"Estamos trabajando con todas las plantas al 100%, y si hay tendencia a un sostenimiento y aumento del consumo, seguramente vamos a invertir en aumentar nuestra capacidad de producción", cuenta el gerente comercial de una empresa alimenticia. "Nuestros precios están estabilizados desde hace cinco meses", agrega la misma fuente. "La mayoría de nuestros productos y marcas no están en la lista de precios congelados, ojalá estuvieran, sería una buena publicidad", dice y sonríe. No está hablando un empresario de su situación otro país. Tampoco es una conversación extraída de otra época muy lejana en el tiempo. Es de ahora y en la Argentina, la particularidad es que quien habla es el responsable de una empresa alimenticia cooperativa, la cooperativa de producción de alimentos más grande del país. Con otro modelo de producción que el de las grandes firmas concentradas que dominan en una amplia gama de productos de góndola. Otro modelo de producción del cual se conoce poco y se habla menos. Y con otro tipo de comportamiento en materia de precios, y otra actitud frente a la crisis y la emergencia.
Agricultores Federados Argentinos SCL (sociedad cooperativa limitada) es la cooperativa de primer grado más grande de Argentina, y una de las más importantes de América Latina. AFA, como se la conoce por su sigla. Darío Trangoni es el gerente de la división Alimentos, la que desarrolla la producción y comercialización de aceites y otros productos con valor agregado. Una actividad que se sumó a la de origen de AFA, que era el acopio y comercialización de cereales.
"Tenemos 15 mil productores asociados, en su gran mayoría pequeños, que le entregan el 100% de su producción a la cooperativa. ¿Sabés cuál fue la lógica de empezar a procesar e industrializar esa producción primaria? Demostrarle al productor que la cooperativa podía convertir ese producto que nos entregaba en un alimento final, que llegara a un almacén o una góndola, y que él mismo pudiera comprarlo a un precio accesible", cuenta Darío. Pudieron hacerlo, con una lógica de producción muy diferente a la de los emporios de la alimentación y llegando con sus productos a muchos más que a sus 15 mil asociados.
El área de comercialización de los productos de AFA es la llamada "zona núcleo" (Entre Ríos, Santa Fe, este de Córdoba, norte de Buenos Aires). En los rubros en los que produce y vende la cooperativa (aceites de mesa, legumbres enlatadas o en paquete, fideos, mayonesas) asegura que tiene "una participación de mercado del 15 al 20 por ciento en la zona". No se trata de un fabricante "marginal". Página 12 conversó con Darío Trangoni sobre el funcionamiento de la empresa cooperativa en medio de la actual disputa por la inflación y las veladas amenazas de "desabastecimiento" que lanzan los grupos concentrados de la actividad (y sus voceros), señalándolo como consecuencia inevitable del congelamiento de precios. "A mí no me cambia nada", sorprende una vez más Darío con la respuesta a cómo afectará la fijación de precios máximos a los productos de su empresa.
- Antes que nada, ¿podríamos explicar cómo alguien en Argentina produce alimentos casi al mismo precio que hace cinco meses?
Tenemos los valores de nuestros productos, más de 80 referencias (diferencian por tamaño de presentación) en 12 familias de productos, estabilizados desde hace ya cinco meses. Alguno, incluso, bajó, porque mejoramos la eficiencia de produccion en planta y bajó el costo por unidad. La explicación está en que recibimos la materia prima del productor asociado a la cooperativa, hacemos todo el proceso de industrialización en nuestras propias plantas, distribuimos con nuestra propia flota de camiones, nos asociamos con otras cooperativas que pueden ser proveedoras de nuestros insumos, o nosotros le vendemos nuestros productos para que ellos lo elaboren, y en ese encadenamiento tratamos de ser cada vez más eficientes y competitivos.
El trabajo que se hizo por mejorar el desempeño en el molino harinero, la planta aceitera (Los Cardos, Santa Fe), la planta procesadora de legumbres (Rueda, Santa Fe) fue tremendo, y los resultados son notables. Conseguimos una mejor escala de producción, bajaron los costos por unidad de producción. Invertimos en crecimiento de capacidad instalada y estamos trabajando en todas las plantas al 100% de la capacidad. Si hay consumo, todo eso es posible. Y sabemos que a los precios que estamos, vamos a tener mayor consumo.
-Pero la gran industria del sector se queja de los altos costos, de que es imposible trabajar más porque lo hacen a pérdida. Y ahora con el congelamiento de precios ponen el grito en el cielo y hasta advierten que va a haber desabastecimiento.
Mirá, si tenemos un molino harinero con capacidad de procesamiento de 7000 toneladas por mes y lo hacés trabajar por 3000 toneladas, seguro que no te dan los números (para obtener un buen resultado económico). No hay forma. Entonces, el objetivo es llegar al 100% de capacidad, al menos es la filosofía en nuestra cooperativa. Y eso a mí, Gerente Comercial, me empuja a salir a buscar más ventas. Yo tengo que mostrarle al productor asociado que lo que me entregó está en la góndola como producto elaborado, y a un precio razonable. Esa fue la política de la cooperativa en estos tiempos. Lógicamente, si te hablo de cinco meses de estabilidad de nuestros precios, con una inflación promedio de 3% mensual, el resultado es que ahora estoy abajo de los precios de la competencia. Y eso implica más demanda.
Nosotros competimos con buena participación de mercado en aceites, principalmente de girasol, vinagres, mayonesas, jugo de limón (todos bajo la marca Zanoni), harinas de trigo, semolín (marca Federación), fideos (Don Pepe) y legumbres con la marca Del Agricultor (arvejas, lentejas, porotos, choclo, garbanzos, maíz pisingallo), principalmente.
A mí la fijación de precios máximos o congelados no me afecta directamente, porque estoy por debajo de esos precios y además los congelamos por política propia desde hace meses. Además, salvo en el caso del aceite, porque estamos dentro del fideicomiso que se hizo con CIARA para regular el precio, en el resto no figuramos en el listado con nuestras marcas. Quizás porque es un listado hecho principalmente con marcas que tienen visibilidad en el área metropolitana de Buenos Aires, no sobre las que tenemos mayor incidencia en economías regionales. A nosotros nos hubiera venido muy bien que nos incluyan, para que nos conozcan más (sonríe).
-¿Y como están viendo la reacción en general en la actividad con el congelamiento? ¿Hay rechazo o acompañamiento?
Veo banderas repartidas. Quizás tienen más audiencia las del lado negativo, con algunos pronunciamientos de las entidades empresarias más conocidas. Luego está la posición de un referente importante del sector mayorista y también fabricante, como Víctor Fera, con una postura más positiva y enfrentado a los grandes. Yo comprendo, en parte, a la gran industria que quizás su cuestionamiento tenga que ver con los aumentos de costos que tienen, y si te ponen precios máximos, te reduce el márgen de acción.
-Pero ustedes, en la cooperativa, también tuvieron aumentos de costos, y se manejaron con otra lógica.
Eso está claro. Compensamos aumentos de costos con aumento de eficiencia para no alejarnos del uso del 100% de la capacidad productiva. Hubo insumos que aumentaron, sobre todo los vinculados al costo de los envases. Ahí tenemos un problema de competencia, porque no hay más de dos o tres fábricas que te provean de determinados envases. En otros casos, hubo aumentos de materias primas importadas que se utilizan en algunos insumos locales, en la línea de plásticos por ejemplo, que también impactó en los costos.
Pero sostener los precios estables es una tarea de todos los días. Te corre de atrás el incremento de ciertos costos y tenés que pelear para ver cómo lo compensás. Si hay consumo y tenés ventas, es posible.
-¿Ese modelo de producción de alimentos se podría reproducir en mayor escala?
Absolutamente. Yo creo que esa es la razón por la que está creciendo, de la manera que lo está haciendo aunque no se vea, el cooperativismo y el asociativismo. Hay un crecimiento exponencial, sobre todo en alimentos. Y el tema de la articulación que vamos logrando con muchas otras cooperativas, lo potencia mucho más. El tema es lograr la escala suficiente en volumen de producción. La experiencia de AFA en estos últimos cuatro o cinco años lo demuestra: puede ser un cambio estructural importante.