Con la Noche de los Muertos a la vuelta de la esquina, una playlist a pedir de boca… con semisonrisa deliciosamente macabra, dispuesta a proferir hechizos, robarle la chispa vital a cándidas almitas, rendir pleitesía a demonios y diablesas o simplemente provocar escalofríos con un tradicional “¡Bu!”. Lo mínimo, en fin, para estar a la altura del disfraz y las circunstancias. Boys and girls of every age / Wouldn't you like to see something strange? / Come with us and you will see / This, our town of Halloween, zanja dudas sobre la etiqueta del 31 de octubre la banda sonora de El extraño mundo de Jack, inevitable prólogo para saber qué esperar de la jornada: calabazas chillonas, dientes afilados, ojos rojos acechantes, payasos con rostro desgarrado, monstruitos y sustos multiplicados y, si todo sale bien, vecinos con la piel de gallina y los pelos de punta.

¿Estaría pensando la golosa Annabella Lwin, líder de Bow Wow Wow, en esta celebración al remachar una y otra vez I Want Candy, en la homónima remake del hit, cuya autoría le cabe a la banda Strangeloves? Puede que no, pero agua pa’ este molino: vale tararearla post “dulce o truco”, al darse un chute de energía, azúcar y new wave. Quien sin duda tuvo presente el festejo fue la inglesa gótica Siouxsie Sioux que, con el cuarto LP de su banda de culto Siouxsie and the Banshees, da material para media velada tenebrosa amén de tracks como Voody Dolly, Spellbound, y, claro, Halloween. El disco Juju, de 1981, es parte de la lista “1001 discos que hay que oír antes de morir”. O después, ¡vamos!, ¿qué es esto de andar discriminando a espectros melómanos? Pobres almas desafortunadas, canturrearía la tentacular Úrsula, némesis de la Sirenita… sin una pizca de empatía, pura ironía malévola.


 Annabella Lwin, líder de Bow Wow Wow

Con un origen que se remontaría a ritos paganos celtas relacionados al ciclo agrícola, Halloween -de cosecha tardía en nuestros pagos, casi inexistente en comparación a los grandes montajes hogareños de los Estados Unidos- lógicamente necesita un tema capaz de despertar al más perezoso de los finados, resucitado nomás sonar las primeras notas de Monster Mash, de 1962, clásico donde Bobby “Boris” Pickett invita a gente con pulso -y suficiente coraje- a visitar su castillo y sucumbir al nuevo baile inventado por la criatura de Frankenstein, que subyuga a Igor, al conde Drácula, al Hombre Lobo… Ya, ya, que la canción es de un tipo, pero ¿qué sería de ella sin los coros de las Blossoms, una de las grandes girl bands de los 60s, liderada por Darlene Love?

Solo por ver a su amorcito, de seguro se haría el recorrido hasta Transilvania una encandilada Annie Lennox, dispuesta a poner el cuello a lo Mina para que beba el seductor personaje creado por Bram Stoker, inspirándose en Vlad el Empalador, príncipe de Valaquia del siglo XV. Suyo, después de todo, es Love Song for a Vampire, que compuso para la adaptación de Francis Ford Coppola sobre la novela del famoso vampiro. Para gustos y colores en materia de flechazos ha escrito Alaska que, junto a Dinarama, bebe los hediondos vientos de su media naranja en Mi novio es un zombie. Y eso que “sus dientes no son blancos, solo tiene tres. Su piel es transparente y verde a la vez. Sus ojos amarillos me hacen enloquecer. Tiene algo ese chico y yo no sé que es…”. Ya que espera casarse con él, podría proponerle boda en un camposanto mientras suena Spooky, interpretada -eso sí- por Lydia Lunch. Ojo, vincularse sentimentalmente con monstruos a veces tiene su intríngulis, como queda dicho en Werewolf, de una Fiona Apple sin pelos en la lengua para abandonar peludos escalofriantes.

Annie Lenox

La voz hechicera de las clásicas

Por lo demás, a la hora del hechizo, imposible resistirse al embrujo de la caudalosa voz de Nina Simone en I Put a Spell on You que, aunque compuesta por Screamin' Jay Hawkins, encontró su versión definitiva en esta rendición magistral de la alta sacerdotisa del soul, jazz, blues, R&B, publicada en el ’65. Siguieron muchas versiones, pero ninguna más a tono con la temporada en curso que la muy libremente interpretada por Bette Midler como pérfida bruja Winnie en el film Abracadabra, de 1993, dispuesta a lograr la juventud eterna absorbiendo la energía de los chicuelos de Salem; siempre acompañada por sus pazguatas hermanas, Kathy Najimy y Sarah Jessica Parker.

Subir a la cima de la colina, darse la mano y bailar en círculo bañadas por la luz de la luna, es el planazo que propone Marianne Faithfull en Witches' Song, tema de 1979 que conjura efectiva magia blanca para aquelarres que comprenden: la hermandad hace a la fuerza, también abrazar sin miedo el lado oscuro. De hecho, es la canción que suena -en la voz de Juliana Hatfield- en el film Jóvenes Brujas, del ’96, antes de que todo se vaya al garete. Contrariada, acaso a falta de junta, está Stevie Nicks en Sisters of the Moon, del disco Tusk de Fletwood Mac, también del ’79; tema que tomó altura al avivar aquel rumor de que la chica había seducido al Diablo, que puso el gancho -y un look acorde- al pacto fáustico.

Nina Simone

Y ya que estamos con el ángel caído… “¡Gloria y alabanza a ti, Satán, en las alturas del Cielo, donde una vez reinaste, y en las profundidades del Infierno, donde, vencido, sueñas en silencio!”, según reza la letanía de Lucifer que antaño escribiera Charles Baudelaire en Las flores del mal. Distorsionada hasta generar escalofríos en la retorcida voz de una poseída Ruth White, pionera de la música electrónica que, en el ’69, dio curso experimental a los poemas más célebres del francés con su inquietante aproximación sonora, el LP Flowers of Evil.

En clave electro-pop, la fantasía terrorífica se traslada a las pistas con el deliberado intento de Turn Off the Light, de 2018, mixtape de la germana Kim Petras que, a lo largo de las pistas, se esfuerza por honrar a su temporada favorita. El mérito mayor: haber fichado a Elvira, icónica presentadora de pelis de terror, para un recitado admonitorio: “Solo en la oscuridad encontrarás tu verdadero yo. Aúlla a la luna para despertar el maleficio ¡No corras! Serás lo que debas ser”. Si lo dice la reina de las tinieblas…