El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, insistió este domingo en que no intervendrá "el precio de nada", en medio de una creciente inflación y de las dudas de los mercados sobre la política económica del gobierno tras alterar las reglas de responsabilidad fiscal. Bolsonaro defendió su proyecto de elevar las ayudas sociales pero negó que la iniciativa esté relacionada con su objetivo de buscar la reelección en los comicios de 2022, como señalan opositores y analistas. Cinco altos funcionarios de la cartera de Economía renunciaron el jueves pasado en presunto desacuerdo con el ministro Paulo Guedes y su "sorpresiva" política de aumento del gasto público, traicionando su ortodoxia fiscalista.
"No tengo poder de interferir sobre Petrobras"
"No vamos a interferir en el precio de nada. Se hizo eso en el pasado y no funcionó", dijo Bolsonaro al anticipar que próximamente habrá un nuevo reajuste de los combustibles. El precio promedio de la gasolina y el diesel han subido en Brasil en torno a un 40 por ciento en lo que va del año, empujado por la suba del petróleo en el mercado internacional y la fuerte apreciación del dólar estadounidense frente al real brasileño.
El mandatario brasileño sostuvo que la petrolera estatal Petrobras está "amarrada" a los precios internacionales y que su gobierno no puede hacer nada contra eso. "No tengo poder de interferir sobre Petrobras", aseguró.
En contraposición a esas declaraciones, Bolsonaro designó en febrero pasado al general de la reserva del Ejército Joaquim Silva e Luna como nuevo presidente de Petrobras, después de pasarse semanas criticando los repetidos reajustes en el precio de los combustibles, que siguen ocurriendo en la actualidad. Además, días atrás llegó a decir que tenía "ganas de privatizar" a la mayor empresa del país.
Bolsonaro habló este domingo ante la prensa junto a su ministro de Economía, Paulo Guedes, mientras recorrían un mercado de Brasilia, en un nuevo intento por dar señales de unidad después del nerviosismo de los últimos días en los mercados. La bolsa de San Pablo registró una caída semanal del 7,3 por ciento, después de que renunciaran cinco altos cargos del ministerio de Economía, motivados por la decisión del gobierno de modificar el techo de gastos para ampliar las ayudas económicas a los más pobres en 2022, año en el que Bolsonaro intentará su reelección.
El llamativo aumento del gasto
"Estamos haciendo eso en el límite de la responsabilidad fiscal", expresó Bolsonaro. "Lamentamos la situación en la que los pobres se encuentran en Brasil, pasando dificultades. No estamos luchando por las elecciones en 2022, ese tema no se toca", se defendió el líder de ultraderecha.
Por su parte, Guedes defendió que "la reformulación del techo de gastos es técnicamente correcta". El presidente "tiene que tomar una decisión política muy difícil. Si él respeta el techo, deja a 17 millones de familias pasando hambre", expresó el ministro, un liberal ortodoxo de la Escuela de Chicago.
La iniciativa del mandatario de aumentar a 400 reales (unos 70 dólares) hasta fines de 2022 el monto del programa de ayudas sociales Auxilio Brasil, sucesor del popular Bolsa Familia, se dio a conocer la semana pasada, mientras imágenes de personas que buscan alimentos en la basura se multiplican.
El techo del gasto público es una bandera del neoliberalismo brasileño incorporada a la Constitución por el gobierno de Michel Temer en 2016, que impide aumentar por 20 años el presupuesto más allá de la inflación, pero por primera vez Guedes dijo que pretende tomarse una "licencia" para convertir "más reformista y popular" pero "no populista" a Bolsonaro.
Sin embargo, el propio Bolsonaro tuvo que aclarar que "el techo del gasto no será perforado", pese a que ya fue enviado un proyecto al Congreso. Los planes sociales nunca fueron actualizados desde 2016, tras la destitución de Dilma Rousseff y ahora Bolsonaro pretende dar 100 reales más por 12 meses como parte de una ayuda extra por la pandemia.
El plan Auxilio Brasil pretende ser una pata social de Bolsonaro para enfrentar en las urnas el año próximo al expresidente y líder opositor Luiz Inácio Lula da Silva, famoso mundialmente por haber sacado a Brasil del mapa del hambre de la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).
Desde el mercado y en sectores de la oposición al gobierno se plantea que la enmienda de la Constitución enviada al Congreso por el gobierno para permitir alterar el techo del gasto permitirá incluir otros desembolsos más allá del Auxilio Brasil, convenientes a Bolsonaro en su estrategia para la campaña por un segundo mandato, en momentos en que su popularidad está en el punto más bajo desde que asumió el poder en 2019.
Guedes también le metió presión al Senado para que avance en las reformas estructurales que están en trámite, como una administrativa y otra tributaria, y así tener más espacio en el presupuesto. "Brasil está creciendo y Brasil va a crecer", apuntó el titular de la cartera de Economía, pese a los niveles récord de desempleo, por encima del 14 por ciento, y una inflación desbocada que ha superado el 10 por ciento interanual.