Finalmente, a casi seis años de ocurrido, se realizará el debate oral por el siniestro vial en el que fallecieron 43 gendarmes del Destacamento Móvil 5 de Santiago del Estero que eran parte de un contingente de 50 (o 51) personas enviadas a Jujuy en previsión ante la posibilidad de que hubiera protestas sociales contra el gobierno de Gerardo Morales.
El colectivo, parte de un convoy de tres unidades, tuvo una falla mecánica cuando transitaba por la ruta nacional 34, a la altura del kilómetro 956, cerca de Rosario de la Frontera, sobre el puente del arroyo Balboa, el chofer perdió el control del vehículo y cayó unos 20 metros.
Tras un largo trámite en primera instancia, llegan a juicio el comandante mayor Elio Rafael Méndez, que era jefe del Destacamento Móvil 5; el comandante principal Ramón Antonio Maidana, segundo jefe de ese Destacamento; el comandante Juan Carlos Bordón, que era el jefe de la columna que marchaba a Jujuy; el comandante Ricardo Ernesto Villasanti (cuyo hijo, Ricardo Emilio Villasanti, falleció en el siniestro), jefe de la División Motorizada y el suboficial mayor Juan Carlos Germán, jefe del Área Logística, por los delitos de homicidio doloso y estrago doloso.
Se espera que en el debate que comienza esta mañana, a partir de las 8.30, ante el Tribunal Oral en lo Federal 2 de la ciudad de Salta, surjan elementos que puedan dar mayor claridad sobre la línea de fallas que confluyeron para ocurriera la tragedia en la madrugada del 14 de diciembre de 2015.
Además del alto número de víctimas fatales, el caso tiene aristas de interés porque Gendarmería Nacional no fue precisamente colaborativa a la hora de informar sobre la falta de mantenimiento de sus vehículos. A pesar de esta acción de la fuerza, el testimonio de sus propios integrantes fue fundamental para probar las fallas. Entre esas declaraciones se destacan las de los conductores Hugo Ariel de Oliveira y Osvaldo Esteban Cenic, que habían advertido sobre el mal estado del colectivo siniestrado y mantuvieron sus dichos a pesar de las presiones que recibieron.
Este será seguramente el punto central que se discutirá en el debate, a través de la incorporación de los testimonios. El abogado Nicolás Vedia, que junto a su colega Rubén Fernández, representa la querella de seis familias, destacó como "muy importante" la declaración de los ocho sobrevivientes de la tragedia, por entender que "podrán ilustrar al tribunal" sobre las circunstancias del siniestro.
“Están comprobadas las falencias que tenían los neumáticos del colectivo”, afirmó el abogado, y aseguró que en el debate "va a salir toda la prueba que conduce a esto”. Las querellas discuten la calificación de culposa (falta de intención de cometer un delito) a la acusación.
En realidad en la primera parte de este proceso los sobrevivientes no han podido contar mucho sobre lo que pasó con el colectivo en el que iban, porque advirtieron el siniestro cuando ya caían al vacío.
Los que sí hicieron aportes fundamentales fueron De Oliveira y Cenic, que eran conductores del colectivo que esa madrugada marchaba inmediatamente detrás del siniestrado, N° 08017. Ambos contaron que pasadas las 2 advirtieron que el vehículo de adelante zigzagueaba. Se asentó sobre pavimento y despedía "chispazos", dijo Cenic. De Oliveira describió que alcanzó a ver un “destello de chispas” y desapareció cayendo del puente. Luego constataron que se le había reventado el neumático delantero derecho.
De Oliveira y Cenic se habían negado a conducir este colectivo, porque sabían que no estaba en condiciones. Los dos vienen ratificando esta afirmación, a pesar de que ellos mismos contaron que recibieron presiones.
El 8 de diciembre De Oliveira había conducido el colectivo 08017 y advirtió que no podía circular a más de 80 kilómetros por hora, porque perdía estabilidad debido a que las cubiertas estaban deformadas, por lo que avisó al encargado de la División Motorizada.
Cenic lo había manejado días antes, desde Santa Fe a Santiago del Estero, y cuando se lo entregaron en aquella provincia le habían advertido que le faltaba balanceo y “tenía las cubiertas gastadas”, uno de los que le avisó fue el chofer Oscar Daniel Manrique, que después murió en el siniestro. Cenic afirmó que confirmó estas fallas al conducirlo y que le transmitió a Villasanti que el colectivo necesitaba mantenimiento.
Por aquel entonces Gendarmería estaba exceptuada de realizar la verificación técnica vehicular sobre sus transportes. En el proceso se determinó que los neumáticos delanteros tenían recorridos más de 88 mil kilómetros, habían sido cambiados el 30 agosto de 2012. Y recién después de esta tragedia la fuerza comenzó a hacer la verificación técnica de sus vehículos, señaló Vedia.
"Que se haga justicia"
Una de las representadas por Vedia y Fernández es Beatriz Salas, madre de Félix Levi Ahumada, gendarme de 27 años, ascendido a cabo primero post mortem.
Salas es, junto a otros familiares, una de las que impulsó siempre el avance de la causa penal para juzgar a los responsables de la tragedia. Agredece a Dios por la realización del debate oral: “Hace cinco años, diez meses y 22 días (al 29 de octubre) estamos esperando que llegue este momento”. Hasta aquí, sostuvo, “ha sido largo, tedioso, doloroso; más, ver que una causa de semejante dimensiones pasara como si nada, no se le dio su debida importancia todavía”. Y pidió: “Que se haga justicia por nuestros hijos para que nosotros podamos tener un pequeño aliciente” y “nuestros hijos puedan a descansar en paz, porque sé que ellos no están descansando”.
“La expectativa mía, de todos los papás, es que se haga justicia, que los culpables paguen como cualquier otro común”, que "no haya privilegios, porque en estos casi seis años, ninguno fue separado de la fuerza, por el contrario, fueron ascendidos”; también lamentó que “no cambió nada para los que están dentro de la fuerza, o sea los móviles y vehículos siguen estando en las mismas condiciones o peor”. “O sea que la muerte de nuestros hijos no sirvió ni siquiera para mejorar las condiciones”, aseguró.
Salas narra malas experiencias con actores políticos de uno y otro lado, y advirtió: que el juicio “no sea algo que se preste a un circo mediático político”. También destacó la corrupción en la fuerza, que viene de vieja data, dijo. “Esto viene de más arriba”, “nadie desconocía todo esto, hacían vista gorda”, “son millones y millones que se mueven supuestamente para el mantenimiento de los vehículos y las cubiertas y todo eso”.
Sobre las responsabilidades, ratificó que se trató de una “causalidad, esto fue causado”. Y los principales responsables son los jefes de Gendarmería, German, Villasanti, y otros, porque “todos tenían conocimiento de que ese vehículo una semana antes casi había volcado porque no tenía dirección, las cubiertas estaban como si fueran recapadas”. Y a pesar de que los choferes “dijeron si ese coche sale se van a matar todos, los sacaron igual. Cuando ellos tienen la posibilidad de pedir un coche de línea, no lo hicieron, no sé cuál fue la negligencia, la aspiración tan grande de jugar a la ruleta rusa con la vida de nuestros hijos”.