En el debut de su nuevo entrenador, Diego Dabove, Banfield derrotó este sábado 2-1 a Vélez, en un encuentro muy bien jugado, repleto de emociones y que concluyó con polémica por un error arbitral. Cuando ambos equipos habían mostrado juego como para ser protagonistas, el centro del cartel se lo llevó el árbitro Mauro Vigliano: Ramiro Enrique se colgó del travesaño para evitar lo que iba a ser el empate de Vélez en el minuto 94, lo que constituye una ilegalidad según el reglamento y el juez no cobró.

A Banfield ya se le notó la mano de Dabove al mostrarse más ordenado en defensa pero también en sus incursiones ofensivas, mientras que Vélez mostró su poderío del mediocampo para arriba. En los primeros minutos, ambos equipos intentaron imponer su juego con un Vélez muy ofensivo y abierto con Bouzat por la derecha, mientras que en su primer partido, Dabove buscó que su Banfield fuera bien equilibrado y diera seguridad en defensa.

Pero ese esquema duró poco, porque lo rompieron Ortega y Almada que armaron una pared que derivó a un pase al medio para Lucero, que desde afuera del área le pegó rasante y la clavó en un palo, lejos de Cambeses. Lucero marcó su séptimo gol, mientras espera que la dirigencia velezana se ponga a negociar para la renovación de su contrato y le compre el pase a los mexicanos de Tijuana.

El segundo tiempo repitió escenas del primero, con Vélez controlando el juego y presionando. Pero con empuje y la trepada de sus laterales Quinteros y Coronel, Banfield comenzó a cercar a Vélez y así Hoyos se convirtió en figura a los 10 minutos, cuando le tapó una nueva posibilidad de gol a Cruz, que le cabeceó a corta distancia.

Los cambios de Dabove le dieron otro aire a Banfield y, casualidad o no, la llave de la victoria: Ramiro Enrique encontró el empate con un cabezazo tras un gran centro de Dátolo, que selló el triunfo con un gran remate después de una gran maniobra personal.

Luego llegó la polémica: Vélez tuvo la oportunidad de poner el 2-2 con un cabezazo de Matías De los Santos que Enrique despejó en la línea pero tomándose del travesaño, lo que es ilegal, pero Vigliano, en un grave error, no lo sancionó.