Mauricio Macri debe ir el jueves a dar explicaciones al juez federal Martín Bava por el espionaje sobre los familiares de los 44 tripulantes del submarino ARA San Juan. Asesores legales anticipan que hará un descargo pero aún resta saber si contestará a las preguntas del magistrado, a quien el expresidente quiere correr de la causa. Más allá de que la defensa cierra por estas horas la estrategia, Macri ya anticipó en sus últimas apariciones públicas cuáles son los argumentos que posiblemente empleará para intentar desvincularse de la causa por vigilancia ilegal sobre el colectivo de parientes que querían saber qué había pasado con la nave de la Armada Argentina.
“Estoy muy tranquilo”, dijo el lunes el expresidente en una aparición en un canal de Twitch del PRO, mientras la convocatoria a apoyarlo a las 11 del jueves en la plaza Castelli de Dolores circulaba por las redes sociales. Con público y entrevistador a favor, Macri sostuvo que la acusación era un “disparate” y que el kirchnerismo quiere verlo preso.
Unos días antes, durante su gira por Santiago del Estero, el exmandatario había brindado una entrevista en un canal de noticias local en la que ensayó algunas explicaciones de las tareas que, desde la delegación Mar del Plata, la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) realizó sobre las familias de los submarinistas. Por ser un primer descargo, la abogada querellante Valeria Carreras pidió al juez Bava que incorpore la grabación como prueba. Aún no respondió ese planteo el juez, que este martes incorporó a tres familiares como querellantes en la causa.
“La verdad es desconocer cómo funciona la Casa Militar y la custodia del presidente, que a cada lugar que va tiene que saber con quién va a reunirse”, protestó Macri. “Yo ni me entero. Hay gente que evalúa, que cuida la seguridad acá, como en cualquier país del mundo”, añadió.
Con esa explicación, Macri busca decir que la AFI registraba los movimientos de los familiares porque tenían que conocer si existía algún riesgo para la seguridad presidencial. Ese argumento ya lo había empleado en su indagatoria la exsubdirectora general de la AFI Silvia Majdalani, quien declaró que la AFI realizaba tareas de “adelantado” “previo” junto con la Casa Militar y que, de hecho, mientras ella estuvo al frente de la exSIDE existía un departamento de enlace con el organismo encargado de la custodia del presidente.
Bava desestimó esa explicación, dijo que no se entendía cómo dos mujeres que iban a entregar una carta al entonces mandatario podían configurar un riesgo como para que les sacaran fotos, elevaran un informe y hasta les monitorearan las redes sociales. En la causa hay documentos --hallados por la interventora de la AFI, Cristina Caamaño-- que indican que la vigilancia iba más allá del “perímetro” ante un posible acercamiento a Macri: a los familiares se los siguió cuando fueron al Concejo Deliberante de General Pueyrredón o cuando se manifestaron frente a la Base Naval de Mar del Plata.
Los otros ejes de la defensa que Macri ensayó frente a los medios fueron los siguientes:
“Yo no espié ni mandé a espiar a nadie en esta causa ni en ninguna otra”, sostuvo el expresidente, que sabe que lo que suceda en la causa de Dolores puede tener impacto en otros expedientes. En todas las denuncias que Caamaño presentó, Macri estuvo mencionado por ser quien encabezaba el sistema de inteligencia nacional. Esto quiere decir que, entre otras causas, lo denunció por el espionaje a Cristina Kirchner en el Instituto Patria, por la vigilancia masiva en el marco de las cumbres de la OMC y el G-20 y por la interceptación de correos electrónicos, entre otros hechos.
La Justicia Federal de Dolores no es competente. “Ni el ARA San Juan se hundió en Dolores, nada tuvo que ver Dolores, yo no trabajo en Dolores, los servicios de inteligencia nacionales no trabajan en Dolores”, dijo Macri. Lo que omite decir el expresidente es que fue la Cámara Federal de Mar del Plata la que decidió que la causa pasara a Dolores para investigarse en el marco de una trama más amplia.
Comodoro Py reclama la causa. “Es una arbitrariedad de un juez que no debería actuar en esta causa porque se lo dijo Comodoro Py. Un juez de la Capital le dijo ‘mándeme la causa’ y no hizo caso”, afirmó. En realidad, el camarista Martín Irurzun sostuvo que la investigación del Proyecto AMBA debe tramitar en Retiro, pero Macri lo hace extensivo a la del ARA San Juan.
La citación fue intempestiva. “Yo ni siquiera estaba en el expediente”, insiste Macri. Sin embargo, fue denunciado por Caamaño el 23 de septiembre de 2020 e incluido por el fiscal Daniel Adler en su imputación. Bava lo llamó a indagatoria después de haber tomado once anteriores y de dictar nueve procesamientos.
Macri buscó apartar a Bava de la causa al decir que es parcial y que prejuzga al afirmar que existió espionaje durante su gobierno. El juez rechazó la recusación in limine y giró el planteo a la Cámara Federal de Mar del Plata. Allí, los camaristas Alejandro Tazza y Eduardo Jiménez deben decidir si confirman a Bava al frente del expediente sobre el espionaje a los familiares del ARA San Juan. La intención de los camaristas era dar a conocer su resolución antes de la indagatoria del expresidente.