“Llegamos a esta edición con mucho entusiasmo y ganas de inundar la ciudad de música”, dice Martín Fraile, director artístico del Festival Internacional de Música de Bariloche (FIMBA), que entre este miércoles y el domingo se llevará a cabo en distintos espacios de la encantadora localidad rionegrina. La catedral Nuestra Señora del Nahuel Huapi, el Teatro La baita, la Biblioteca Sarmiento, el Teleférico Cerro Otto, el espacio cultural Estación Araucanía y el histórico Camping Musical, serán los lugares para un despliegue musical que entre la tradición clásica y varias formas de la música popular cruzará géneros y estilos.
Pablo Agri, Rafael Gíntoli, Andrés Spiller, Ramiro Gallo, Juan Falú, Elena Roger con Escalandrum, Siro Bellisomi, Peteco Carabajal, Marcelo Rebuffi, Marcela Magin, Luis Caruana, Paula Peluso, Flor Bobadilla y la ecléctica violinista Nina Vais son algunos de los nombres que integran la variada grilla de artistas, que en muchos casos actuarán acompañados por la Orquesta Filarmónica de Río Negro, de la que Fraile es titular, o alguno de los ensambles que la integran, como Ensamble Sur, Piltri Quinteto, Ensamble Ventisquero Negro, Trepún Percusión, Quinteto de vientos Perla del Valle, Ensamble del Alto Bronce, Ensamble Viento Sur y el Ensamble de Cuerdas del Atlántico Sur.
Las entradas a todos los conciertos son gratuitas y se pueden reservar ingresando a la página de festival, donde también está la programación detallada.
Después de la pausa obligada por la pandemia, el regreso del festival a Bariloche, una plaza tradicional para la música artística, ha despertado grandes expectativas en la región. Por lo pronto, buena parte de los conciertos tienen ya las entradas agotadas y se espera que ese entusiasmo se contagie con el desarrollo de los numerosos conciertos. “La repuesta por parte del público es increíble y eso nos da una gran tranquilidad. A partir de julio comenzamos a vislumbrar la posibilidad de poder hacer el festival 2021 en octubre y nos pusimos a trabajar, con todas las dificultades que se podrían imaginar, pero con convicción”, explica Fraile.
“Esta segunda edición se va a extender por cinco días. Menos que la primera, pero con un número similar de conciertos, que en total van a ser veintidós. Este armado concentrado es súper exigente desde todo punto de vista, tanto para la organización como para los artistas que para montar los repertorios tiene que mantener un ritmo loco de ensayos y concierto en el mismo día”, agrega el director.
Este miércoles, Peteco Carabajal junto a los vientos y la percusión de la Filarmónica de Río Negro dará comienzo el encuentro. Volver al ritual se llama el espectáculo que tendrá dos funciones, a las 18 y a las 22.30 en La Baita y contará además con la participación de Homero Carabajal y Martina Ulrich. A las 21, en la iglesia Catedral, Pablo Agri, Rafael Gíntoli y la Filarmónica de Río Negro interpretarán obras de Antonio Agri.
“La Filarmónica realizará cuatro programas muy distintos durante las primeras cuatro noches. Después de este con obras de Agri, el jueves interpretará Piazzolla Barroco con Andrés Spiller en oboe, Marcela Magin en viola, Marcelo Rebuffi en violín y Luis Caruana en bandoneón. El viernes recibirá a Juan Falú y el sábado tocará en vivo la banda sonora de la película Un fueguito. La historia de César Milstein, con obras de Dmitri Shostakovich, Robert Schumann, Gustav Mahler, Piotr Tchaikovsky y Béla Bártok, entre otros, y que contará con la presencia de algunos de los solistas invitados al festival. Será una banda sonora irrepetible”, anticipa el director.
“Los once ensambles de cámara que integran la Orquesta Filarmónica de Rio Negro ocupan un lugar central en el desarrollo territorial de la Orquesta a lo largo del año y es por eso que ocupan un lugar central en la grilla del festival”, continua Fraile.
Los ensambles Cuerdas del Alto Valle y Cuerdas Patagónicas con Ramiro Gallo y el Ensamble Ventisquero Negro con el bandoneonista Rubén Hidalgo y el guitarrista y Juanjo Miraglia (el jueves); Bronces del Atlántico con un repertorio del Jazz de los ‘50-’60 (el viernes); Ensamble Perla del Valle con la cantante Malén Marileo en obras de Piazzolla, el Piltri Quinteto con la soprano Bela Rivarola, Trepún Percusión y Cuerdas Patagónicas con la cantante y pianista Flor Bobadilla y Viento Sur con "Músicas del mundo" (sábado); Ventisquero Negro con Edgardo Lanfré y Daniel Sánchez en “Serenata a Río Negro”.
Estos son algunos de los momentos del festival que tienen a los ensambles de la Filarmónica de Río Negro como protagonistas. “En el encuentro entre los ensambles con los artistas invitados se producen nuevas formas expresivas, nuevas maneras de interacción entre músicos de estilos y géneros distintos. De este encuentro surgen los nuevos lenguajes que nos cuentan nuevas historias”, destaca Fraile.
Esa perspectiva de variedad y encuentro como punto de partida para nuevos lenguajes es la gran a puesta de esta edición del FIMBA. “La curaduría musical propone el diálogo entre diferentes tradiciones. Nos pareció interesante también poder ser reflejo de lo que se produce en el país, por eso en esta segunda edición decidimos darle lugar exclusivamente a artistas argentinos. Es una decisión que tomamos porque sabemos de la calidad de nuestros artistas, pero también para crear oportunidades de trabajo a un sector muy castigado durante la pandemia”, asegura Fraile y concluye: “El FIMBA propone un encuentro entre músicos y público para que la música, en toda su variedad nos sensibilice y nos conecte”.