El presidente Vladimir Putin le otorgó la ciudadanía rusa a la actriz Natalia Oreiro y a su hijo Merlín Atahualpa, tras un pedido que la artista había hecho públicamente durante su última visita a ese país, donde es reconocida como una estrella de TV.
La decisión de otorgarle la ciudadanía a la actriz y cantante uruguaya, que desde hace años vive en la Argentina, fue oficialmente anunciada por el Kremlin a través de su publicación en el Boletín Oficial del gobierno de ese país.
El documento que incluye varias nacionalizaciones, menciona entre ellas a "Natalia Marisa Oreiro Iglesias, nacida el 19 de mayo de 1977 en Uruguay, junto a su hijo, Merlín Atahualpa Mollo Oreiro, nacido el 26 de enero en Argentina".
El pedido de Oreiro a Putin
Todo surgió tras la participación de Oreiro en un programa de la televisión rusa en la que el conductor la calificó como “la más rusa de las extranjeras”.
Atenta a esa definición, ella la aceptó. “Sería un honor para mí”, dijo y agregó entre bromas: “Putin debería haberme dado la ciudadanía”.
El pedido fue hecho en 2020 y, para ello, la cantante presentó sus datos y los filiatorios de su hijo con el músico argentino Ricardo Mollo. Si el trámite prosperaba, prometió, volvería a Rusia cuando acabe la pandemia de Covid-19.
Natalia Oreiro y su relación con Rusia
Su vínculo con Rusia es tal que cuando en la Argentina comenzó la campaña de vacunación contra el coronavirus, ella aseguró que si pudiera elegir una vacuna, optaría por la Sputnik V: “Si hay que darse la vacuna, me doy la rusa, sin dudarlo", afirmó.
Natalia Oreiro es prácticamente venerada en ese país. Desde su aparición como protagonista de “Muñeca brava”, la telenovela emitida en la década de 1990, su figura fue creciendo en popularidad y convoca multitudes cada vez que se presenta en ese país.
Tenía pensado viajar en marzo de 2021 para participar de unos shows con artistas internacionales, pero la continuidad de la pandemia y el incremento de contagios en toda la Federación Rusa hizo que por el momento cancelara esa actividad.
