Vaya manera de llegar al clásico del domingo próximo la de Huracán. El equipo de Frank Kudelka goleó 4-1 a Banfield como visitante, una marca anotadora que no conseguía desde octubre de 2017 cuando superó por 4-0 a Lanús en Parque Patricios con Gustavo Alfaro como DT y goles de Wanchope Abila (por duplicado), Romero Gamarra y Mariano González. Mucho más notable es el dato si se tiene en cuenta que fue a domicilio: la última vez que el Globo había marcado semejante cantidad de goles en cancha ajena fue en febrero de 2009, ante Racing (4-1), con conquistas de De Federico (por duplicado), Federico Nieto y Pastore para el recordado equipo de Angel Cappa.
Por el contrario, San Lorenzo llega envuelto en dudas y con la continuidad de Paolo Montero en veremos tras la caída 3-1 ante Lanús como local, algunas horas antes del éxito del Globo.
El momento del conjunto de Parque Patricios es innegablemente positivo. Hasta la caída de la fecha pasada con Boca (0-3), había metido una racha de tres éxitos consecutivos, por lo que con la victoria de este miércoles, sumó 12 de los últimos 15 puntos en juego, llegó a las 25 unidades y se metió entre los diez mejores equipos de la Liga. La única "mancha" en el presente del Globo es la lesión del zaguero Lucas Merolla, quien se retiró en camilla y con visibles muestras de dolor ya en tiempo de descuento, dejando a su equipo con uno menos ya que no había más cambios.
Huracán golpeó de entrada como para acomodarse mejor al desarrollo. A los 2 minutos, un desborde de Rodrigo Cabral encontró en soledad la cabeza de Triverio para anticiparse a la reacción del arquero Altamirano y enviar el balón a la red.
La visita, con movimientos más compactos, dominó ese tramo inicial de cotejo, saliendo rápido en las contras y volviéndose un elenco laborioso cada vez que le tocó replegarse para intentar recuperar el balón. Por el contrario, el Taladro no supo cómo llegar al área contraria y los hinchas presentes en el Florencio Sola descargaron su bronca contra jugadores y dirigentes a partir de los 20 minutos, con cánticos hirientes.
En el segundo tiempo, el DT Javier Sanguinetti buscó otorgar un golpe de timón a la situación con los ingresos del colombiano Cuero y del estadounidense Soñora. Pero más allá de las intenciones, Banfield continuó penando con las mismas equivocaciones que cometió en casi todo el resto del partido: confundió los caminos para atacar y le costó horrores poner un jugador propio, cara a cara con Marcos Díaz.
Así, el Globo volvió a pegar a los 57, cuando Galoppo cedió para atrás desde la mitad de cancha, el defensor Lollo se interpuso y habilitó a su arquero Altamirano, quien la tomó con la mano, en vez de reventar con el pie en el despeje. El árbitro Fernando Rapallini sancionó el pertinente tiro libre indirecto, dentro del área, la ejecución a cargo de Acevedo, tras un toque de Cabral, se incrustó en el ángulo y se transformó en el 2-0.
Parecía que el equipo de Kudelka no pasaría ningún apremio hasta el final, pero la entrada del pibe Ramiro Enrique le dio otra movilidad al desabrido ataque banfileño. A los 73 y luego de una buena maniobra individual de Cuero, la pelota le llegó al ingresado, quien cruzó el envío para la llegada por el otro sector del pibe Cruz, que marcó su séptima conquista en el torneo y encendió la luz de la ilusión.
Sin embargo, una corajeada del uruguayo Cóccaro, quien inició una contra en su propio campo y definió con una sutileza, ensanchó las diferencias. Y el propio goleador oriental, ya en tiempo de descuento y en otra acción en la que Banfield dio zona liberada en defensa, le puso el moño a un resultado.
Para Banfield fue el cuarto partido sin triunfos y suma apenas dos en lo que va de certamen. El elenco de Sanguinetti, cada vez más cuestionado, cosecha apenas 15 puntos y figura en la 24º colocación.