El 30 de octubre es una fecha emblemática para todos los argentinos y argentinas, porque es el día en que recuperamos definitivamente para los tiempos, la democracia en nuestro país.
Curiosamente voté por primera vez el 30 de octubre de 1983, a los 26 años, ya que en nuestro país se votaba cada tanto, en el ‘63 en el ‘73 y en el ‘83
La democracia conquistada el 30 de octubre no fue una cáscara vacía, una formalidad sin contenido. Los argentinos hicimos un pacto de convivencia democrática no escrito pero grabado en nuestros cuerpos y en nuestras mentes, el Nunca Más. Nunca más a un golpe, nunca más la tortura, nunca más la proscripción o la persecución política. Nunca más al terrorismo de Estado.
Desde esa perspectiva fundamos una nueva democracia ejemplo en toda América Latina y para el mundo.
Pero el 30 de octubre no fue un hecho aislado, esporádico. No fue una concesión del partido militar de aquel entonces, no fue una salida pactada, sino que fue producto de la lucha del pueblo y del diálogo entre las fuerzas políticas y sociales. Porque después de 53 años de desencuentros, de haber sufrido más gobiernos militares o fraudulentos que gobiernos democráticamente elegidos por la voluntad popular, se comenzó a gestar la idea de la unidad nacional que recuperara definitivamente los valores de la vida, la libertad y la igualdad.
El abrazo entre Perón- Balbín fue un primer paso para la reconciliación de las fuerzas populares, fue la Hora de los Pueblos, pero no alcanzó. La muerte del líder y el posterior golpe genocida postergaron dramáticamente la recuperación de la democracia como condición necesaria para cualquier proceso de transformación.
Por eso, el 30 de octubre nació en los organismos de DDHH y su lucha includicable, en las denuncias formuladas ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, en los paros de la CGT, en la emblemática marcha del 30 de marzo de 1982, en la sangre derramada por nuestros chicos en Malvinas, en la conciencia y el coraje cívico de los principales dirigentes políticos de ese momento que fundaron la multipartidaria.
El 30 de octubre de gestó con Azucena Villaflor, con Chicha Mariani, Alfredo Bravo, Emilio Mignone, Augusto Conte, Saúl Ubaldini, Ricardo Balbín, Deolindo Felipe Bittel, Oscar Alende, y tantos otros militantes de todas las fuerzas políticas y sindicales que pusieron el cuerpo, que sufrieron cárcel, persecución y exilio y con los 30 mil detenidos desaparecidos que dejó el horror del descenso a los infiernos de la última dictadura cívico-militar.
El 30 de octubre es el resultado de la lucha del pueblo argentino por recuperar definitivamente la democracia y tuvo en Raúl Alfonsín un intérprete de la necesidad de los tiempos y de los anhelos colectivos
A ellos gracias y nuestro homenaje que expresamos en no claudicar jamás.
Por una Democracia para siempre y una Patria para todos.
El autor es Diputado Nacional, Pte de Forja