Más de 50.000 barbijos truchos -imitaciones del Atom Protect diseñado por investigadores del Conicet- que iban a comercializarse por un valor total estimado de dos millones de pesos, fueron destruidos este jueves en el crematorio del cementerio del barrio porteño de Chacarita.
La quema estuvo a cargo de la División Delitos Informáticos Complejos de la Policía de la Ciudad y del Cuerpo de Investigaciones Judiciales del Ministerio Público Fiscal (MPF) porteño en el marco de una causa judicial por la elaboración, distribución y venta de barbijos apócrifos, que incluyó 11 allanamientos y 15 detenidos en CABA y en la Provincia de Buenos Aires, en los que se logró secuestrar más de 50.000 tapabocas truchos, maquinaria y materia prima para su producción.
Además, cinco personas ya fueron condenadas por los delitos de estafa, fraude a la administración pública y violación a las medidas adoptadas la pandemia de covid-19.
La causa, en la que interviene el juez Carlos Aostri, se inició de oficio cuando el fiscal Rolero Santurián, titular la Unidad Fiscal Especializada en Materia Ambiental (Ufema), tomó conocimiento de la venta de barbijos truchos Atom Protect y llamó a declaración testimonial a Ángeles Esteche, gerenta de la empresa fabricante de los barbijos del Conicet, que se constituyó como denunciante y aportó información sobre los procedimientos de elaboración y distribución de los barbijos Atom Protect originales.
"Nos fuimos dando cuenta porque la misma gente venía hasta el local a decir que el barbijo no era el que había comprado y a preguntarnos qué había pasado. Y cuando nos mostraban, no eran nuestros barbijos sino que se trataba de otra cosa", dijo Esteche, quien presenció el operativo de quema y destacó que los barbijos originales se encuentran en las farmacias del todo país y en la tienda oficial de la página web de la empresa.
La red de estafadores no solo se dedicaba a la fabricación, almacenamiento, distribución y venta de barbijos con el logo del Conicet, sino también vendía otros que simulaban ser ION POSITIVO, KN-95, 3M y Protective Mask, y de otros genéricos que no contaban con las propiedades protectoras de los originales ni con las medidas de seguridad exigidas por la Anmat.