Más de un centenar de dibujos inéditos de Franz Kafka (1883-1924), realizados cuando el escritor checo era un joven estudiante universitario, sumados a otros ya editados, se publicarán la semana próxima, luego de permanecer 63 años en una caja fuerte.
Los dibujos fueron salvados de la destrucción por decisión de su amigo y albacea, el también escritor Max Brod, quien desobedeció la orden del autor de La metamorfosis de que fueran quemados una vez muerto, al igual que sus manuscritos.
A los 41 dibujos editados en 2002 y 2011, se suman ahora otros 122, que un grupo de siete editoriales de diversos países publican por primera vez.
En español llegan de la mano de Galaxia Gutenberg, en una obra que, además de los dibujos, incluye un estudio sobre ellos y una reseña histórica a cargo de Andreas Kilcher, Judith Butler y Pavel Schmidt.
Brod admiraba los dibujos de Kafka, los coleccionaba, e inclusive los recuperaba una vez que Kafka los descartaba. Cuando huyó de los nazis que invadieron Praga en 1939, se llevó a Palestina (en un largo viaje en tren y barco) todos los materiales del autor de El castillo.
Una vez en Palestina, Brod depositó los manuscritos, que pertenecían a cuatro sobrinas de Kafka (sobrevivientes del Holocausto) en la biblioteca del editor y coleccionista Salman Schocken, quien publicó sus Obras Completas, mientras que dejó los dibujos en una caja de seguridad de un banco de Tel Aviv.
Cuando estalló la crisis del Canal de Suez en 1956, ante el temor de que el conflicto acabara con el Estado de Israel, Brod protegió todo el material en cuatro cajas fuertes de un banco de Zúrich, y luego legó su herencia a su secretaria, Ilse Ester Hoffe.
Los dibujos, que ahora se publican, pertenecen al período que va de 1901 a 1907, en la etapa que el autor asistió a la Universidad Alemana de Praga, donde tomó clases de dibujo y cursos de Historia del Arte. De estilo expresionista, las figuras humanas aparecen frágiles, enigmáticas, inquietantes y, a veces, con algún rasgo animal.
Algunos dibujos "desafían la coordinación cinestésica de las partes del cuerpo": parecen desorientados y carecen de coordinación, o de movimiento intencionado. Así lo sostiene la filósofa Judith Butler en uno de los textos que incluye el libro, que detalla el hecho de que, a veces, las cabezas (o los círculos que las representan) estén separadas de un cuerpo que tiene a menudo extremidades larguísimas.
Los dibujos de Kafka abrevan, a la vez, en el arte japonés. En la caligrafía, aparecen trazos muy negros y anchos, tal como señala un estudio del suizo Andreas Kilcher, que también incorpora el libro, de 356 páginas.
Los dibujos publicados recientemente eran los únicos materiales sin editar hasta el momento del escritor checo. "Sólo quedan unos apuntes de cuando era estudiante de hebreo”, dijo el editor de Galaxia Gutenberg, Joan Tarrida, que publica la obra completa del autor checo en España. Tarrida afirmó que en 2022 se dará a conocer el segundo volumen de la correspondencia del escritor, que comprende el período entre 1914 y 1918.