La decisión oficial de congelar los precios de 1432 productos de consumo masivo generó amplias repercusiones entre empresarios y analistas. PáginaI12 consultó a Hernán Letcher, director del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), Nicolás Pertierra, economista del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (CESO), y Fernando Savore, presidente de la Federación de Almaceneros, Fernando Savore, para saber qué opinan sobre la medida.
Letcher explicó que “la inflación es multidimensional y en este momento tiene particular influencia la evolución de los precios de los commodities. Sin embargo, lo que uno observa es que desde el momento de la reactivación económica, que podríamos situar en octubre del año pasado, pero particularmente desde febrero de este año en adelante, hay una disociación de la evolución de los costos de producción y comercialización respecto de los precios. La evolución del tipo de cambio entre febrero y septiembre fue del 10 por ciento contra una inflación del 27, una disociación absoluta. Lo mismo podría decir de las tarifas, del combustible, hasta incluso de los salarios. Ha habido desde la reactivación en adelante una decisión de remarcar por encima de la evolución de los costos de producción”.
Mientras los formadores de precios especulan con las transferencias futuras de ingresos a los sectores populares que el gobierno venía anunciando, acceder a los alimentos se hace cada vez más difícil. "Algunos pueden pensar que esto tiene que ver con la intención de recuperar lo no ganado en la pandemia. En el segmento de los alimentos esto es un poco discutible porque la caída del consumo de ese tipo de productos en pandemia no se vio sensiblemente reflejada. ¿Por qué en septiembre la inflación es 3,5 cuando en agosto fue 2,5 y la dinámica de precios fue exactamente igual en agosto que en septiembre? Ni siquiera esperaron en el momento de la ejecución de la política, sino que directamente remarcaron, haciendo que ese proceso se inicie antes de la transferencia concreta de ese dinero", agregó el economista.
Pertierra señaló que "ya hace más de 10 años que llevamos distintos esquemas de acuerdos de precios con más productos o con menos productos en más tiempo o en menos tiempo y no resulta. Sí evitan escalas bruscas en los precios pero no bajan la inflación". "Lo que hace falta -continuó- es atacar el componente de inercia inflacionaria que está muy incorporado en las expectativas. También se debe fortalecer a otros actores, tales como el sector pyme y el cooperativo. Saben producir pero les falta la maquinaria y la inversión suficiente para abastecer la demanda de alimentos que hay hoy."
Savore, por su parte, reconoció a PáginaI12 la necesidad de implementar el congelamiento pero también la incertidumbre que genera. "El tema de frenar los precios es más que necesario. Vemos a los clientes frustrados cuando llegan con un billete de mil pesos y no les alcanza para comprar. Ahora bien, lo que nosotros vivimos con preocupación es que la copal o las empresas importantes no hayan llegado a un acuerdo para darnos un poco de tranquilidad al bolsillo de todos”, explicó Savore.
Los almacenes adquieren el 80 por ciento de su mercadería comprando en distribuidoras y mayoristas. Entre gastos de impuestos, salarios y el costo energético, el costo operativo de un almacén o de un autoservicio está en el 17 por ciento. “Lo que trae incertidumbre al sector es que no sabemos con qué nos vamos a encontrar la próxima vez que compremos la mercadería para luego venderla en nuestros comercios. Entonces nosotros vamos a acompañar la medida pero que quede claro que dependemos de los distribuidores. En función de lo que ellos nos vendan nosotros podemos acompañar o no la medida", concluyó Savore.