El sábado pasado se jugó la segunda fecha del Campeonato barrial de fútbol Diego Armando Maradona en la cancha del asentamiento 15 de Septiembre de la Ciudad de Salta, al límite del río Vaqueros. La actividad encuentra a más de 500 chicos y chicas de hasta 15 años de los 20 barrios y asentamientos existentes en la zona norte de la ciudad de Salta.
Sus organizadoras, dos madres que manejan merenderos de sus barrios, en diálogo con Salta/12 subrayaron que la idea de estos campeonatos es que los chicos y chicas, así como muchas madres y padres, se encuentren cada sábado a la mañana “para divertirse y participar”, pero sin ánimos competitivos, “sino para jugar y conocerse, y que entiendan que los chicos que vienen de otros barrios son iguales a ellos y tienen las mismas necesidades”.
“Les remarcamos todo el tiempo a los padres o profesores que siempre son chicos que se proponen voluntariamente, como nosotras, para enseñarles algo de fútbol y juntarlos, que la idea no es competir, sino jugar, y que cuando vean una actitud así, no la tienen que dejar pasar”, contó, Sandra Plaza, de 15 de Septiembre. “Por eso nunca se ven peleas ni problemas, todas nos divertimos acá”, agregó Delia Márquez, de Unión.
Cada una tiene su merendero y trabajan articuladamente en la Mesa de Gestión Social Norte, que integra a los comedoras, los Centros Integradores Comunitarios, la policía comunitaria, los centros de Salud, las fundaciones y asociaciones barriales.
El campeonato, que se inició el sábado 9 de octubre y se extenderá hasta diciembre, además de ser un lugar de encuentro para niñes y grandes, sirve para que quienes participan y sus allegados “tengan un desayuno más, al menos un pequeño refrigerio en el día, hoy, por ejemplo, hay anchi con pan saborizado”.
Cada sábado se juega en una cancha distinta y cada merendero local es el encargado, con la ayuda de los demás, de organizar la alimentación. “La idea es que sea bien variada y de comida local que hoy se está perdiendo, como el arroz con leche, el anchi, la leche planchada, que además tiene mucho calcio”, sostuvo Plaza. Y Márquez detalló que la idea es contarle a les chiques “de qué se trata cada plato, y de dónde viene, porque en la escuela hoy les dan té o yerbeado nomás”.
“Acá organizamos todo a pulmón, conseguimos la sémola, la leche, hacemos el pan, sin depender ni de la muni ni de la provincia”, acotó Márquez, para quien “si bien muchos merenderos dependen de agrupaciones políticas, en esto no hay color, ni camiseta, todos apostamos y nos ayudamos entre todos, y cuando llega la política cada uno es dueño de integrar el espacio que quiera”.
Añadió que “siempre que viene algún político, como cuando vino la señora intendenta, nosotros acompañamos las obras que se hacen”. Aunque lamentó que el gobernador aún nunca visitó la zona, reconoció la presencia del ministro de Salud, Juan José Esteban, en más de una ocasión, “él nos ayudó mucho en la época del covid”.
En las finales, que se juegan siempre el fin de semana previo a Navida, “juntamos entre todos para hacer panes de Navidad y que cada chico se lleve uno a su casa y pueda compartirlo con su familia”, indicó Plaza. Este año esa instancia se jugaría en la cancha de Central Norte, “porque les hace mucha ilusión no solo conocer las canchas de otros barrios, sino también la de los clubes grandes”, afirmó.
Pero contaron que ahora están solicitando a la municipalidad de Salta o a la Secretaría de Deportes de la provincia que las ayuden a conseguir premios, “lo que sea, trofeos, medallas, juegos de camisetas para que también se queden con algún recuerdo”.
La mayoría de los que participan son habitantes de asentamientos, como Piletones, La Vía, Villa Lata 1 y 2, 15 de Febrero, Güemes, La Casona, 17 de Octubre, Primero de Mayo, Unión, Juan Pablo II, 15 de Septiembre, La Tradición, Balneario, Patricia Heitman. Y barrios como El Huaico, Ciudad del Milagro y Castañares.
El campeonato está dividido por categorías, desde los 6 años “hasta los 14 o 15”, y no se divide por género porque es mixto. Aunque se hace muy difícil encontrar mujeres entre los equipos más grandes, sí las hay entre los que tienen de 11 para abajo, “queremos que se incluyan más, por eso le insistimos a los profes de invitarlas a jugar y a las mamás futboleras como nosotros, que lleven a sus hijas”, aclaró Delia Márquez, y adelantó que para 2022 ella misma abrirá y conducirá una escuela de fútbol femenino en su barrio.
Pero resaltó que para ellas lo más divertido llega después de las 13, cuando se termina el campeonato para menores y son ellas las que se calzan los cortos y se ponen los botines, “ahí nos pasamos la tarde jugando entre todas las madres, y después nos quedamos charlando todas juntas”, dijo entre risas mientras otras asentían con la cabeza.
Las dos contaron que fue un niño de 7 años al que se le ocurrió la idea de homenajear a Diego Armando Maradona con este torneo, “y como no lo íbamos a poner, si fue el más grande y justamente salió de un barrio pobre como los nuestros”.
La vivencia
Salta/12 presenció uno de los encuentros, el de Huaico II contra Juan Manuel de Rosas, en el que participaron niños de 9 y 10 años. Si bien a los del Huaico les tocó perder, tanto Santino como Santiago, dos de sus jugadores, destacaron que les encanta participar y aprender del juego, pero por sobre todas las cosas “jugar con los amigos del barrio”.
“Nos juntamos en una plaza dos veces por semana y ahí jugamos y entrenamos”, contó Santino mientras tomaba su vaso de anchi. Quien los junta y arma los equipos es el papá de uno de los integrantes del equipo. “Perdimos 3 a 1 porque no querían probar desde afuera”, relató Santiago, pero inmediatamente resaltó que no le importaba “porque hay que venir a divertirse”.
Llamó la atención que los dos, a pesar de su corta edad, contestaron que quieren seguir jugando a la pelota pero también estudiando, “yo voy a ir a la Universidad a estudiar Biología y para abogado”, manifestó Santino, que es volante por izquierda “y algunas veces de tres”.
Ante la pregunta de cómo les va en el campeonato, los dos contestaron al unísono y sin dudar: “bien, perdimos los dos partidos pero nos divertimos mucho”.
Tomás estaba entre los ganadores, marcó dos goles en ese partido, pero destacó que para ellos lo más importante “es divertirse, jugar y no enojarse, porque venimos a estar con amigos y conocer más amigos”, y sueña con jugar en Central Norte.
Martina es del asentamiento 15 de Septiembre, y con ocho años juega con sus compañeros y tres compañeras más en el fútbol infantil. Aseguró que le encanta jugar a la pelota “con chicos y chicas, que son todos mis amigos”, y que salieron “0-8, fue re divertido”, aunque aclaró que “la otra vez” le metieron un pelotazo en la cara que le dolió.
Delfina, con siete años, asegura que lo que le gusta de jugar a la pelota “es jugar”, y que espera los sábados para ir a compartir toda una mañana con su mamá “para conocer otros lugares y divertirme con mis amigos”.