Thelma Jara de Cabezas estaba secuestrada en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) cuando, el 20 de agosto de 1979, los represores la sacaron junto con otro detenido-desaparecido y la llevaron a una peluquería a teñirse el pelo y le compraron ropa en el barrio de Once. Querían borrar de ella todo rastro de la tortura que padeció en ese campo de concentración. La condujeron contra su voluntad hasta una confitería de Figueroa Alcorta y Pampa para que la entrevistaran y fotografiaran y, a los tres días, la revista Para Ti publicara una nota que llevaba por título “Habla la madre de un subversivo muerto”. Desde que recuperó la libertad, Thelma Jara de Cabezas fue un símbolo de la denuncia de la prensa cómplice de la dictadura desde los inicios de la democracia, e incluso en esos años la acompañó como abogado Alberto Fernández. Falleció este jueves a los 94 años.
Thelma nació en 1927 en Corrientes. Se casó con Vicente y tuvo dos hijos: Daniel y Gustavo. Como para muchas otras familias, 1976 marcó un parteaguas en esa vida familiar. Daniel se fue a estudiar cine a México y a Gustavo lo secuestraron el 10 de mayo de ese año. Tenía 17 años y hacía poco tiempo militaba en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES). La búsqueda de Gustavo la sacó a la calle y a unirse a otros que pasaban por un drama semejante. Así llegó a Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas, el primer organismo que se fundó durante la dictadura. Integró la dirección de esa agrupación y llegó a ser su secretaria.
Con Daniel se reencontró en México en 1978. Volvió a viajar en enero de 1979 para la Conferencia de Puebla. Cuando regresó, se encontró con que su marido --de quien ya estaba separada-- afrontaba un cáncer terminal. Ella se dedicó a cuidarlo en el Hospital Español. El 30 de abril de 1979, cuando salía, caminó hacia la parada de colectivos, pero sintió una mano que le tapaba la boca y le tiraba de los pelos. La estaban secuestrando para llevarla a la ESMA, donde sufrió la tortura y fue testigo de cómo se armaban las operaciones psicológicas y de prensa de la dictadura. A ella le hicieron escribir una carta para su madre y otra para Familiares para que no la buscaran.
Después, vino la entrevista en Para Ti. Al periodista que enviaron le dijeron que era una "subversiva arrepentida". El cronista le hizo unas preguntas y el fotógrafo la retrató. El jefe de redacción de la revista, Agustín Juan Bottinelli, cambió las respuestas y las preguntas, y mandó a editar.
Ella no supo de esa publicación hasta mucho tiempo después. Junto con otros secuestrados de la ESMA fue llevada a la isla El Silencio ante la llegada de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Allí, como parte de las tareas de mano de obra esclava, tuvo que cocinar. Recién recuperó su libertad para diciembre de 1979.
En 1984, la conoció Alberto Fernández, por entonces un joven abogado y docente de Derecho. El actual Presidente era el responsable legal de un libro que denunciaba a la "prensa canalla" de la dictadura. Cuando leyó el caso de Thelma, se horrorizó y dijo que había que llamarla y denunciar el hecho. Se encontraron. Ella le relató lo que había pasado en la ESMA y él presentó la denuncia contra la Editorial Atlántida y logró que procesaran a Aníbal Vigil como responsable de la publicación. En esa denuncia también surgió el nombre de Bottinelli.
“Fue una lucha desde entonces para lograr justicia. A los responsables de la publicación se los procesó dos veces y las dos veces la maldita Cámara Federal les dictó la falta de mérito. Seguiremos con Daniel dando la pelea para que haya justicia en nombre de Thelma”, dijo el abogado y periodista Pablo Llonto a Página/12 a minutos de conocerse la noticia de la muerte de la referente del movimiento de derechos humanos.
"No hay consuelo por la pérdida de Thelma", dice Graciela Lois, compañera de Familiares. "Para mí, ella era una madre putativa, era a quien le podíamos confiar lo que a otros no podíamos contarles. Era dura pero tenía esa cosa maternal, y sabía escuchar", añade. "Siempre estuvo presente en Familiares y lo seguirá estando a través de Daniel".
Los restos de Thelma serán velados este viernes de 8 a 11 en la cochería Bella Vista (Tucumán 343).