Unos 180 soldados colombianos que erradicaban narcocultivos fueron retenidos por campesinos cocaleros en el municipio de Tibú, situado en la frontera con Venezuela. El general Ómar Sepúlveda denunció como un "secuestro" la captura de sus hombres por comunidades que se oponen a la destrucción de las plantaciones ilegales. Los campesinos calificaron de "desproporcionada" la acusación y se mostraron dispuestos al diálogo.
Los cocaleros "secuestraron a seis pelotones del Ejército nacional" el martes pasado en el municipio de Tibú, señaló Sepúlveda a la prensa. El responsable militar relató que las tropas fueron rodeadas por campesinos con palos y machetes mientras cumplían "tareas de lucha contra toda la cadena de narcotráfico", y agregó que los soldados están concentrados en una escuela rural.
El vocero de una asociación campesina que se identificó como "Junior" dijo a W Radio que la comunidad tiene "la mejor disposición de diálogo" para permitir la salida de los militares. Aseguró que retuvieron a los soldados en protesta porque el gobierno incumplió sus compromisos en el programa de sustitución de sembradíos de hoja de coca por cultivos lícitos.
La Defensoría del Pueblo informó en Twitter que se dirigía hacia Tibú para adelantar una mediación y liberar a los soldados. El municipio ubicado en el departamento de Norte Santander forma parte de la llamada región del Catatumbo, el territorio con más narcocultivos del mundo. En esa zona, en la que operan rebeldes de la guerrilla ELN y disidentes de la exguerrilla de las FARC, hay unas 40.084 hectáreas sembradas con hoja de coca, según el último informe de la ONU de 2020.