Este lunes inicia el juicio a Waldo Servian Riquelme, acusado de asesinar y seccionar con una amoladora el cuerpo de su pareja en un brutal femicidio cometido en 2019 en el Barrio 31 bis. Para la fiscalía, Riquelme, acusado de "homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género", evidenció un "odio y total menosprecio" por la víctima con "un especial ahínco por su condición de mujer".
El debate por el femicidio de Mirtha Liliana González Ayala, de 37 años, estará a cargo de los jueces Hugo Norberto Cataldi, Domingo Luis Altieri y Silvia Estela Mora, del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°14. Las jornadas del juicio iniciarán a las 9.30 de este lunes y está previsto que se extiendan por otras dos jornadas, los días 8 y 15 de de este mes.
Riquelme, de 35 años, llega al debate detenido con prisión preventiva. En su requerimiento de elevación a juicio, el fiscal que instruyó la causa, Andrés Madrea, abordó el caso con perspectiva de género y sostuvo que el imputado tuvo con su concubina "un especial ahínco por su condición de mujer". "El aquí acusado la mató, la descuartizó, la afeó, la desechó en una cloaca pretendiendo eliminar hasta la más mínima imagen femenina", recalcó el fiscal en el dictamen.
El hecho ocurrió entre el 15 de marzo de 2019, último día en que la mujer fue vista por testigos, y el 16 de ese mes. El asesinato se produjo en la vivienda que ambos compartían, situada entre las casas 108 y 112 de la Manzana 110 del Barrio San Martín, del Barrio 31 bis de la Capital Federal. Madrea afirmó que Riquelme planificó dejar a sus hijos al cuidado de su familia la tarde previa al crimen para "estar a solas con la víctima antes, durante y después de darle muerte".
Como posible móvil, el fiscal mencionó que la relación entre los dos estaba terminada y que mantenían una disputa por la venta de la casa, algo que el imputado pretendía y a lo que la víctima se negaba. En su requerimiento, el fiscal dio detalles de la macabra escena del crimen con la que se encontró la Policía de la Ciudad el 17 de marzo de ese año.
Según la hipótesis de Madrea, el baño fue el lugar elegido por Riquelme para "llevar a cabo su plan criminal" mientras González se duchaba y el sitio donde luego descuartizó el cadáver durante un lapso "de dos a tres horas", según la estimación de los peritos. "En el interior de la bañera se hallaron partes de un cuerpo humano descuartizado", relata el fiscal. El fiscal también enunció que "la autopsia concluyó que como producto del descuartizamiento se contabilizaron 25 fragmentos corporales individualizados".
El acusado logró permanecer 50 días fugitivo desde que horas después del crimen huyó en micro a Misiones y de allí cruzó a Paraguay, su país natal, donde finalmente se entregó el 31 de octubre, fue extraditado a nuestro país y ahora está preso en el penal de Ezeiza. Al ser indagado, negó la imputación y sólo dijo que se entregó por sus hijos y su familia.