Juan Pablo Paz es doctor en Física por la Universidad de Buenos Aires e investigador superior en el CONICET especializado en teoría e información cuántica. Desde que asumió el gobierno de Alberto Fernández, tiene a su cargo la Secretaría de Articulación Científico Tecnológica de la Nación.
Paz acompañó al ministro de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, Daniel Filmus, en su visita a Salta la semana pasada para inaugurar el laboratorio de integración del telescopio QUBIC, y el lanzamiento de la construcción y puesta en marcha del radiotelescopio LLAMA, una iniciativa binacional argentino-brasilera que había sido abandonado durante la gestión Cambiemos.
En diálogo con Salta/12, el secretario de Articulación Científico Tecnológica de la Nación explicó la importancia que tiene el proyecto LLAMA para la ciencia y para desarrollo económico local, rememoró el desfinanciamiento científico por parte del gobierno anterior, y anticipó los proyectos para Salta en materia de divulgación científica.
-¿Cuál es el estado del proyecto LLAMA?
-LLAMA es un proyecto binacional argentino-brasilero que tiene una historia larga y que pasó mucho tiempo detenido por una serie de situaciones que incluyen un mal manejo por las autoridades del gobierno anterior y un mal manejo de la gestión del proyecto en sí, científica y desde el punto de vista técnico. La parte brasilera terminó con su parte y hoy, valga la redundancia, las partes de la antena que van a constituir el radiotelescopio LLAMA, están desde hace varios años, desde 2018, en el Alto de Chorrillos, en la Puna salteña, sin armar.
Nosotros lo empezamos a revisar a fines de 2019, lo sometimos a una evaluación internacional porque nos pareció que era lo que correspondía hacer para analizar la factibilidad de llevarlo adelante después de tanto tiempo, y concluimos que realmente es un proyecto muy valioso que vale la pena apoyar y tomamos la decisión de involucrar a la empresa INVAP en la gestión del proyecto.
Hace poco menos de un mes, se firmó el convenio entre el Ministerio de Ciencia y Teconología de la Nación y la empresa INVAP por el cual ellos se hacen cargo de la construcción y puesta en marcha del radiotelescopio LLAMA, que es una inversión de más 420 millones de pesos. Es un monto significativo, es una obra compleja y lo que a nosotros nos da este convenio es la certidumbre de que LLAMA va a ser una realidad en el territorio salteño y que le va a dar mucha vitalidad a este proyecto más general que nosotros concebimos con el nombre de "Salta ventana al Universo".
-¿Qué busca el proyecto LLAMA?
-Es un proyecto de radioastronomía, es decir, es una antena que detecta la radiación electromagnética en ondas de radio y eso tiene múltiples aplicaciones. Las más recientes, que llegaron a los medios de prensa en el último año, son observaciones que se hicieron con una red de radiotelescopios similares al que va a tener la antena LLAMA, que están ubicadas del otro lado de la cordillera en Chile, en el conjunto de radiotelescopios que se llama ALMA, son las primeras imágenes de un agujero negro. Con los radiotelescopios se puede observar el Universo de una manera que con la luz visible resulta imposible hacerlo. Hay muchísimo fenómenos astronómicos que van a poder ser observados por LLAMA, entre ellos, las imágenes de estudio de las astrofísica de los agujeros negros, el agujero negro del centro de la galaxia, investigaciones que tienen que ver con la búsqueda de exoplanetas (de planetas fuera del sistema solar), son temas de punta dentro de la astronomía y la astrofisica que el proyecto LLAMA también puede funcionar en colaboración con el proyecto QUBIC.
-¿Qué características tiene el cielo de la Puna salteña que lo hacen propicio para este tipo de emprendimientos?
-Las principales características son las propiedades que tiene la atmósfera salteña sobre todo en altura. Estos emplazamientos que nosotros estamos apoyando, LLAMA y QUBIC, están ubicados a 4.850 metros (sobre el nivel del mar) en el Alto de Chorrillos, cerca de San Antonio de los Cobres. Después hay otros observatorios que también están en altura cerca de Tolar Grande, en el cerro Macón, también a 4.800 metros, y todos estos observatorios aprovechan las características de la atmósfera de esos sitios: muy transparente, muy límpida, muy libre de polución y muy estable. Hay condiciones que se necesitan para que las observaciones puedan hacerse, tiene que estar libre de turbulencias la atmósfera, no tiene que haber polución luminosa de fuentes antropogénicas de luz o de radiación electromagnética de diverso tipo, entonces, esas características de la atmósfera hacen que sean sitios privilegiados.
Ocurre lo mismo del otro lado de la cordillera, en la Puna de Atacama, en Chile, donde desde hace ya décadas hubo una política de Estado que se fue conformando para generar infraestructura (caminos, energía eléctrica y de comunicaciones, que es lo que nosotros esperamos hacer ahora desde Salta) para lograr que se instalen grandes colaboraciones astronómicas. ¿Por qué se hizo eso? No tanto por el empuje de la comunidad científica chilena, sino porque eso trae riquezas. En este momento, se está construyendo el Observatorio Vera Rubin en Chile que cuesta 600 millones de dólares. Son inversiones astronómicas justamente para estudiar la astronomía. Y alrededor de esas inversiones hay mucho movimiento de la economía local para tareas de logística, de apoyo tecnológico, de provisión de distintos tipos de repuestos, mantenimiento, además de la participación de los científicos chilenos, que con los años es una comunidad que ha crecido y se ha integrado a todas estas iniciativas.
Nosotros queremos que Salta aproveche estas condiciones naturales que tiene y se vuelva un lugar competitivo para atraer nuevas colaboraciones internacionales cada vez más grandes.
-Usted decía que el proyecto LLAMA fue aprobado en 2014, consiguió financiamiento en 2015. ¿Qué ocurrió entre 2015 y 2019, y cómo encontraron las instalaciones cuando empezaron a revisar el proyecto?
-Se tomaron una serie de decisiones a partir de ejecutar una parte pequeña del presupuesto que se había asignado en 2015 que, desde mi punto de vista, son muy cuestionables. El hecho de que la antena haya sido llevada a 4.850 metros de altura y dejada ahí sin prever que para poder instalarla hay que hacer una construcción.
Esto es lo primero que va a hacer INVAP ahora en esta temporada donde se puede trabajar en la montaña (porque solo se puede trabajar desde fines de octubre hasta finales de marzo), es una obra civil, que son la base, las fundaciones de una gran plataforma de cemento. Esta es una antena que tiene 12 metros de diámetro y que ha sido construida con una precisión muy alta, la rugosidad de la superficie es muy chiquitita, entonces lo primero que se va a hacer es esta obra civil, para poder instalar luego la antena.
La desfinanciación que caracterizó a la ciencia argentina durante el gobierno anterior hizo que no se hicieran estas construcciones que eran imprescindibles. Por desidia y desinterés de los funcionarios que estaban en ese momento, o por mirar para otro lado respecto de problemas que eran demasiado complejos para su entendimiento, probablemente, hicieron que se lleve la antena y que permanezca archivada en contenedores sometida a las inclemencias del tiempo. Se tendría que haber albergado en algún lugar en la ciudad de Salta o en el propio San Antonio de los Cobres, en lugar de llevarse arriba (a la Puna). Hubo una politica que se impulsó desde el gobierno anterior de deterioro general del sistema científico que se tradujo en que se invirtió poco y se gestionó mal. Con LLAMA se hizo todo mal durante el gobierno anterior.
-Usted mencionó la intención de popularizar la ciencia. ¿Qué proyectos tienen de centros de interpretación?
-Nosotros en esta colaboración interinstitucional que lanzamos hoy del consorcio "Salta ventana al Universo", uno de sus objetivos es la popularización del conocimiento científico. Esto quiere decir: centros, "museos de ciencia" (la palabra "museo" ya no se usa más porque remite a algo estático, donde se exhiben cosas), donde haya una participación de quienes asisten, experimentos.
Lo queremos hacer en Tolar Grande donde hay un centro de ese tipo, gracias al esfuerzo del intendente, en San Antonio de los Cobres, donde está prevista la instalación de un centro, y en la ciudad de Salta, donde estamos en conversaciones muy avanzadas con la provincia para construir un centro de popularización que va a ser de primer nivel en el país, muy cerca del centro de la ciudad, muy cerca de la plaza, en una casona histórica, que estamos terminando de definir el acuerdo con el ministro (de Educación), Matías Cánepa. Estamos trabajando en los detalles, así que probablemente muy pronto podamos hacer el anuncio de que eso va a ver la luz el año próximo.