"Demolición sistemática del patrimonio" y "privatización del espacio público" son los principales ejes contra los que este sábado marcharán a la Legislatura las organizaciones socioambientales y vecinales de la Ciudad de Buenos Aires. De las demoliciones de edificios históricos a las excepciones para construir a gran altura en barrios de casas bajas, de las torres de Costanera Sur a las de Costa Salguero, la movilización "Se va Buenos Aires" sintetizará reclamos que emergen desde los barrios porteños. "Va a ser un encuentro histórico", dicen a Página/12 referentes de las agrupaciones, que exigirán "control vecinal de los organismos que deciden sobre el patrimonio porteño". 

"La especulación inmobiliaria, los convenios urbanísticos, la falta de control de las edificaciones protegidas, los cambios de leyes y normativas, posibilitan que estemos presenciando un auténtico patrimonicidio", definen las organizaciones en el documento con el que convocan a marchar el sábado a las 16 horas. El texto lleva más de 60 adhesiones, en un listado que parece un mapa de la Ciudad de Buenos Aires: Núñez, Belgrano, Villa Ortúzar, Caballito, San Telmo, Barracas, Almagro, Boedo, Saavedra, Abasto y Palermo son solo algunos de los barrios que, con sus agrupaciones vecinales, firman la convocatoria. 

El avance sobre edificios históricos y su reemplazo por torres es una de las principales preocupaciones que se expresarán en el reclamo a los legisladores oficialistas. Las organizaciones denuncian que la "demolición sistemática" tiene como trasfondo el incumplimiento de una ley. En 2009 la Legislatura aprobó la Ley 3056 que creó el Régimen Especial de Protección Patrimonial. La norma estipula que los inmuebles construidos antes de 1941 deben ser evaluados por el Consejo Asesor de Asuntos Patrimoniales para decidir si pueden ser demolidos.

"Desde su aprobación tienen que hacer un catalogo de inmuebles. De un universo de 141 mil edificios de antes de 1941 eligieron, sin consultar a las comunas, alrededor de 18.500, el 13 por ciento", explica a este diario Mauro Sbarbati, de la organización Basta de Demoler (BdD). Pero ni siquiera la protección de ese 13 por ciento está firme. Para conformar el catálogo, el listado debe pasar por la Legislatura. Desde BdD presentaron a las autoridades legislativas un pedido de información sobre la cantidad de inmuebles ya protegidos por ley. "Solo aprobaron los de las comunas 1 y 2, unos 127", precisa Sbarbati y añade que "todo lo demás es lo que está desapareciendo". 

Entre las incontables demoliciones, ya efectuadas o por realizarse, se encuentra, por ejemplo, la vivienda de la década del '30 derribada en Villa Ortúzar, ni más ni menos que dentro de la Plaza Malaver, donde se proyecta un edificio de ocho pisos. El de ese barrio es quizás el caso más concreto del avance de las torres sobre las casas bajas: al mes de agosto, los vecinos habían contado 57 obras en marcha y 81 casas en venta. El motivo se remonta a 2018, cuando el nuevo Código Urbanístico (CU) permitió elevar las alturas de construcción en el barrio para llegar a diez pisos donde había un máximo de cuatro. Es lo que sucede con la obra de Charlone 1448, frente a la Plaza 25 de Agosto: el "Edificio Verte" tendrá diez pisos en medio de las casas que rodean la plaza. 

Esta semana los vecinos se encontraron con un cartel que publicitaba el nuevo edificio: "La plaza es de todos, la vista puede ser tuya", decía. "Hay un cinismo de capitalismo salvaje que vende departamentos con vista a la plaza cuando hay gente que vivió toda su vida en Ortúzar y les van a tapar esa vista", señala Gigi Colabella, de Somos de Ortúzar. El cartel fue intervenido con aerosol y ahora dice: "¿La plaza es de todos? La guita puede ser tuya". En tanto, Interwin, empresa que promociona la obra, bajó de su Instagram la publicidad. Jonatan Baldiviezo, titular del Observatorio del Derecho a la Ciudad agrega que en la marcha pedirán que se suspenda "el CU aprobado en 2018, que permite la destrucción de la identidad de los barrios residenciales de casas bajas e impulsa la sobreconstrucción en barrios ya consolidados". 

"Además están los Convenios Urbanísticos, excepciones para construir en altura incluso sobre casas históricas", recuerda Sbarbati. Un ejemplo son los 53 metros que se levantarán tras la casona con protección cautelar de 11 de septiembre 1535, Belgrano, si el oficialismo ratifica en segunda lectura 11 convenios --varios implican demoliciones-- que ya aprobó en primera instancia. "La audiencia pública por los convenios será muy importante. Esperamos que la gente pueda hacer una patriada como las de Costanera Norte y Sur para demostrar que no queremos este modelo de ciudad", indica en este sentido Myriam Godoy, del ODC. 

En paralelo a la preocupación por las demoliciones, este sábado aparecerá el reclamo contra la venta de espacios públicos, instalado en la agenda porteña desde el caso de Costa Salguero, que marcó un hito en relación a la participación popular. El intento de privatización provocó la audiencia pública más masiva de la historia, con más de 7 mil inscriptos y hasta el momento está detenido por la Justicia, aunque al GCBA todavía le queda la instancia del Tribunal Superior de Justicia. "En la costanera tenemos el Distrito Joven, por el que todo el tiempo aparecen nuevas concesiones. El nuevo Tiro Federal, por ejemplo, una concesión por 150 años por la que hicieron un murallón en la Costanera Norte", recuerda Godoy. 

La segunda audiencia más masiva de la historia es la que por estos días se desarrolla por el barrio de torres de lujo que el Grupo IRSA busca construir en el predio de 71 hectáreas de la ex Ciudad Deportiva de Boca Juniors, junto a la Reserva Ecológica Costanera Sur. "Necesitamos mejorar el ambiente urbano con más espacios verdes, recuperando la costanera en su totalidad para el uso común de la comunidad porteña y dejando de mutilar el arbolado público", sostiene María Eva Koutsovitis, de la Cátedra Libre de Ingeniería Comunitaria de la UBA. 

"Basta de mutilar nuestros árboles" y "preservación del adoquinado patrimonial" son otras de las consignas con las que se marchará el sábado. "La convocatoria va a ser muy grande. Los colectivos barriales se han puesto en contacto y se han solidarizado unos con otros, va a ser la primera reunión entre todas las organizaciones que estamos sufriendo grandes problemas", afirma Collabela y concluye: "Creo que estamos a días de lo que va a ser un encuentro histórico".