El cielo gris sobre la playa de mar revuelto y arena de un marrón oscuro denota que no es el día más hermoso de aquél verano de 2000 en Punta del Este. Un Diego Maradona que apenas puede sostenerse en pie camina sin rumbo y sin fuerzas, como puede. La respiración entrecortada buscando desesperadamente un poco de aire es agobiante. El grito de guerra “Maradoooo, Maradoooo…” que se escucha de fondo no parece tener el efecto que alguna vez tuvo en ese hombre. “¿Dónde estás, mi pelusa?”, se pregunta en su mente confusa, buscando al niño que fue. Las fuertes piernas de Diego ceden como nunca antes. El astro está arrodillado y el aire sigue ausente. La cámara enfoca su cara, desvaída y con vestigios de cocaína en su nariz, antes de caer y perder la vista en el horizonte. Así comienza Maradona: sueño bendito, la superproducción internacional de Amazon Prime Video sobre la vida del mejor jugador de todos los tiempos, que el jueves presentó su primer episodio por Canal 9 y que desde hoy se puede ver -los primeros cinco capítulos- en exclusivo a través de la plataforma de streaming.
La superproducción sobre la vida deportiva y personal de Diego Maradona, con sus luces y sombras, llegó finalmente a la pantalla chica. Tras las mediáticas idas y vueltas, demoras e incertidumbres, denuncias y cartas documentos incluidas para frenar su realización y luego su emisión, Maradona: sueño bendito vio la luz a los ojos del gran público. Lo hizo en TV abierta con un primer episodio que fijó con claridad los dos ejes dramáticos a través de los cuales se contará la vida de Diego. Por un lado, su carrera deportiva, desde sus comienzos en la humilde Villa Fiorito de su infancia hasta alcanzar la gloria en el Mundial de México `86, pasando por sus comienzos en Argentinos Juniors, su llegada a Boca, su veloz paso por Barcelona y su consagración en Nápoles, su tierra sagrada. Por otro, las vicisitudes de su vida personal, con aquél episodio de Punta del Este en el que estuvo al borde de la muerte como disparador principal. Dos tiempos del relato que se entrelazan sin cesar. Dos momentos, dos aspectos, de una misma vida.
El aspecto más interesante de la serie de diez capítulos de Amazon, en todo caso, no parece descansar sólo en la montaña rusa profesional y personal de Maradona, en sus hazañas y en sus penas. Al fin de cuentas, la de Diego fue la primera vida mediatizada casi las 24 horas, en donde el sistema -y también él- no distinguía entre vida pública y privada. El desafío de la serie era cómo revisitar en clave de ficción al argentino más retratado y filmado -aún en tiempos analógicos- de la historia, de tal manera que la biopic pudiera ser fiel a la figura a la vez que novedosa narrativamente. Y Sueño bendito supo sintetizar ambas cuestiones, contando la vida de Maradona en toda su amplitud pero con una narración que entrecruza sus hitos deportivos y personales con la realidad argentina de cada momento. Un diálogo que contextualiza, que le aporta perspectiva histórica, pero que a la vez le hace honor a quien nunca le fue indiferente a lo que pasaba en su amado país.
Con una realización acorde a la figura que retrata, Sueño bendito cuenta con una impecable reconstrucción de época, tanto en lo visual como en la mirada histórica sobre cada tiempo y lugar. “Promesa” -tal el título del primer episodio- se encargó de contar la infancia de Diego en Fiorito, llena de carencias (ya mostraba ahi su picardía), su llegada a Cebollitas, su debut en la primera de Argentinos Juniors y su incipiente historia de amor con Claudia. Un racconto anclado en los setenta que sirvió para dar cuenta de lo que significó la muerte de Juan Domingo Perón para Don Diego, pero también para dar cuenta del terrorismo de Estado que imperaba en el país. En ese aspecto, la serie alimenta cierta heroicidad de un Maradona que, desde pequeño, se enfrentaba a las injusticias y a los poderosos. Incluso, a los militares que lo bajan de un colectivo en un retén en plena dictadura y al que el Diego de ficción les hace frente.
En paralelo, gracias a un montaje delicioso, el debut de la serie producida por BTF Media, en coproducción con Dhana Media y Latin We, hizo foco en aquellos días de Maradona al borde de la muerte en Punta del Este a comienzos de siglo. Desde el momento que tuvo la crisis de salud en la casa que alquilaba hasta su internación que mantuvo en vilo al país y al mundo, el incidente coronario sirve de excusa para contar no solo aquellos acelerados días de Diego rodeado de Guillermo Cóppola y Carlos Ferro Viera, sino también para poner en perspectiva el estado de las relaciones familiares con el paso del tiempo. La otra cara de la historia del pibe humilde que se convirtió en el mejor jugador de fútbol del mundo.
Como si esos dos tiempos de relato en el que late la serie, entre la genialidad deportiva y la conflictiva relación de Maradona con sus adicciones, no bastaran como para ser lo suficientemente atractivos, Sueño bendito cuenta con casting inmejorable y actuaciones sobresalientes. Interpretando a Maradona en sus diferentes etapas, tanto Nicolás Goldschmidt (en su adolescencia) como Juan Palomino (el Diego post futbolista) se lucieron en este primer episodio, con interpretaciones ajustadas a cada época del 10 (Nazareno Casero será el tercer Maradona). Lo mismo vale para el Jorge Czyterspiler de Peter Lanzani y el Guillermo Cóppola de Jean Pier Noher, que causan impresión de tan parecidos en imagen y gestos a los representantes que tuvo Diego. Lo mismo se puede decir de César Luis Menotti, inmejorablemente retratado por Darío Grandinetti. Las Doña Tota de Mercedes Morán y Rita Cortese componen a la madre de Diego en dos épocas distintas pero igual de ajustadas. Pepe Monje y Claudio Rissi hacen lo propio con Don Diego, con gestualidades mínimas pero de expresiva sensibilidad. Laura Esquivel y Julieta Cardinali se dividen la composición de Claudia, mientras Fernán Mirás se pone en la piel de Francis Cornejo. Nadie desentona.
Sin concesiones, desdoblándose entre la proeza deportiva y la tumultuosa vida de Diego, Sueño bendito es mucho más que una biografía sobre Maradona: es un recorrido por la historia argentina a través de una de sus máximas figuras, que expresó sin buscarlo ese ADN argentino en el que se mezcla el talento y la viveza criolla, la superación y el desborde. La vida de Diego entrelazada con la realidad del país no parece tratarse de una elección antojadiza ni pensada para mostrarle al mundo -la serie se estrena en 240 países a través de Amazon- la Argentina de entonces. Más bien resulta un aspecto vital para entender a un Maradona que siendo rey nunca eligió vivir en una burbuja palaciega. Pese a tenerlo todo, nunca renunció a sus orígenes. Idolo popular que nunca se fue del todo de Fiorito, la serie parece querer atravesar el bronce de la leyenda. Y no está mal: al fin de cuentas, Diego siempre sintió más cómodo en el barro