La presentación del proyecto de "Ley de Gestión Integral de Envases, Responsabilidad Extendida del Productor, e Inclusión de Trabajadoras y Trabajadores Recicladores" --tal su nombre completo-- movilizará hoy una marcha que sus organizadores avisoran tan masiva como para ser anunciada como "la marcha cartonera más grande del mundo". Es que desde la federación que nuclea a cartoneros, carreros y recicladores vienen reclamando que avance esta iniciativa, que valoran como "un modo de dignificar" su trabajo, de disminuir la contaminación ambiental y los costos de la gestión de residuos sólidos.
El proyecto, elaborado por el Ministerio de Ambiente e impulsado desde el Poder Ejecutivo, con la firma del presidente Alberto Fernández, propone que sean las empresas que elaboran productos envasados las que se hagan cargo del costo del reciclado de esos envases que colocan en el mercado, generando un fondo que estará destinado a mejorar las condiciones de trabajo de las y los cartoneros.
Responsabilidad extendida
Sergio Federovisky, viceministro de Ambiente de la Nación, habla de "erradicar los basurales a cielo abierto", "favorecer el reciclaje", "disminuir los volumenes de los rellenos sanitarios" y, sobre todo, de "dignificar el trabajo de los cartoneros", al momento de definir los objetivos de mediano y largo plazo.
Destaca que se trata de una ley ambiental, similar a la que ya existe en otros países, que plantea la "responsabilidad extendida del productor": "el productor es el responsable del envase que utiliza hasta que se convierte en residuo, y puede ser reintegrado al circuito productivo", marca el espíritu de la ley.
Para esto, el proyecto establece el pago de una tasa por parte del productor --hasta del 3 por ciento del valor del producto, de acuerdo a diversas variables, entre ellas cuán reciclable es el envase--. El fondo obtenido se destinaría a fortalecer las cooperativas de cartoneros, crear más plantas de reciclaje y tratamiento de residuos, abaratar la logística y comercialización, sacar a más cartoneros de la informalidad.
Estado de situación
"La Argentina tiene una cantidad gigante de basura en forma de envases, pero al mismo tiempo importa pets usados, o sea basura de otros países, como insumo industrial", plantea el sinsentido Federovisky.
Se calcula que en el país se producen cada día 50 mil toneladas de residuos. La mitad de ellos termina en alguno de los 5.000 basurales a cielo abierto que hay en la Argentina, o en un relleno sanitario. Cerca del 20% de los residuos sólidos urbanos generados son envases post consumo. Actualmente se recupera apenas un 10% de los residuos generados.
"Los 150.000 cartoneros y cartoneras que evitan que el sistema colapse trabajan en pésimas condiciones. Miles de ellos lo hacen en los propios basurales sin baños, agua, ni techo para cubrirse del sol o la lluvia", recuerdan desde la Federación de Cartoneros.
"Me cambió la vida"
"Estamos cansados de que los municipios nos digan: no hay recursos, no es el momento, más adelante... Sin embargo se ahorran millones de pesos con todo el relleno que les restamos, nuestro trabajo de reciclado les sale gratis", reclama Jonatan Castillo, referente del MTE y de la Federacion Argentina de Cartoneros, también presidente de la cooperativa Mundo Reciclado de Avellaneda.
Castillo plantea que "la necesidad de dignificar nuestro sector es urgente, sobrevivimos revolviendo la basura". Y que "no hay ninguna política pública de post consumo y post venta, los productores sólo se preocupan por poner su producto en el estante y venderlo, se desentienden de todo lo que generan".
Los intermediarios que bajan el precio de lo que se paga por kilo, la falta de plantas y galpones donde puedan procesar el material que juntan, la necesidad de contar con herramientas propias --balanzas, camiones--, son algunos de los ítems del cambio reclamado. " "Queremos trabajar más y mejor, no pedimos que nos regalen nada", enfatiza Castillo.
Sabe, por experiencia propia, que "la salida es la organización", y que hay que "sumar a más compañeros a este circuito formal". El empezó trabajando cuando era un niño, en el basural a cielo abierto que estaba frente a su casa, en Wilde. "Ayudaba a mi viejo a separar el material en mi casa, no sabía que estaba aprendiendo un oficio", cuenta.
"A los 12 empecé a ir al basural a cielo abierto más grande de zona sur, el relleno sanitario de Villa Domínico, el Ceamse. Pero cerró y tuvimos que salir a la calle a cartonear", recuerda. "Me cambió la vida", dice sobre el momento en que se organizó junto a sus compañeros, hace cuatro años.
"Entendí que mi casa es para vivir y la cooperativa y el galpón son para trabajar. En el patio de mi casa juegan mis hijos y ya no hay bolsones acopiados", grafica.
Con sedes en Avellaneda, Baradero, Balcarce y Bahía Blanca, entre otros distritos, ya son más de 2000 los cartoneros organizados en Mundo Reciclado en todo el país. Piden que esta Ley de Envases con Inclusión Social también sirva para sumar a muchos y muchas más a experiencias como esta.