Elegir una canción de Laurie Anderson es elegir a Laurie Anderson. Todas sus canciones son una sola y gran canción. Elijo "O Superman" en representación de su obra, aunque no voy a hablar específicamente de "O Superman", sino que voy a hablar, cantar, escribir y poner la mirada sobre su gran canción.
Como dije, para mí Laurie tiene una sola canción, en donde a veces habla, a veces canta, a veces distorsiona lo que dice, lo que toca y en donde poéticamente atraviesa la oscuridad, el amor, la política, la enfermedad, la risa.
Para escribir estas líneas volví a mi primer amor con ella, Big Science. Busqué el cd en mi biblioteca; sí, mis discos están en la biblioteca y sí, lo escuché en cd y no en Youtube ni en Spotify. Los libros como la música precisan de un tiempo aparte, una cierta detención en continuo movimiento, quizás por eso los tengo todos mezclados. Ese día en que volví a escucharla era un día lluvioso y de mañana, me puse los auriculares (hay mucho ruido alrededor) y ni bien comenzó a sonar el disco volví de alguna manera al pasado, a la primera vez que la había escuchado. Pude reconocer en el camino lo que me había fascinado en su momento, el despertar de una escucha en donde no sólo se pone el oído a disposición. Su música avivó en mí una manera particular de escuchar, ver y crear una canción. Porque las canciones no sólo son para ser escuchadas, hay quien las interpreta, quien las envuelve de mística, de misterio; quien puede hacer reír y llorar con una canción.
Laurie pone a la música en un lugar extraordinario, en el que nos invita a involucrarnos de una manera menos cómoda quizás, porque precisa de concentración, de ponerse a escuchar en continuidad, de dedicarle un tiempo, un estar presente escuchando e imaginando. Para mi gusto, un lugar más atractivo. ¿Qué difícil en este momento en que todo corre tomarse esos tiempos, no?
Escuchar su música, ver sus películas, leer sus textos y poder imaginar su forma de decir; sin escucharla escuchar su voz, su cadencia, poder verla con su traje, su pelo corto y despeinado, con su violín amplificado y su teclado. No mucho más y todo eso. Laurie y su modo de hacer reconocible; no sólo es música, es Laurie.
“O Superman. O judge. O Mom and Dad. Mom and Dad. Hi. I’m not home right now. But if you want to leave a message, just start talking at the sound of the tone.” (“Oh Superman. Oh juez. Oh mamá y papá. Mamá y papá. Hola. No estoy en casa ahora mismo. Pero si quiere dejar un mensaje, simplemente comience a hablar con el sonido del tono.”)
Mientras me sumergía en Big Science, reconocí cosas que hago en mis canciones, indudablemente re interpretadas, reformuladas y con otro estilo, pero con ese permiso de moverme, ese lugar en donde la música se distorsiona, y no por la distorsión en sí, sino por el estar ligeramente desplazada. No sé bien en referencia a qué, a un uso frecuente, a una moda o a la moda, quizás corrida incluso de sí misma. Creo que eso también hace que ciertas canciones perduren en el tiempo.
Cuando en agosto de 2008 vino a tocar a Buenos Aires, compré la entrada sin dudarlo. Era cara para mí, pero no iba a perderme la oportunidad de verla en vivo. Fue en el Gran Rex, 27 de agosto de 2008. Fui sola. Creo que no quise compartir con nadie que iba, que era un regalo para mí, parte de mi intimidad. Tenía la fila seis en el centro. Fue emocionante cómo podía sentirse en el silencio del teatro la respiración de lxs que allí estábamos, la sonrisa, los ojos llorosos, la fascinación. Cuando salió al inmenso escenario la vi chiquitita y cuando empezó a cantar pensé “qué grande que es”.
Lloré en gran parte del recital, aplaudiendo con fuerza y emoción. Cuando salí del teatro, embriagada, caminé por la calle Corrientes, no había mucha gente y era también otra época, una en la que se podía caminar por ahí sin tanto tumulto. Llegué hasta mi casa en Palermo, es decir que caminé y caminé y caminé. Fue una caminata melancólica y feliz.
Fui a verla cada vez que vino, siempre la redescubro y me orienta en mi trabajo, me deja con esa sensación de que puede ser igual pero también siempre es distinto. Y con el paso del tiempo, desde ese 2008, cada vez que voy a verla sigue en mí la emoción de ese día sentada en la fila 6 frente al centro del escenario viéndola aparecer chiquitita y grande a la vez.
Irene Goldszer es cantante, compositora y actriz. Su trabajo se enfoca en generar materiales que no se encasillen en un género puro, cruzar lenguajes y crear así una poética original en donde se amplíen los límites entre los mismos. A la par de su investigación ha participado en espectáculos de teatro, circo, música, performance y también en tv. En 2019 salió su disco Respirar con el que se fue de gira por México. En su Canal de Youtube se puede ver el recital en vivo que grabó en julio de 2021 invitada por la Casa Nacional del Bicentenario. Actualmente se encuentra trabajando en su próximo proyecto musical, el cual obtuvo la Beca de Creación del FNA y del Fondo Metropolitano. El viernes 10 de diciembre se presentará en vivo en Quetren Club Cultural haciendo un recorrido por las canciones clásicas de su repertorio y canciones nuevas.