Marcelo Sebastián D’Alessio vuelve a la carga con su intento de convertirse en arrepentido cuando el juzgado federal de Dolores está en el centro de todas las noticias por la indagatoria (hasta ahora frustrada) del expresidente Mauricio Macri. El falso abogado tendrá una audiencia el jueves 11 a las 10 de la mañana con el fiscal Juan Pablo Curi, que hace casi dos años lo había aceptado como arrepentido, pero el acuerdo no fue homologado por el juez federal Alejo Ramos Padilla y la decisión fue validada por la Cámara Federal de Mar del Plata.

Cuando Dolores es un hervidero por la causa del espionaje a los familiares del ARA San Juan, D’Alessio volvió a escena con un pedido para convertirse en arrepentido. Por el momento, D’Alessio no anticipó qué quiere declarar; sí le informó al fiscal Curi que quiere salir del penal de Ezeiza y hablar con él de manera presencial. Según pudo saber Página/12, Curi puso fecha para la audiencia pero dispuso que sea telemática. En la fiscalía de Dolores no hay lugar para D’Alessio, su abogado, el personal que deba grabar la audiencia, la seguridad y los empleados de la fiscalía.

En diciembre de 2019, D’Alessio había logrado ser aceptado por el fiscal como arrepentido. Sin embargo, Ramos Padilla entendió que no estaba aportando información sustancial a la causa, más allá de algunos detalles de color, y lo rechazó. En junio pasado, la Cámara Federal de Mar del Plata denegó la pretensión de D’Alessio de ser incorporado al Programa de Protección de Testigos y recordó que el falso abogado no había aportado información cuando quiso arrepentirse.

D’Alessio es el eje probatorio central de la causa que se inició a finales de enero de 2019 en Dolores, cuando el empresario Pedro Etchebest lo denunció por intentar extorsionarlo junto con el fiscal federal Carlos Stornelli para no involucrarlo en la causa de los cuadernos, construida básicamente en base a la figura del arrepentido a la que ahora quiere ceñirse D’Alessio. Con los allanamientos que Ramos Padilla realizó en el country Saint Thomas --donde vivía D’Alessio-- recolectó prueba suficiente como para dar cuenta de que D’Alessio estuvo involucrado en unas 70 operaciones ilegales.

El rencor de D'Alessio con quienes le soltaron la mano

El actual reemplazante de Ramos Padilla en Dolores, Martín Bava, inició el trámite para elevarlo a juicio. Sin embargo, D’Alessio ya tiene una condena en su haber: la que dictó el Tribunal Oral Federal (TOF) 2 a cuatro años de prisión por la extorsión al despachante de aduanas Gabriel Traficante. En sus últimas palabras ante los jueces, D’Alessio dejó entrever cierto rencor hacia quienes le soltaron la mano. “Me dolió la canallada de quienes salieron corriendo en estado de pánico a usar los medios diciendo que era un loquito o fabulador y hasta llegaron a sostener que dialogaba sobre narcotráfico o la homologación de tal o cual calibre de proyectiles sónicos con un nietito”, dijo en alusión a Stornelli y a la exministra de Seguridad Patricia Bullrich.

D’Alessio no era el jefe de la asociación ilícita pero fue parte en más de medio centenar de operaciones. Para arrepentirse debería proveer información que le permita a la investigación ir para arriba o tener un panorama más amplio en la causa. Un dato que permite ser suspicaz es que pidió hablar justo antes de las elecciones. Curi deberá escucharlo y decidir si lo acepta. Después vendrá el turno de Bava.

Cuando Ramos Padilla dejó Dolores para asumir al frente del Juzgado Federal 1 de La Plata, D’Alessio --a través de su abogado Claudio Fogar-- intentó voltear la causa, planteando una nulidad del peritaje sobre los teléfonos que se habían hecho hace más de dos años. Bava lo impidió.

En el D’Alessiogate, hubo tres personas que quisieron arrepentirse, las tres fueron condenadas por el TOF2 de la Ciudad de Buenos Aires: D’Alessio, su compinche Rolando Barreiro y el fiscal de Mercedes (suspendido) Juan Ignacio Bidone. Curi únicamente aceptó a D’Alessio.

D'Alessio, más espía que falso abogado

“Marcelo D’Alessio ha sido calificado en muchas ocasiones como un ‘falso abogado’. Sin embargo, más que por las condiciones que no poseía, resulta más ilustrativo y adecuado calificarlo como lo que sí se ha logrado acreditar que era: un espía”, lo definió Ramos Padilla en una resolución que dictó en octubre del año pasado.

Según el magistrado, D’Alessio no mentía ni exageraba cuando decía que tenía vínculos con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y con el Ministerio de Seguridad. Pero sus contactos iban más allá: los tenía con jueces, fiscales y medios de comunicación. “D’Alessio es alguien que pudo tejer toda esa red de contactos de alto nivel en el poder porque efectivamente era funcional a ese poder y ese poder le permitía impunidad”, escribió Ramos Padilla. La pregunta es si algo en ese lazo se rompió en los más de dos años que D'Alessio lleva detenido.

Lo que suceda en el expediente del D'Alessiogate es fundamental para las otras dos causas que tramitan en Dolores: la del Proyecto AMBA y la del espionaje a los parientes de los submarinistas --en la que está citado Macri para el miércoles al mediodía--. El expresidente volvió a recusar al juez Bava en un nuevo intento de postergar su declaración. Macri sostiene que su procesamiento ya está escrito y lo ata a la contienda electoral que se avecina.