Desde París
El prehistórico fundador de la extrema derecha moderna, Jean-Marie Le Pen, saltó, a sus 93 años, una nueva valla judicial. El Tribunal correccional de París liberó de toda condena a Jean-Marie Le Pen al cabo de un proceso que se inició en 2014 debido a unas declaraciones malintencionadas del líder político francés.
Palabras
Ese año, Jean-Marie Le Pen expresó palabras muy duras contra un grupo de artistas que se habían comprometido en el combate contra la extrema derecha. Primero, refiriéndose a dos de ellos, la cantante norteamericana Madonna y el humorista Guy Bedos, dijo que a esos dos “habría que casarlos”. El problema se planteó con el tercero, el cantante Patrick Bruel, de origen judío, sobre quien dijo: “de el no me asombra nada. Mire, la próxima vez haremos una horneada”. Horno, horneada, la referencia directa al exterminio de los judíos en los campos de la muerte durante la Segunda Guerra Mundial no podía ser más explícita.
Sin embargo, siete años después, la justicia francesa no encontró indicios de racismo ni apología velada de antisemitismo. Nada asombroso en un clima político en el cual las narrativas de la extrema derecha han colonizado los medios y las ideas. El juicio concreto se pudo celebrar recién hace dos meses una vez que llegó a su término el extenso trámite del retiro de la inmunidad parlamentaria de la que gozaba Jean-Marie Le Pen por su estatuto de diputado europeo.
Ironía
El Ministerio público francés no expuso ningún alegato, aunque el Fiscal sí consideró que "el empleo del término horneada no tenía nada de inocente” y constituye “una grave falta moral”. En un correo remitido al Tribunal en septiembre de este año, Le Pen alegó que la palabra “horneada” no había tenido “nunca un significado ni polémico, ni político”. Marc Bensimhon, abogado miembro de la Barra Nacional contra el antisemitismo, protestó con ironía cuando dijo: ”por supuesto, esto no tiene nada que ver con los hornos crematorios”.
El Tribunal admitió que las declaraciones de Le Pen tenían como objetivo la comunidad judía por cuanto la palabra “horneada” remitía “a la imagen simbólica del proceso de exterminación sistemático de los judíos de Europa”. No obstante, según la presidenta del Tribunal, no se trató de un llamado a la discriminación o a la violencia sino de “una jubilación para emplear un término oportuno ante una audiencia ya conquistada”.
Ruptura
En 2014, este episodio ocupó un lugar central en la ruptura entre Jean-Marie Le Pen y su hija, Marine Le Pen. Luego de esas declaraciones, la hija de Le Pen había dicho que se trataba “de una falta política”. En ese momento, Marine Le Pen ya ocupaba la presidencia del partido Frente Nacional y se encontraba en plena confrontación pública con su padre. El año siguiente, en 2015, Jean-Marie Le Pen fui excluido del movimiento que el mismo fundó y condujo a la cima del electorado. De un invisible tres por cierto de los votos durante los años 70 y parte de los 80, en pleno Siglo XXI, en 2002, Jean-Marie Le Pen disputó la segunda vuelta de las elecciones presidenciales contra el presidente saliente Jacques Chirac luego de haber eliminado en la primera al entonces Primer Ministro Socialista Lionel Jospin. Marine Le Pen le siguió los pasos en 2017 cuando enfrentó en la segunda vuelta de las presidenciales al actual jefe del Estado, Emmanuel Macron.
Polemista
La disputa publica entre padre e hija nunca cesó. Hace unos días, el papá dijo que si el posible candidato presidencial Eric Zemmour (ultraderecha) era el mejor ubicado “en el campo nacional, por supuesto que lo respaldaré”. El polemista Eric Zemmour aún no oficializó su candidatura, pero esa perspectiva ha cambiado radicalmente la relación de fuerzas políticas. De cara a la elección presidencial de 2022, los últimos sondeos ubican a Marine Le Pen muy lejos de los porcentajes que tenía en junio de 2021. Las encuestas de opinión le vaticinan un 16% de los votos contra 15% a Eric Zemmour, ambos muy por encima de los candidatos de la derecha o la izquierda. Si la dinámica se mantiene y Zemmour se mete en la campaña, uno u otro estarán en la segunda vuelta para enfrentar a Emmanuel Macron. En una entrevista publicada por el vespertino Le Monde, Jean-Marie Le Pen analizó el bajón electoral que sufre su hija mes tras mes: ”Marine abandonó las posiciones fortificadas y Eric ocupa el terreno que ella abandonó”, dijo Le Pen.
El fallo a favor del viejo líder político no cambia en nada la pátina que rodea a Jean-Marie Le Pen. Ya fue condenado numerosas veces sin que esas codenas alteraran su capital electoral, muy por el contrario. Entre las más conocidas está la condena por haber puesto en tela de juicio los crímenes contra la humanidad cuando calificó las cámaras de gas donde el nacismo perpetró el genocidio judío de “un detalle de la historia de la Segunda Guerra Mundial”. Su ascenso, el de su partido y el de su hija se hizo a fuerza de declaraciones antisemitas o cargadas de islamofobia. La extrema derecha ha normalizado la ofensiva racial como arma electoral.