En medio de un clima enrarecido y de dardos discursivos cruzados al que sus propios representantes han contribuido, Boca enfrentará este miércoles desde las 21.10 (televisa TyC Sports) a Argentinos Juniors en un partido clave para su presente y futuro. Los xeneizes llegan a su semifinal de la Copa Argentina con la plena conciencia de que no solamente puede tratarse del único certamen que les permita celebrar un título sino que, quizás y a partir de las últimas dos caídas, puede que se trate también de su única chance de clasificar a la Libertadores 2022 sin tener que sudar frente a una calculadora.
El clima no pareciera ser el mejor para el conjunto de la Ribera al momento de jugar un partido tan definitorio como el que disputará en Mendoza ante los conducidos por Gabriel Milito. La tensión, sin embargo, debe en parte ser adjudicada al propio Boca, que ha protagonizado un raid de primeros planos desde la caída del sábado ante Gimnasia -cuando Juan Román Riquelme citó a los jugadores al vestuario luego del partido y varios tuvieron que bajarse del micro para asistir- hasta las horas previas al juego con el Bicho, que incluyeron cruces con la prensa de sus figuras más importantes: su capitán Carlos Izquierdoz, su entrenador Sebastián Battaglia y el propio Riquelme, vicepresidente segundo de la institución, que concentró miradas con su aparición este martes.
Las mismas declaraciones de sus protagonistas son contradictorias o, como mínimo, aportan a cierto clima de desconcierto. "Los chicos están muy cansados, se nos están lastimando, están cansados de la cabeza y de las piernas, más de la cabeza que de las piernas", declaró este martes el propio Riquelme, el mismo que en estos días se quejó por el día extra de descanso que le tocó a Argentinos y que a falta de unas horas para el fútbol decidió volver a tomar la palabra.
Ya al inicio de la semana (el lunes, cuando junto a Battaglia salieron a aclarar lo sucedido tras el 0-1 ante Gimnasia), las propias palabras de Izquierdoz daban la sensación de que la cuestión se había vuelto una distracción. "Acá estamos para aclarar eso -había dicho el capitán-. Nosotros, igual, nos tenemos que dedicar al partido del miércoles".
Lo cierto es que antes del partido, lo que hubo fueron muchas palabras. Riquelme habló este martes cuando ya todo parecía haber quedado aclarado luego de la conferencia de Battaglia e Izquierdoz. "Para mí, no es ningún lío lo del sábado -explicó-. Yo al hotel no voy, no tengo por qué ir. Yo no sabía que estaba mal felicitar a los jugadores. Fui a felicitarlos y se armó una novela bárbara. Pero tenemos claro quiénes son, cuáles son los programas, son siempre los mismos. Yo no tengo por qué sentirme mal, porque fui a felicitar a los jugadores. Pasa que estamos acostumbrados, yo nunca voy a vivir como dirigente porque siempre voy a ser futbolista. Pero acá creemos que cuando entra un dirigente al vestuario es para retar o echar al técnico. Y yo estaba feliz por el segundo tiempo que habían jugado con Gimnasia".
El ídolo xeneize -que le dedicó unas palabras también a las críticas del exjugador Oscar Ruggeri, ahora panelista en TV- consideró hasta "divertida" la situación. "Esto es divertido, porque el hincha de Boca ya lo entendió. Desde el día que ganamos las elecciones, sabemos bien cómo es", remarcó en diálogo con la señal TNT Sports.
Mientras cada una de sus palabras le daba más protagonismo a su voz que al equipo, en la previa del partido ante Argentinos, el dirigente confirmó que volverá a presentarse a elecciones en el club: "Con Jorge (Ameal) está todo bien, así que seguramente vamos a tratar de seguir dentro de dos años". También criticó la gestión anterior y destacó la labor de la suya, que comenzó en diciembre de 2019 tras ganarle a Cristian Gribaudo y Juan Carlos Crespi, el dúo oficialista y que sostenía el macrismo: "Vamos a estar un montón de años, porque amamos nuestro club, lo vamos a cuidar mucho. Los otros ya estuvieron mucho tiempo, como 20 años, ya lo han usado para lo que lo querían usar. Ahora nosotros lo único que queremos es cuidar el club, estamos volviendo a ser un club de futbol".
Pero el vice segundo de Boca no fue el único que le robó protagonismo al fútbol en la previa del cruce por la Copa Argentina. Cristian Malaspina, presidente de Argentinos Juniors, también aportó lo suyo y apuntó justamente contra el exfutbolista, que cerró su carrera en el equipo de La Paternal. "Lo que diga Riquelme, la verdad, me tiene sin cuidado -reconoció-. Creo que es una estrategia de victimización, buscando no sé qué. Lo van a definir los jugadores en el verde césped".
Aunque el fútbol haya quedado opacado en medio de la agitada previa discursiva, lo cierto es que para los dos es uno de los partidos más importantes del semestre. La posibilidad de meterse en una final -la otra semifinal tendrá como protagonistas a Talleres de Córdoba y Godoy Cruz de Mendoza- los encuentra a ambos con un panorama futbolístico algo parecido, en plena urgencia de remontada tras dos caídas (Boca ante Vélez y Gimnasia; Argentinos ante River y Lanús). Mientras que Milito preservó a varios de sus futbolistas para el choque ante los xeneizes, en el once de Battaglia todo indica la vuelta a la titularidad del colombiano Sebastián Villa luego de tres meses y medio de complejo conflicto con el club. Luego de tantas palabras, será hora del fútbol y, desde las 21.10, ya no habrá margen de error para ninguno: si igualan al cabo de los 90 minutos, habrá penales hasta definir al primer finalista de la Copa Argentina.