Un psicólogo holandés reveló durante una entrevista al diario De Volkskrant que administró “polvo para el suicidio” a más de 100 personas, dato que decidió sacar a la luz para generar un debate en torno a las leyes locales relativas a la muerte asistida.
En Países Bajos, el suicidio asistido es legal desde 2001 solo bajo ciertas condiciones: requiere que el sufrimiento del paciente sea insoportable, sin perspectivas de mejora, y su solicitud debe hacerse voluntariamente, no bajo la influencia de otros.
El paciente debe haber sido informado completamente de su condición, perspectivas y opciones. La ley también establece que cuando se realice el procedimiento haya un médico presente y exige, además, que otro médico independiente esté de acuerdo con la solicitud de muerte asistida.
Esta semana, el debate sobre la muerte asistida volvió a la escena mediática holandesa luego de que el psicólogo Wim van Dijk, de 78 años, contara que administró “polvo para el suicidio” a más de 100 personas.
“He proporcionado cuidadosamente a las personas que quieren mantener el control sobre su propio final de la vida los medios para acabar con la vida en el momento de su elección en el futuro”, dijo el psicólogo.
Van Dijk es miembro de la Cooperativa Last Will (Última Voluntad), que lucha por una legislación más liberal para la muerte asistida. Según contó, en varias oportunidades les sugirió a las personas que participaban de las reuniones de la organización que se quedaran tras la partida del moderador para poder venderles el producto por 50 euros.
El psicólogo admitió que es "consciente de las consecuencias" que puede traer su confesión --asistir un suicidio conlleva una pena máxima de tres años de prisión-- pero dijo que no le importa. “Quiero que los desórdenes sociales se vuelvan tan grandes que la magistratura no pueda ignorarlos. No me interesa realmente si me arrestan o me ponen en prisión. Quiero que pase algo”, señaló.
La actuación de Van Dijk. según informaron medios locales, no es un caso aislado: en julio, un hombre que integraba la misma cooperativa fue detenido bajo la acusación de haber vendido las “píldoras para el suicidio” a cientos de personas.