Desde hace muchos años se sabe que Argentina tiene potencial energético y eso también incluye a las energías renovables. En el país hay lugares en donde el sol resplandece mientras que hay ciudades que se las llama "capitales del viento".
En el último año, la utilización de las energías renovables significó el 9,5 por ciento de la generación eléctrica, un récord, pero todavía falta para alcanzar los compromisos para el 2050. Hay estudios científico-técnicos que resaltan los beneficios que puede traer el desarrollo en gran escala de la energía renovable en todo el territorio nacional. Esos trabajos hablan de un potencial tan grande que el país podría llegar a abastecer de energía a todo el continente sudamericano.
Argentina no sólo tiene los bienes naturales, como bosques y humedales, que pueden proporcionar excelentes oportunidades para mitigar y generar adaptación al cambio climático. También tiene capacidades, industria y mano de obra calificada que puede encontrar un futuro prometedor, trabajo decente y bien remunerado.
El reciente informe de Climate Transparency, que reúne a especialistas de todo el mundo, advierte que, si bien hubo un breve descenso en la generación de carbono debido a la pandemia, las emisiones se están recuperando a medida que el mundo reabre. En este sentido se prevé que Argentina, China, India e Indonesia superen sus niveles de emisiones comparadas con el 2019.
¿Cómo sigue?
Pero el reporte también muestra claramente que Argentina puede hacer más y que aún le queda un largo camino por recorrer. El país es un digno candidato para recibir apoyo internacional, pero también tiene que demostrar que las condiciones están dadas para poder llevar a cabo la transición.
Para esto es necesario balancear las condiciones en las que se encuentra el sector energético, estableciendo reglas claras para definir un mínimo marco en el mediano plazo. Si estas condiciones se dan, Argentina podría encaminarse a cumplir sin mayores inconvenientes los compromisos internacionales climáticos que reafirmó y profundizó en diciembre de 2020 y que ratificó en palabras del presidente Alberto Fernández en la cumbre de líderes climáticos de abril.
Más aún, Argentina podría ser un líder en la generación renovable y contribuir así a una verdadera integración energética en la región sudamericana, abriendo un número infinito de posibilidades para el comercio energético.
Con vistas al mediano y largo plazo, Argentina tiene el potencial de expandir su capacidad energética con la generación de hidrógeno verde, que se genera exclusivamente a partir de fuentes de energía renovable y que podría ser una buena alternativa para el almacenamiento de energía y con potencial exportador. Pero nuevamente, es importante dar pasos claros en este sentido, sin dobles estándares.
Son necesarias señales contundentes para construir ese camino, incluir a las universidades e institutos nacionales de desarrollo tecnológico, al sector privado, los sindicatos, comunidades locales y la sociedad civil, de manera que se desarrolle un plan estratégico y duradero que pueda trascender y efectivamente concretar una transición justa hacia un futuro limpio y sostenible.
No tomar ninguno de estos caminos pone al país en un sendero de incertidumbre y riesgo. El último reporte del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC por su sigla en inglés) dio claros indicios de los impactos proyectados para nuestra región. Estas consecuencias podrían generar, entre otras cosas, pobreza energética, ya que el derretimiento de los glaciares y las sequías pondría en juego el funcionamiento de las represas y la refrigeración de centrales termoeléctricas y nucleares. Diversificar y dar pasos claros en esta transición asegura más chances de tener proyectos energéticos que sean más resilientes y sostenibles.
A muchas personas esto les parecerá una utopía propia de películas o una realidad solo posible para los países del Norte Global. Pero basta con mirar a países de nuestra propia región para ver que ha sido posible, como es el caso de Chile y Uruguay, éste último exportador de sus energías renovables excedentes a nuestro país. Es decir que ya se están dando pasos para estar a la vanguardia de la transición energética. Argentina también puede tomar la decisión de dar un paso al frente en un verdadero desarrollo energético limpio, renovable y sostenible con inclusión y justicia.
* Asesor Senior de Política Climática en Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN)