el único artista extranjero que participó de este homenaje: la chilena Javiera Mena (que diez años atrás había grabado Dicha feliz), ahora se luce con Amores perpetuos. "Esta versión fue una petición que me hizo mi amigo músico y DJ Alejandro Paz, a la cual accedí rápidamente. Porque Virus es mi banda argentina favorita, y Federico un referente desde que soy pequeña; una persona que siempre sentí libre", le confiesa Javiera al NO, desde España.
"La primera vez que lo escuché fue por mi abuela, a quien le gustaba mucho. ¡Cuando Virus aparecía en la radio, ella se ponía de pie! Ya más de grande, me hice auditora de toda su discografía. En cierto punto, la manera en la que escribo creo que tiene que ver mucho con la de él."
► La influencia oculta
Gativideo grabó Wadu Wadu para otro homenaje a Virus (probablemente se trate de uno por los 40 años que el disco epónimo cumplirá en diciembre). Es que la invitación caía de madura: "No son pocas las personas que nos dicen que algunas de nuestras canciones suenan a Virus. Y me parece muy loco, porque no es una banda que tenemos en cuenta de manera determinada a la hora de buscar sonidos. Sin embargo, hay una influencia consciente a la hora de hacer pop y de trabajar con sintetizadores", analiza el cantante Renzo Montalbano. "Cuando canto, a veces me doy cuenta de que hay maneras por ahí similares a las de Federico", admite. "Es como un referente que no lo tengo súper presente… pero igual está."
Quizás ese nervio haya estado marcado por los consumos de Renzo con el material disponible en YouTube. "Mi hermana, que es re fanática de la música de los '80, me hizo descubrirlos. E instantáneamente me llamó la atención. Tanto el grupo completo como la figura de Federico, con esa impronta escénica tan impactante. Y no es que estaba haciendo malabares arriba del escenario: era un frontman muy sobrio, pero que te transmite las letras apoyándose, claro, en el sonido de la banda. Además siempre me dio curiosidad su trabajo como productor, algo que en su época no era tan común."
► Más allá de la música
La figura de Federico Moura (en conjunto con su obra en Virus) se volvió tan amplia y pregnante en las juventudes posteriores a la suya que la relectura ya no se ciñe exclusivamente a tocar o versionar sus canciones. Un ejemplo: alumnos de la cátedra de Realización 4 de la Facultad de Artes de la Universidad Nacional de La Plata se animaron a hacer un video sobre Mirada speed. Un tema romántico de amor homosexual en el que dos chicas cambiaron el cortejo chico-chico por el de chica-chica, redoblando la apuesta con una mirada fresca, provocadora y actual (tal como seguramente buscó Federico en esa letra).
Además, claro, hay canciones explícitamente inspiradas en él. Como FM, que el grupo rosarino Matilda incluyó en su último disco, Imaginario popular. El tributo se complementa con un video hecho por el ilustrador y diseñador Manuel Manso. Quien, a los guiños advertibles de letras y sonidos, le agregó también las tapas de algunos discos mientras Federico nos mira en el limbo musical.
Asimismo, Federico, como estandarte y dador de sentido, le permitió a un grupo de espacios culturales de su ciudad natal agruparse en un colectivo durante la pandemia, usando su apellido como nombre (y, por añadidura, como bandera): La Moura. "El año pasado hicimos De todo nos salvará este amor, un recorrido por nuestros lugares de manera virtual, vía Instagram", dice Chino Carranza, encargado del bar Pura Vida.
También son parte otros núcleos platenses como C'est la Vie, Guajira, Ciudad de Gatos, Casa Unclan, Calle 1, el festival Nuevos Vientos y hasta la imprenta Magia Negra. "La condición es que sean espacios autogestivos e independientes, sin identificación política partidaria", dice el Chino, mientras preparan con La Moura la continuidad postcuarentena craneando un evento para fin de año.
► En el inconciente colectivo
Tal como tituló el escritor y poeta Juan Bautista Duizeide en su gran ensayo publicado por Sudestada, Federico era "ironía y romanticismo". Será por eso entonces que no sorprende que su influencia trascienda su nombre y sus canciones hasta llegar al shitposting, una variación del humor en la era de la memecracia. Hay, incluso, un meme increíble en el que un tipo que se parece mucho a Federico limpia el parabrisas de un colectivo ante una estrofa de Tomo lo que encuentro: "Tu beso en el vidrio dejó marcado el rouge".
A RetiroLiniers (una de las cuentas de shitposting más interesantes que vas a encontrar en las redes) le vino como anillo al dedo la canción El 146, de Recrudece, aquel disco maldito de Virus lleno de crítica política en pleno 1982, pero sin ningún "hit". "Se dio la casualidad de que le hicieron un tema a la línea 146, que ni siquiera es un bondi con tanto peso en la Capital, pero a la vez la letra es muy descriptiva de la ciudad. Porque uno, en Federico y en toda la obra de Virus, escucha ciudad", apunta Lucas Pérez Scigliano, uno de los integrantes del dúo.
"Esa energía fresca y copada de Federico y Virus creo que tiene mucho que ver con lo que hacemos en RetiroLiniers. Y va más allá de El 146, porque también hicimos Luna de miel en tu mano, siempre con una poesía muy gráfica, evocativa y visual. Cuando escucho o leo sus letras, siento que estoy viendo lo que cuenta y canta. Tenía una potencia tremenda para ser un tipo que murió en su juventud y, por lo tanto, siempre será joven. Me encanta que este tipo de artistas sigan en pie y no se pierda su legado, porque son de una calidad y una profundidad hermosas."