Parecía que Talleres sorprendía a Lanús en La Fortaleza: en menos de media hora, el elenco cordobés había marcado tres goles para obligar a los locales a la hazaña si soñaban con un triunfo. Lanús no consiguió la victoria pero hizo un esfuerzo fenomenal: José López se puso el milagro al hombro, Luis Zubeldía tocó el equipo y el resultado fue un vibrante 3-3 entre dos de los grandes animadores del torneo, en una tarde que nadie quiso que llegara a su final.
Lanús se quedó con el mérito de no haber tirado la toalla luego de un primer tiempo que lo encontró desconcertado. Prueba de ello fueron los dos penales que le permitieron a Talleres llegar al 3-0 en solo 27 minutos. Michael Santos adelantó a la T por esa vía y amplió la ventaja con un golazo, mientras que Carlos Auzqui marcó el tercero, también mediante la pena máxima, luego una burda mano de Nicolás Morgantini.
A los 33 minutos, José López marcó su golazo, el descuento que encendió la llama granate: una genial corrida del delantero, desde casi mitad de cancha hasta la puerta del área grande, que selló con un fuerte zurdazo, imposible para el arquero Herrera. Allí, de la mano de López, arrancó la épica remontada de los de Zubeldía.
Ni bien el tablero evidenció el primer gol de Lanús, el DT granate metió dos cambios -Matías Esquivel por Facundo Pérez y Alexander Bernabei por Morgantini-, modificaciones que sumadas al envión de López le cambiaron la cara a su equipo. Lanús cerró mejorado el primer tiempo, pero arrancó la segunda parte lanzado a ganar y con un fútbol acelerado que se volvió incontenible para Talleres.
Es que si el primer tiempo fue todo de la T, el segundo fue granate. Y mientras que la parte inicial había sido la de los goles, el último período fue de los arqueros. Los 45 primeros minutos habían sido buenos, pero lo que ofrecieron uno y otro después del entretiempo fue fútbol de alto nivel, con una intensidad inmejorable y sin mezquindades. Lanús llevó la bandera del fútbol en ese tiempo, contagiando a su público a fuerza de su motivación, su juego y sus merecidos goles.
López, de cabeza, marcó el segundo luego de una asistencia de Ignacio Malcorra, otro motor (incansable y fino) de la remontada granate. El gol del empate fue lo que más tardó en llegar, aunque el aroma a igualdad habitó toda la segunda mitad del fútbol en La Fortaleza. En esa meseta del marcador -que era vendaval de fútbol en el campo de juego- asomaron los arqueros de uno y otro en sus roles de protagonistas.
En esa pausa de goles, José Sand se perdió el empate solo, frente al arco, cuando no llegó a estirarse lo suficiente para impactar la pelota. Lautaro Morales, última defensa del voraz y lanzado granate, le tapó el tercero a Santos. Y Herrera, bastión del que era triunfo cordobés, defendió los valiosos tres puntos agigantando su figura, como cuando voló como un gato hacia las alturas para rechazar un zurdazo de López o un centro de Brian Aguirre que terminó buscando el ángulo.
A los 40, Sand tuvo revancha con una jugada idéntica a aquella en la que se le escapó el gol, porque esta vez el veterano pero vigente delantero capturó con maestría la asistencia de Malcorra para fijar el 3-3 definitivo. Talleres estuvo cerca de ganarlo en los últimos segundos, cuando Morales salió mal y Mateo Retegui cabeceó apenas desviado. Santos protestó cuando el silbato marcó el final. "No tuvimos personalidad para aguantar el resultado", fue el lamento del charrúa por una victoria que parecía segura para el escolta de River pero se escapó. Lo que no debiera lamentar el uruguayo, ni ninguno de quienes pisaron el césped de La Fortaleza por esta fecha 18, es el generoso fútbol que entregaron para que el comienzo de semana de sus afortunados testigos haya sido espectacular.