Estudiantes estiró su racha de triunfos ante Gimnasia y se quedó con una nueva edición del clásico platense al imponerse 1-0 en el estadio de Quilmes. Israel Damonte, de cabeza, a los 25 minutos, marcó el gol de la victoria tras un tiro libre bien ejecutado por Sebastián Dubarbier. Con el triunfo, Estudiantes se metió nuevamente en zona de clasificación a la Copa Libertadores. El Lobo, en cambio, sumó una nueva frustración ante su clásico rival –no le gana hace siete años– y, para colmo, sufrió se quedó sin DT por la renuncia de Gustavo Alfaro (ver aparte).
Estudiantes pareció estar siempre un paso adelante de Gimnasia, sobre todo colectivamente, desde el inicio de un partido que tuvo los condimentos habituales de cada clásico. Ambos equipos alteraron sus esquemas y formaciones habituales. La idea, según parecía por las disposiciones tácticas, era ganar la mitad de la cancha y salir rápido y atacar por los costados. Fue Estudiantes el que interpretó mejor el libreto. No lucieron los dirigidos por Nelson Vivas, pero tuvieron mayor claridad.
Después de algunos acercamientos sin mucho peligro, Estudiantes encontró la ventaja a los 25 minutos del primer tiempo, con un cabezazo certero de Damonte. Ese gol llevó tranquilidad y abrió el partido para el local al obligar a Gimnasia a adelantarse unos metros y muchas veces quedar expuesto en el fondo. Poco pasó en lo que quedó de la primera parte. Apenas un tiro libre con el que Brahian Alemán exigió a Mariano Andújar.
En la segunda parte el Lobo buscó sin mucha claridad pero con la decisión de empujar hacia su arco a Estudiantes, que esperó tranquilo y apostó por replegarse y salir rápido de contra con Facundo Sánchez y Augusto Solari. Pudo empatar en algunas oportunidades: primero a través de Alemán; después la chance fue para el joven Erik Ramírez. Y Estudiantes tuvo chances para ampliar a los 70, cuando Desábato le quitó la pelota a Mazzola y habilitó a Solari, que cedió a Sánchez y este al ingresado Juan Ignacio Cavallaro, pero Manuel Guanini despejó justo a tiempo.
De allí hasta el final Gimnasia buscó, como pudo, pero casi siempre sin claridad. Su última gran chance fue en el descuento, con un remate de Faravelli que Andújar sacó sobre su ángulo izquierdo.